Y todo el mundo sabe que, por supuesto, cualquiera puede ser así de rico, cosiendo batas.
Una cosa es que parte de la población lo obvie o lo obvieis pues el como no sea muy romántico y debe ser muy cansado, pero es de dominio público que ya sea cosiendo batas como el de Zara, o con una pequeña linea de autobús Asturias-Castilla con base en Luarca (ALSA), la clave está en esfuerzo, esfuerzo y mas esfuerzo. Esa cultura del esfuerzo que ya hace tiempo se ha intentado no promulgar demasiado entre nuestros infantes. E S F U E R Z O.
Ese esfuerzo es contrarrestado con frases del tipo "Algún chanchullo habrá hecho para llegar ahi" o "Ya, ya. Trabajando" que no dejan mas que ser un rezume de algo que abunda mucho en este país. Envidia.
Un abrazo sin esfuerzo!
¿Qué tiene que ver eso con lo que he dicho? ¿Dónde exactamente he dicho que este señor no se esfuerce?
Lo que pasa con Don Amancio es que se ha convertido en el referente de cierto tipo de persona que, cuñadismo mediante, se empeña en ponerle como ejemplo de que cualquiera puede ser rico y, el que no lo es, es porque es un vago.
Pues mira, pero no. Y muy bonita la historia de tus padres, te voy a contar la mía.
Mi padre, que a duras penas sabe leer y escribir, lleva desde los diez años (si no antes), currando de sol a sol. Y curraba desde tan pequeño porque, si no lo hacía, ni el ni sus hermanos comían. Así de fácil. Y el día que tenía un rato, se dedicaba a coserse ropa con trozos de sacos y se hacía zapatos con neumáticos viejos. Ese era su nivel de vida.
Desde entonces, ha currado como un animal todos los días de su vida, fines de semana incluidos, durmiendo cuatro o cinco horas seguidas el día que tenía suerte. Gracias a eso, ha podido salir adelante y jubilarse con unos buenos ahorros. Ahorros que, por cierto, entre abogados, estafadores e inspectores de hacienda, a saber si va a poder disfrutarlos.
Así que no me hables a mi de E S F U E R Z O.
Gracias a que mi padre se ha partido el lomo desde siempre, yo puedo tener hoy un trabajo menos exigente físicamente, que lo mismo no es esfuerzo para ti, pero oye, que curro. Más de doce horas al día con dos fines de semana medio libres al mes. No tengo tiempo ni para hacerme pajas.
Por cierto, para ahondar en la cultura del E S F U E R Z O, te puedo contar que cuando me quería comprar algún capricho, me tocaba currar. Entre otras cosas, porque no había ni un duro en casa. Y así fue como empecé a currar los fines de semana y veranos, con catorce años.
Sobre Don Amancio, vuelvo a repetir que nadie se hace el hombre más rico del mundo cosiendo batas. Nadie, nunca, jamás.
Este tío ha currado y curra como el que más. Pero, o ha hecho trampas, o no ha tenido ética o ha tenido toda la suerte del mundo. No hay más opciones.
No voy a entrar en sus ya conocidos talleres infames de a saber qué país. Hablando de España, si buscas un poco podrás ver historias de montones de talleres que han acabado en la ruina por el. Que se busquen las habichuelas dice el master of cuñados, como buen liberal. Lo que no se cuenta cuando se habla de este tipo es que obligó a muchos talleres a hacer inversiones brutales si querían seguir currando para ellos. Y, cuando las hicieron, les bajaron los precios una barbaridad. Y ya cuando terminaron de esquilmar por aquí, se fueron a países con menos derechos.
Así que menos lecciones, gracias. Este señor curra, no hay duda de ello, pero que ha llegado a donde está única y exclusivamente con esfuerzo se lo puedes contar a otro, que yo no me lo trago.