Respuesta: Woody Allen's post
Sueños de un seductor: soberbio e insólito film donde se nos define a un ¡freakie de los 70! Y a través de esa excelente idea, navegamos de mano de Herbert Ross (niños, audiovisualmente es de él salvo algunos momentos (por ejemplo, el beso con montaje loco es de Allen), pero esos movimientos de cámara no los hacía ahí Allen en su vida. Y tampoco es que sean gran logro, pero al César lo que es del César). Una historia de amores, desamores, encuentros y locuras cinéfilas que ofrece carcajadas, momentos históricos como esos créditos iniciales, un Allen soberbio (otra vez, aunque no salga del personaje, vuelve a dar chicha. ¡Es lo que digo con Stallone! ¡Hay que saber clavar los personajes, aunque luego no sean actores!) y una Keaton que vuelve a enamorarnos.
El mejor título antes de Annie Hall y una película absolutamente sobrecogedora, sin necesidad de redondeces (y lo digo por algún sueño de más y por una presentación del personaje de Allen que no está tan a la altura como el desarrollo. O la poca necesidad de enseñar a Bogart en cara de Pepe Jiménez, cuando funcionaba mucho mejor en penumbra). Viva el poder del revisionado.