Los barceloneses se vuelcan con la película de Woody Allen
Desconcierto en algunas salas por recibir copias en catalán del filme
FERMÍN ROBLES - Barcelona - 20/09/2008
Era el estreno más esperado del año y la distribuidora de Vicky Cristina Barcelona había repartido entre las salas catalanas cerca de 60 copias (330 en toda España) de la película de Woody Allen para su puesta de largo. Había curiosidad entre los espectadores que hacían cola frente a las taquillas de los cines barceloneses por saber cómo el cineasta neoyorquino había retratado a Barcelona, por saber más sobre el triángulo amoroso Bardem-Cruz-Johansson, y los cines se llenaron más que cualquier otro viernes, a pesar de que la Mercè ya está en marcha.
El copropietario de Mediapro y productor de la cinta, Jaume Roures, anunció hace unos meses que la película de Woody Allen se podría ver únicamente en catalán o en versión original. Al fin, rectificó y se han repartido "46 o 47 en catalán", cinco en inglés y también cinco en castellano, como explicó en la emisora RAC 1 el propio Roures, que animó a los espectadores a hacer un "esfuerzo" y ver la versión catalana para "normalizar" el cine en este idioma.
Así lo debieron de pensar muchos barceloneses que desde las primeras sesiones llenaron cines como el Boliche, que la ofrecía en inglés y cuyos dos primeros pases (16.00 y 18.00) acogieron a 80 personas cada uno, cuando normalmente acuden unas 12. Lo mismo sucedió con las 315 butacas del Verdi y las dos salas del Floridablanca, que esperaban un lleno seguro para la noche.
El Aribau daba la película en castellano y la sesión de las 20.00 horas registró una cola que llegaba a la Gran Via. Al frente de ella estaban tres fans barcelonesas: Gloria, Marilú y Elena, que habían escogido la sala porque están acostumbradas a ver el cine en castellano y porque era la más cercana a su casa.
También se registró buena entrada en las salas que ofrecían la película en catalán, como el Palacio Balañá y el Maremàgnum. La inmensa mayoría de sus espectadores descubrían al llegar que la película estaba doblada al catalán. Y aunque hubo quien prefirió dar media vuelta o cambiar de sala, buena parte de los espectadores no tuvieron ningún problema en quedarse. Los cines de Diagonal Mar permitían ver la película en inglés o en catalán, y Glòries sólo en catalán, algo que sorprendió al encargado de la sala, que entendía que ésa no era una buena distribución, ya que no se ajusta a las preferencias de sus clientes habituales, informa Ferran Balsells. También mostró su sorpresa en ese sentido la encargada de los cines de Diagonal Mar.
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El doblaje aprueba pero quita chispa al filme de Woody Allen
• Barcelona estrena la película con 9 copias en inglés, 4 en catalán y 3 en castellano
CRISTINA FENÉS / NÚRIA MARTORELL
BARCELONA
Por fin Barcelona y Woody Allen consumaron su amor y el público local vio el resultado. Es raro que una película llegue a tantas salas en versión original: 9. La productora cambió de opinión y la estrenó también en castellano (3 salas en Barcelona) además de catalán (4). En toda Catalunya se han distribuido 68 copias (16 en castellano, 16 en VO. y 36 en catalán). Y, en España, 332. La conclusión: el doblaje aprueba pero quita chispa a Vicky Cristina Barcelona.
La cuestión idiomática adquiere especial relevancia porque Penélope Cruz y Javier Bardem no se doblan a sí mismos, así que había expectación por ver cómo sonaban sus voces postizas. Además, en la versión original --inglés-- hay momentos en los que Bardem y Cruz (exmarido y mujer) hablan en castellano, lo que dificulta la comunicación con Scarlett Johansson (una turista americana). Él llama la atención a su expareja para que cambie de idioma: la frase "María Elena Cruz, habla en inglés para que te entienda Johansson", se repite a lo largo del filme.
TRILINGÜISMO
Pero la escena pierde gracia cuando, aunque encaja en el diálogo, lo que se escucha es "cálmate", "sé positiva" y "prou, si us plau". En la versión catalana estas situaciones se solucionan mejor ya que parte de las conversaciones entre Cruz y Bardem son en castellano, lo que coincide con la dinámica de la versión original. Además, una de las protagonistas, Vicky Rebeca Hall, viene a Barcelona --retratada con imágenes de la Sagrada Família, el Parc Güell, la Pedrera...-- para "hacer un máster sobre identidad catalana". "¿Y qué piensas hacer con eso?", le replica su anfitrión en Barcelona, que es neoyorquino.
En el filme no se oye a nadie hablar catalán. Ese detalle no pasó desapercibido a Antoni Carbonell, un espectador que criticó, a la salida del cine Aribau, que la cinta tuviera "mucho tópico español y guitarra flamenca (parece Sevilla), y poco conocimiento de Catalunya; la única tradición que sale es el correfoc". Esa, una llesca de pa amb tomàquet en la mesa de las dos norteamericanas y la canción Qué li darem al noi de la mare. Eso sí, suena en la ciudad equivocada: Oviedo.