Respuesta: Woody Allen's post
- ¿Crees que a tu edad podrías conocer a alguien y volver a enamorarte?
- A mi edad uno espera haber logrado la inmunidad.
El ser humano, por naturaleza, es chismoso/chafardero/morboso. Aunque sea en un grado muy mínimo. Un grado de tan sólo querer saber de la vida de los demás. Y sin ir más lejos Woody, sin dejar ni alejarse un ápice de su estilo y constantes, va un paso más allá con esta grandísima película donde le da a la protagonista del relato una oportunidad de oro: poder escuchar desde su piso la consulta de un psicólogo sin que nadie sepa que hay esa posibilidad. Al principio, Marion ve eso como un estorbo para su trabajo y decide tapar el conducto pero poco a poco esa intrusión en las vidas ajenas y en particular la de una paciente hará que se convierta en una especie de adicción que a su vez, sin darse cuenta, se convertirá en el vehículo que dará paso a la retrospección de su vida, en modo de flashbacks, y encima descubrir, sin darse cuenta, en qué le puede beneficiar / ayudar en su vida acomodada pero carente de sentido emocional.
Lo más interesante de esta película es que aparte de ser de un metraje completamente escueto consigue darle una garra psíquica y un empaque rotundo a esta intimista propuesta donde el amor, el engaño-desengaño que se procesan las parejas de mediana edad, la media-alta sociedad, el psicoanálisis, los sentimientos de culpa y dar puerta a una vida pasada para tomar con impulso firme y decidido la nueva vida que viene, recuerdos y descubrimientos del porqué ciertas cosas, amistades rotas y complejo de culpa, suicidio como remedio a un sufrimiento, etc. Todo bien dosificado, expuesto, narrado y concluído que da como resultado uno de los filmes más serios, maduros y convincentes hasta la fecha.
Podría decirse que los 2 primeros minutos de metraje, donde se expone la vida y obra de Marion, su trabajo, su familia, sus deseos y pensamientos, sus convicciones y sus creencias es una de las mejores intros en el cine de Woody. Y sin darse cuenta introduce una de las frases que demuestra que el ser humano es el único ser que nunca acabará por conocerse. Espeta con rotundidad y convencimiento un "si algo parece que está bien mejor dejarlo como está". Sin darse cuenta, al dejar que las vidas ajenas entren en su vida (ya sea por los consejos del psicólogo y las miserias, dudas, problemas y situaciones de los pacientes) están empezando a moldear su propia vida y dejar que la trastoquen.
Marion se da cuenta que su vida no es tan perfecta como ella cree al recordar (y nosotros contemplamos) su vida pasada. Descubrimos como era su familia: sus padres, su hermano, como vuelcan sus esperanzas y logros en ella, como la idealizan. A su vez vemos sus relaciones pasadas y descubrir situaciones que parecen estar en lo más recóndito de la memoria pero que sirven a su vez para descubrir su frialdad y cierto distanciamiento, amparado en un falso sentimiento de complacencia, con su marido. Y a su vez descubrir varias píldoras que demuestran que quizás causa de su carácter es la razón del porqué una amistad pasada rompió y se distanció de ella.
A su vez la película demuestra como el ser humano ve cosas de su vida en la vida de otros y a veces (en ocasiones varias) descubrimos cosas que no nos gustan, cosas que deberíamos cambiar y no lo hacemos y casos donde nos damos cuenta que es mejor dejar las cosas como están porque eso forma parte de nuestro carácter particular. Pero a la postre nos damos cuenta que la vida, a fin de cuentas, son cambios constantes y que por más que queramos ese es el quid de la cuestión, entre otros muchos. Personas en nuestra vida, ya sean amigos, conocidos o simples anónimos que son elementos fundamentales. Como el personaje frágil y desdichado de Mia Farrow (Hope en la película, "esperanza" es su traducción... nunca mejor dicho) que servirá de autoanálisis para Gena Rowlands y a su vez servirá como punto de apoyo para Hope.
Está claro que la dirección de actores en esta película es todo un logro, empezando por la propia Rowlands, quien es un cúmulo de sensaciones, emociones, exposiciones y rotundos cambios en el estado anímico que demuestran la talla como actriz de este monstruo de la interpretación pero un aplauso enorme para un Ian Holm comedido pero no por ello convincente en su papel como ese esposo que engaña a su esposa debido a esa lejanía que sufren entre los dos. O Martha Plimpton, carne 100% Alleniana que a pesar de aparecer poco redondea todas y cada una de sus apariciones.
Con cierto toque fantástico para ciertos apartados episódicos donde Rowlands revivirá sus propias experiencias juveniles sólo que con su cuerpo actual y servirán, a su vez, para descubrir donde estuvo el error o donde estuvo el acierto o ese sueño extraño donde partes de ese episodio acabarán tomando forma en la realidad de un modo un tanto particular son elementos clave para descubrir que la vida también forma parte de un recuerdo pasado que nosotros pudimos cambiar para bien o para mal y no lo hicimos. Con un tono pausado pero en ningún momento cae en el tedio Allen ofrece una pieza clave en la década de los 80 que demuestra la madurez de su realización como director plasmando la amalgama de sentimientos en perfecto estado (la escena donde se reencuentran las dos amigas y lo que acontece en el punto álgido de la velada es brutal de lo bueno que es) pero sin dejar a un lado sus constantes eternas y con el homenaje / guiño / recuerdo de Bergman flotando en todos y cada uno de los planos consigue con "Otra mujer" el reconocimiento de ser un maestro.