Respuesta: Toy Story 3 de Pixar
jo, yo vi el corto en 2D. Que me perdi?
Yo lo he visto en 2D pero la conjunción de las 2 técnicas en el mismo corto es muy llamativo. Porque antes de que nos implantasen las gafas, ya se le llamaba 3D.
Bueno, a lo que vamos... spoilers, cuidadín.
Primero el corto:
Como pueden sacarse de la chistera una idea tan sencilla y a la vez hacerla tan divertida. La noche y el día, con sus pros y contras, enemigos al principio - amigos hasta la muerte. Como cada uno tiene algo qué defender, qué demostrar y que compartir pero el punto álgido es el mejor: cuando descubrimos que son el uno para el otro, no se pueden separar. Con un estilo muy acorde con los grandes personajes clásicos de toda la vida, lo cierto es que no importa la técnica empleada cuando lo que importa es lo que se cuenta y desde luego lo han vuelto a lograr. Un aplauso por ellos. Encima le añadimos esos efectos sonoros para darle juego y comedia a partes iguales, con baile cartoon que siempre viene bien. Grandes estos de Pixar.
Y ahora la película:
Todos hemos crecido, nos hemos hecho mayores y hemos cambiado. Así nos lo presentan desde el comienzo. Hasta Sid, el villano de la primera entrega ha encontrado trabajo (ese lunático basurero que aporrea los cubos de basura a ritmo de batería). Y como no podía ser menos, Andy crece y debe dejar su infancia atrás, no hay otra forma de hacerlo, ya que su vida sigue su curso. Y como no deberá dejar sus juguetes, esos maravillosos personajes a los que hemos ido acompañando desde hace 15 años, en el lugar donde acaba casi todo lo que no queremos: en el cuarto de los trastos (en América es el desván). No hay nada más realista que eso.
Con un principio de antología, esa mini película dentro de la película, donde el western brilla por bandera y donde Woody vuelve a ser, otra vez más, el líder de la manada, salvando a los débiles, protegiendo a los indefensos (esta vez son aquellos gnomos de pelo suave), con persecuciones, caídas, peleas y un desenlace expectacular para acabar demostrando que no hay mejor inventiva que la que se oculta en la mente despierta de un crío que juega con muñecos. Pixar vuelve a llamar nuestra atención, como ya hicieron en la segunda, con una presentación impactante, llena de espectáculo sin igual.
Pero después de este comienzo, hasta que no nos adentramos en el meollo de la historia, en la cruda realidad de lo que oculta el centro infantil Sunnyside, la película es similar a lo de siempre, en ese aspecto no hay mucho que destacar o que se desmarque para hacerse original. Equivocos por estar en el lugar equivocado, Woody defendiendo hasta la muerte a su dueño Andy, carrera contrareloj para salvar de una "muerte" segura y así hasta que llegamos a la guardería donde hará acto de presencia el mejor personaje de toda la saga (con permiso de Buzz y Woody): el oso Lotso.
Aún partiendo de la base que sus intenciones y su forma de ser no dista mucho de lo que fue Woody en un principio lo cierto es que aquí lo llevan al máximo, no hay vuelta atrás, no hay redención ni salvación para alguien como él. Lo increíble del caso es que los de Pixar juegan perfectamente con la apariencia de un oso de peluche ("que huele a fresa") para descubrir TODA LA VERDAD a través de un flashback maravilloso a la vez que triste y demencial (narrado a la perfección por un personaje realmente convincente como el payaso Sonrisitas). Fijaos en lo onírico de la situación, como juegan con la fotografía idílica, brillante, glamourosa, casi difuminada para luego cambiar por completo y presentar Sunnyside, en medio de una tormenta, como lo que realmente es.
Y ahí es donde radica la originalidad de la historia, donde la película toma fuerza, impulso y brío para no parar en ningún momento. Una vez descubrimos la verdad, la triste verdad, el guión pasa por todos los géneros posibles:
- Terror:
La simple presencia del bebé gigante, un juguete "real" que no ha evolucionado, que se ha quedado en lo que es, un bebé que necesitaba cariño y Lotso se ha encargado de manejar a su voluntad y transformarlo en un auténtico guardaespaldas y matón de turno. Como cada una de sus escenas están repletas de tensión, o terror (esa cabeza que gira hacia atrás).
- Aventuras/acción:
Todo lo que tiene que ver con la gran evasión del centro. Impagable el personaje del mono histérico (¡esos chillidos y esos ojos que se salen de las cuencas!), al igual que toda la planificación (la narración del teléfono indicando que es imposible escapar... ¡yo he jugado con ese teléfono!).
- Drama épico:
Aparte del flashback de Sonrisitas tenemos ese primer final, épico por sí solo, donde se demuestra:
1º) Que Lotso es un villano sin corazón, un auténtico badass (a pesar de las circunstancias), desquiciado, que no quiere que nadie reciba el amor que él no recibió. Como esa frase tan escueta: "¡que te salve tu niño ahora!" encierra un sinfín de sentimientos retorcidos y que indica que no hay salvación para él, no hay perdón. No dudará en engañar y pisotear a quien sea por tal de conseguir alejar a los demás del cariño de un niño (perfecto detalle cuando destruye con saña el corazón de juguete de la niña ante los ojos del bebé gigante... increíble como ese "mami" llega y te sobrecoge).
Quizás el final de Lotso me haya recordado al de Capataz. No hay salvación para los malos. Capataz en manos de una niña que le pintará la cara y lo destrozará... Lotso abandonado en el morro de un camión, como si de un trofeo se tratase, al igual que las matrículas en el Diablo sobre ruedas. Pero no por ello deja de ser simbólico y acertado. Ya ha hecho sufrir bastante a los demás.
2º) Que aún esperando una luz al final del túnel se puede engañar perfectamente al espectador pues, estando todos juntos, directos a la muerte segura, cogidos de la mano, empleando una BSO épica y envueltos en un fuego destructivo te hacen creer que el fin es ese, no hay otro. No hay salvación para los buenos. Y lo cierto es que recurriendo al final escapista de toda peli de aventuras, en forma de "gaaaaancho"... que manera de hacerlo creíble, leñe. Como nos hacen dar un soplo de alivio. El plano de todos juntos, cogidos de la mano, como una familia es de los mejores planos de toda la saga hasta la fecha.
Y por último, pero no menos importante, el final de finales. El final que me ha llegado como ningún otro en todo Pixar. El final que ha valido la pena esperar y que me ha hecho llorar. Por muchas razones pero la que más es porque me he visto reflejado. Yo no tuve a Woody pero sí tuve otros juguetes y como todo hijo de vecino he jugado con ellos hasta la saciedad, siendo parte de mi infancia como lo es ahora otras cosas. Y el que un simple objeto te de tantas horas de risas, diversión, fantasía es algo que se agradece. Y ese final emotivo, sensible, mítico, no se logra así como así, ni se logra conectar con algo así sino hay algo en común. Ya sólo por ese final merece la pena ver la película. Porque es puro cine, porque es puro realismo, porque es pura vida.
Con esta parte ¿final? Pixar logra lo que pocos (o casi nadie) habían conseguido. Que cada parte sea importante, que cada parte sea una obra maestra en sí misma y que cada parte sea imprescindible.
Que Buzz baile flamenco, hable andaluz (el acento no me ha hecho tanta gracia como sí lo ha hecho los movimientos, los gestos y las acciones "actuando" en un reseteo especial) es algo que no molesta desde luego y le da cierta soltura al personaje (pues no olvidemos que Buzz interpreta tres personajes distintos... algo que se agradece).
Con una paleta de colores escepcional (sobre todo la que hace referencia a Sunnyside: colores pastel, muy suaves, haciendo el lugar idílico), una BSO impresionante (sobre todo la que hace referencia a los momentos más emotivos o tensos), con un ritmo endiablado, sobre todo de la mitad al final (toda la parte del bertedero es una set piece magistral), situaciones divertidas (el casino donde se apuestan ¡billetes del monopoly o pilas!), impactantes (toda la que se refiere a como son los niños en realidad donde incluso se juega con la técnica de cámara al hombro - hay un momento en el que se recurre al corto "Tin toy" para magnificar la situación real) y cómicas a la vez que emotivas (toda la parte de la niña y sus juguetes... "¿estudiaste arte dramático?").
Una maravilla, sin lugar a dudas. Una conclusión perfecta. Una película que merece ser vista. Para todos aquellos que disfrutaron con los personajes de Toy Story y para aquellos que creen que un simple juguete no le puede hacer llorar.