Notable film, dirigido e interpretado con un brío admirable, que refleja a la perfección ciertas realidades acerca del mundo musical y la gente que vive en él. J.K Simmons está estupendo en su papel de mentor de tintes villanescos, pero me sorprende la falta de reconocimiento (en comparación) hacia el trabajo de Miles Teller, al que he visto en apenas dos filmes contando este, pero que para mí se postula sin duda como uno de los más prometedores intérpretes masculinos en su franja de edad. Lo mismo se puede decir del director Damien Chazelle, un chaval de apenas 30 años de edad que dirige con una madurez propia de alguien con una trayectoria bastante más dilatada. Sin duda, dos grandes talentos a seguir en adelante.
Un saludete.