Atreyub
En busca y captura
Kinepolis vuelve a invitarme. En 3D. Vamos allá...
(World War Z, Marc Foster, 2013)
Vista como si fuese una versión para todos los públicos de "28 días después" donde, sin una sola gota de sangre pero sí mucha adrenalina y tensión bastante lograda, volvemos a contar una vez más la típica historia de un mundo que acaba autodestruyéndose debido a una infección a escala global donde los zombies están inyectados en Red Bull a todo tren y en este caso se activan y salen de su letargo cuando escuchan sonido. Por lo demás Foster rueda con templanza y corrección, con un guión pasable pero sin ser nada del otro mundo y dándole la espectacularidad necesaria a los momentos adecuados donde los efectos especiales, la acción y la ausencia absoluta de vísceras, casquería y heridas supurantes a excepción de algún momento muy puntual hacen que "Guerra Mundial Z" sea un blockbuster aceptable, entretenido sin más, con un Pitt que ni pincha ni corta a pesar de ser el protagonista y que dentro de lo que cabe es uno de los títulos más pasables de lo que llevamos de verano.
Lo más agradecido es que el tercio final hayan decidido guardarlo en secreto sin dejarlo ver en ninguno de los trailers vistos hasta la fecha pues de esta forma pueden dejar la sorpresa para degustación del espectador. Tristemente no es una película que deje huella, ni sea la panacea en el género aunque haya cierto estilo y cierto esfuerzo por ser algo distinto basándose en las leyes de la naturaleza (esa marabunta en grupo formando un todo completo recorriendo las calles o haciendo piña para formar una montaña que queda bien claro en los títulos de crédito iniciales), con alguna escena que otra suelta muy bien resuelta (la carrera por las calles de Israel o los primeros 15 minutos que son eficaces al 100% como la escena del supermercado) y una fotografía oscura y un tanto fría pero que le da al producto una sensación conseguida de lejanía. Pasable y aceptable.
(World War Z, Marc Foster, 2013)
Vista como si fuese una versión para todos los públicos de "28 días después" donde, sin una sola gota de sangre pero sí mucha adrenalina y tensión bastante lograda, volvemos a contar una vez más la típica historia de un mundo que acaba autodestruyéndose debido a una infección a escala global donde los zombies están inyectados en Red Bull a todo tren y en este caso se activan y salen de su letargo cuando escuchan sonido. Por lo demás Foster rueda con templanza y corrección, con un guión pasable pero sin ser nada del otro mundo y dándole la espectacularidad necesaria a los momentos adecuados donde los efectos especiales, la acción y la ausencia absoluta de vísceras, casquería y heridas supurantes a excepción de algún momento muy puntual hacen que "Guerra Mundial Z" sea un blockbuster aceptable, entretenido sin más, con un Pitt que ni pincha ni corta a pesar de ser el protagonista y que dentro de lo que cabe es uno de los títulos más pasables de lo que llevamos de verano.
Lo más agradecido es que el tercio final hayan decidido guardarlo en secreto sin dejarlo ver en ninguno de los trailers vistos hasta la fecha pues de esta forma pueden dejar la sorpresa para degustación del espectador. Tristemente no es una película que deje huella, ni sea la panacea en el género aunque haya cierto estilo y cierto esfuerzo por ser algo distinto basándose en las leyes de la naturaleza (esa marabunta en grupo formando un todo completo recorriendo las calles o haciendo piña para formar una montaña que queda bien claro en los títulos de crédito iniciales), con alguna escena que otra suelta muy bien resuelta (la carrera por las calles de Israel o los primeros 15 minutos que son eficaces al 100% como la escena del supermercado) y una fotografía oscura y un tanto fría pero que le da al producto una sensación conseguida de lejanía. Pasable y aceptable.