Respuesta: TOROS. [Post-debate-encuesta]
Por que crees que los anti taurinos hablan desde una superioridad moral?
No será que en el fondo sabes que los que defienden esta carnicería hablan desde una bajeza moral?
Y si, los gladiadores tambien tenian mucha tradición, movian mucho dinero y bla, bla, bla.
leyendo tu intervención tengo la respuesta a la primera pregunta.
En el debate que se ha abierto sobre este asunto no debería venir a cuento como argumento intelectual ni los gladiadores, ni los castellers, ni los hábitos alimenticios, debería ser solo sobre la búsqueda de una justificación al uso de un toro en un espectáculo sangriento que acaba con la muerte del animal. Dejémonos de debates estériles y acusaciones de hipocresías.
¿hoy en día está justificado un espectáculo de esta categoría? Sin aludir a ejemplos parecidos. Los que defienden o atacan el toreo han de encontrar argumentos en el acto en sí mismo, sin hacer referencias a ejemplos similares puesto que en un análisis más detallado comprobamos que no son aceptables y defendibles.
En mi caso admito la crueldad del toreo y la estética sangrienta que no admite sensibilidades delicadas, admito que algunos toreros en faenas puntuales acribillan a un toro a puyazos innecesarios y que la plaza critica con abucheos y admito la violencia de las imágenes y el peligro al que están expuestos los toreros, los caballos y los toros. Valoro que el toro es un animal del que no se aprovecha nada y que económicamente sería inviable su cría si no se justificara con el toreo. Valoro el cuidado de las dehesas, extensiones inmensas de zonas rurales, las cuales solo son sostenibles económicamente si existe el toreo, valoro los miles y miles de puestos de trabajo y los beneficios económicos que genera para todo el entorno del mundo del toreo, del que se aprovechan ganaderos, trabajadores de las plazas, restaurantes, hoteles, la industria textil, fabricantes de espadas, escuelas de toreo, miles y miles de millones de riqueza necesaria para salvaguardar la supervivencia y el bienestar de muchas familias.
El peaje de todo ello es que al toro se le somete al dolor físico y a la muerte en una plaza. El toro de lidia es un animal salvaje que vive aproximadamente cuatro años, hasta que lo torean, en la dehesa, al aire libre, sin ser productivo a ningún nivel. Luego se le lleva a la plaza para morir. Toda muerte inducida es antinatural, sea para proveer de comida o sea por espectáculo, y por lo tanto evitable. Si no hay voluntad de matar se acaba el problema. Pero en el caso de la comida es necesario para poder proveer de alimento a las personas. ¿ es necesario en el caso de espectáculo? La verdad es que no, seamos sinceros.
El toreo consiste en lidiar un toro hasta matarlo. Hay diferentes fases muy definidas que hay que seguir a rajatabla, que es lo que tienen las tradiciones arraigadas. Esas fases , tercio de varas, tercio de banderillas y tercio de muerte, tienen su idioma propio. En las dos primeras la función es la de medirle al toro la bravura a base de puyazos , para dosificarle las fuerzas, y banderillas para espolearle. En esas fases bien definidas hay gente que ve arte en las chicuelinas, las verónicas, en la estética general, en la disposición de las piezas en la arena y que conjuga además con el valor de un torero y el peligro que corre. Hay otros que ven tortura en el toro, en como se le da puyas en el sistema nervioso, como se le clavan en la carne arpones largos y afilados, como se ahoga el toro en su propia sangre provocándole asfixia y como se le atraviesan órganos vitales con el estoque provocando la muerte bien sea de manera automática si atraviesa la aorta o bien sea por desangramiento. Depende de la sensibilidad de cada uno.
Nadie, o casi, de los que van a los toros y disfrutan con el espectáculo son sádicos que se regocijan con la sangre y se exaltan morbosamente si algún torero muere atravesado por las astas de un toro. Es gente que entiende y valora todas esas fases del toreo. Y que ve en la muerte de un toro un final inevitable para un animal salvaje, que tiene su oportunidad aún mínima de salir con vida, y que ve en ese final un final honroso. Cuestión de visión y matiz.
Si soy sincero a mí no me acaba de gustar. No me siento bien conmigo mismo, una algo interior me dice que no está bien. Pero es un animal, no un ser humano. Por otro lado también pienso que un ser humano no tiene porqué tratar así a un animal. Más a gusto estaría si el toro fuera siempre indultado. Aunque el toreo no tendría la épica que ahora tiene. Difícil.
Lo que sí tengo claro es que imponer una prohibición a una tradición de siglos por cuestiones morales propias no es propio de una democracia y del respeto a las minorías. Los políticos no tienen autoridad moral para votar una cosa que no iba en su programa electoral. Una vez que se aprueba la iniciativa popular, legítimo pero que sea para todas las iniciativas por igual, los partidos se han de posicionar al respecto y trasladarlo a su próximo programa electoral. Y que la gente vote. Porque no es de recibo que los políticos legislen cosas que no llevan en sus programas. Son representantes del pueblo, no de sí mismos.
El apoyo a las corridas de toros han descendido drásticamente en los últimos años pasando de un interés del 55% en los años 70, a un 50% en los 80, a un 30% en los 90 y a un 26,7% en el 2006 según sondeos de Investiga ( gallup). Esa debería ser la prohibición de los toros. Que muera lánguidamente por desinterés y que llegue un momento en el que sea económicamente inviable. Y todos contentos. Que el toro no se quejará ni pondrá pegas.