He revisado T3 y, bueno, tiene más humor paródico de lo que recordaba. Desde la entrada del Schwarzie al tugurio streeper y las gafas chorras al "¡háblale a la mano!" o las tetas hinchables de la Terminatrix o el ataúd lleno de armas, pues uno entiende que los guionistas se lo toman poco en serio. No es comedia, claro, pero sí una serie B de acción física con bastantes detalles desmitificadores: un soplo de aire fresco tras la pesadísima segunda entrega. Y aquí se erige Mostow en el rey de la función, que a base de planificación y pulso narrativo te narra una huida entretenidísima: la célebre set piece del camión-grúa persiguiendo a la camioneta sigue siendo brutal por la solidez con que está rodada, y hasta se permite el lujo de quitar la música durante algunos minutos y que flipemos con el puro trabajo de sonido consistente en ruido, golpe, destrozo y un inflable botando en la carretera...
Luego me puse la primera Terminator y me pareció modélica por sus resultados en relación a los medios con lo que contaba. Excepto ciertos tics ochenteros y alguna prótesis cantosa (vista hoy), que también tienen su encanto, es una película que aguanta muy bien el paso del tiempo y que me confirma que está más cerca del terror que de la acción. El terminator de cejas afeitadas por el fuego conduciendo el coche de policía, la masacre en la comisaría, el esqueleto metálico que se levanta entre las llamas, el terminator suplantando la voz femenina o la pesadilla de Reese en la que recuerda/sueña un ataque de un terminator infiltrado entre los humanos son, aún, acojonantes... La mejor Cameronada está aquí.