Curioso que al final ni Capitana Marvel ni gaitas, el que realmente salva el mundo no es ni más ni menos que el puto Hombre Hormiga.
Un delirium tremens de los superhéroes, el universo Marvel llegando a su cima y a su conclusión lógica, llevando incluso más lejos el circo de Infinity War con el factor tan peliagudo de los viajes en el tiempo (aún no me he parado a comprobar las posibles lagunas) y renunciando a ser una simple continuación, o una película partida en dos con clímax estirado, para tener interés por sí misma. Tal vez, pese a la desmesurada duración, no se nota tanto la acumulación y la ausencia de pausas. Tiene una parte, como no podría ser de otra manera, de puro “fan service”, de película hecha para los incondicionales y capaz de echar fuera a un recién llegado, destilando un amor incondicional por estos personajes, combinando muy bien momentos melodramáticos, acción, humor, etc. y guiños. Por otro lado, se suma a una cierta línea revisionista de los superhéroes que noto, por ejemplo, en el último Shyamalan, o en la del Spider-Man animado, en torno a unas criaturas de cómic que son ya como de la familia, enfrentadas a sí mismas tras tanto tiempo, con un punto de autoparodia y de reírse de sí mismos; el Thor gañán podría haber sido ridículo y me ha parecido de lo mejor.
El primer tercio está muy logrado y nos enseña lo que pocas veces vemos; la derrota de esta gente, lo que ocurre cuando gana el malo, un mundo gris y destruido (Antonioni, eh?), gente que tira como puede y fracaso total, con la Viuda Choni y el Capi Coelho. El segundo es más loco y juguetón, apostando por reformular instantes pasados de la franquicia, cual “greatest hits” descarado y consciente de sí. Y finalmente, el tercero es la más convencional y esperable batalla, muy épica y decisiva, con la última reverencia de toda la panda, desde secundarios a principales… al menos las secuencias de acción de estos dos tipos (con todos los peros) tienen un desarrollo interno que las hace atractivas más allá de la digitalada. El recurso del prólogo como empalme inmediato con la anterior también tiene su aquel, revelando a un insospechado Thanos como villano tristón y crepuscular, tras haber culminado su plan maligno, una carcasa vacía, de alguien que ha cumplido y ya no tienen nada por lo que luchar (como nuestros héroes); el giro que le dan después es, supongo, consecuente con esa lógica extrema y fría suya (el rasgo que más le caracteriza y define).
En cuanto al desenlace agridulce, creo que las muertes funcionan como homenaje a ella (eterna secundaria taciturna que ya es algo más en el corazón de todos los fans) y como cierre del círculo la de él (eterno carisma imposible de sustituir y quien lo comenzó todo)… lo de los “sucesores”, por otra parte, no lo encuentro tan forzado como lo del instante “girl power” (tampoco es que me joda la puta vida ésto). El último plano (el baile) estaremos todos de acuerdo en que supone un cierre inmejorable, gracias al que perdonamos un poco los inevitables falsos finales seguidos anilliles.