Respuesta: Woody Allen's post
Delitos y faltas
Magistral película y aguda reflexión acerca del bien y del mal, a través de ideas como la ética, la culpa, la justicia y lo que heredamos de la religión y de la cultura judeocristiana (los personajes son judíos, pero lo que les ocurre puede ser aplicable a la sociedad occidental en general). Así, con un nihilismo y una mala leche absoluta, plantea cómo pueden no existir valores auténticos que determinen nuestras vidas, y por ello no hay creencias fijas que ofrezcan un asidero a la existencia, sino que el mundo es un caos frente al cual cada uno reaccionamos de diferente manera y tomando distintas decisiones. Es una película formada por dos historias paralelas y unidas argumentalmente tan sólo al final, de distinto tono, y protagonizadas por Landau y Allen respectivamente. Aunque viéndolas por separado parecen dos películas diferentes, la verdad es que Allen consigue aunarlas, reflejándose mutuamente (el mal que triunfa y el bien que fracasa) haciendo ingeniosas interrelaciones (el desenlace del oftalmólogo y las peculiares ideas sobre la comedia y la tragedia del cuñado odioso de Allen), y mezclando de manera magistral humor y drama, dándole la vuelta a una cosa y a la otra (lo dramático se vuelve cómico y viceversa). Una temática parecida la abordaría posteriormente, aunque con un tono más descarnado, en Match point.
La única pega que encuentro, que no enturbia el gran resultado final, es que la historia de Landau es mejor y más original, un drama angustioso, oscuro y casi bergmaniano (con una secuencia concreta como ese ataque nocturno con música de Schubert que es cine en estado puro), mientras que la historia de Allen es más típica suya, una comedia agridulce que recuerda a Annie Hall y que sin embargo tiene algunos puntos brutales (el documental con Mussolini y el caballo, qué descojone). Por lo demás, cine muy “alleniano” con sus diálogos y situaciones características, lleno de inteligencia e inspiración, ligero y a la vez profundo. Genial.