Pues visto el siete, creí que la serie se me iba a la mismísima mierda. Si hay algo achacable en esta serie, es la investigación, los bandazos y lo absurdo de muchas resoluciones. Pero eso daba igual, porque era puro mcguffin. Y...BAM, de momento el siete se mete de lleno en eso y quedan un montón de evidencias y ridiculeces que, salvando el momento VHS, nos hace poner cara de idiotas.
Pero el octavo remonta un poco (no del todo), porque tiene una resolución dentro de la guarida del lobo digna del mejor thriller, con un trabajo de dirección artística encomiable (atención a la ropa infantil acumulada, a lo holocausto), terrorífica propuesta y grandísimas interpretaciones.
¿Por qúe digo no del todo? Porque el choque final, peleándose entre ellos, con un villano que no cae con tanto tiro, un Mathew sobreviviendo lo indecible y un final tan repulsivamente positivo (no me vale tener un tono pesimista toda la película y querer hilarlo todo hacia la luz, es pura concesión) no es precisamente de mi agrado.
Eso sí, una vez visto este capítulo, es espeluznante entender que la hija de Harrelson también fue violada (los dibujos, la posición de las muñecas...).
Grandísima serie. Memorable, sin duda, pero algo hostiable en su resolución.
Que empiece la segunda YA.