¿Qué libro estamos leyendo?

Es un clásico y probablemente su mejor libro junto a Los Amantes. Criminalmente poco conocido fuera de los círculos de la sci fi. Es mejor saber lo menos posible antes de empezarlo. Creo que te va a encantar. Toda la saga del mundo rio merece muchísimo la pena y Farmer es bastante dinámico.
 
La saga "suya" que sí terminé fue la de La Torre Negra. Tiene el inconveniente de que al ser de diferentes autores la calidad de la escritura varía bastante pero aun así la disfruté mucho.
 
20230915_092434.jpg
 
9788419188311.jpg


Pues yo me he llevado un sorpresón del quince. La editorial el paseo ha publicado una traducción de la extraordinaria edición que hizo Penguin Classics en su día dedicada a Beaumont, Perchance to Dream and other tales. 23 relatos de un genio que nada tiene que envidiarle a Richard Matheson y con quién formo junto a Serling los tres mosqueteros de The Twilight Zone. Aquí están varios de los cuentos que él adaptó para la serie (como el que da titulo al libro o The Howling Man), cinco en total, y que son incluso mejores que sus adaptaciones. Un hombre que al igual que Matheson supo convertir los horrores de su sociedad en historias de fantasía, ciencia ficción y terror. Un autor que en España ha sido bastante ignorado, quitando el cuento suelto en alguna que otra antología (un poco como Harlan Ellison). Un descuido que este extraordinario libro ayuda a paliar. ¡Por fin! Aunque nunca es tarde si la dicha es nueva (digo... buena).

Ahora solo falta que se reediten la trilogía Gormenghast de Peake y El Libro del Sol Nuevo de Wolfe. Grano a grano... espero.
 
9788419188311.jpg


Pues yo me he llevado un sorpresón del quince. La editorial el paseo ha publicado una traducción de la extraordinaria edición que hizo Penguin Classics en su día dedicada a Beaumont, Perchance to Dream and other tales. 23 relatos de un genio que nada tiene que envidiarle a Richard Matheson y con quién formo junto a Serling los tres mosqueteros de The Twilight Zone. Aquí están varios de los cuentos que él adaptó para la serie (como el que da titulo al libro o The Howling Man), cinco en total, y que son incluso mejores que sus adaptaciones. Un hombre que al igual que Matheson supo convertir los horrores de su sociedad en historias de fantasía, ciencia ficción y terror. Un autor que en España ha sido bastante ignorado, quitando el cuento suelto en alguna que otra antología (un poco como Harlan Ellison). Un descuido que este extraordinario libro ayuda a paliar. ¡Por fin! Aunque nunca es tarde si la dicha es nueva (digo... buena).

Ahora solo falta que se reediten la trilogía Gormenghast de Peake y El Libro del Sol Nuevo de Wolfe. Grano a grano... espero.

Yo guardo como oro en paño los 2 volúmenes que sacaron traducidos con relatos de Twilight zone, de los escritos por Rod Serling. Me haré con este sin duda alguna :birra :birra :birra Beaumont es un grande. Aparte de los relatos que escribió para TW, ahí quedan sus trabajos para ese trío imbatible que fue Poe / Corman / Price (La máscara de la muerte roja probablemente, sea mi favorito de todos aquellos filmes).

Por cierto, de Twilight zone, lo que vi hace muchísimos años en una librería de viejo, era una adaptación de la peli con Spielberg, George Miller, John Landis y Joe Dante. O al menos, la portada era la misma que la película. Desconozco si serían relatos originales de los autores o una novelización, tan en boga por la época.
 
Sé que Robert Bloch escribió una novelización de la película, pero no sé si se trataría de esa edición.

Siempre lamenté que Serling no escribiera más cuentos. En ningún momento me pareció un guionista metido a escritor. Incluso mejora algunos de los episodios en esas dos antologias. El de ¿Dónde está Todo El mundo? sobre todo, con ese añadido final.
 
Ojeando la tele biblioteca me he encontrado con esto

1694843108388.jpeg

Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil​

Drew Gilpin Faust​

Durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, más de seiscientos mil soldados perdieron la vida, una carnicería sin precedentes que, en términos actuales, equivaldría a seis millones de personas. La escalofriante escala de mortandad y la devastación fue tal que no solo afectó a la existencia de centenares de miles de individuos, sino que tuvo un impacto profundísimo en la vida y la psique colectiva de la nación. En el monumental y multipremiado libro Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil, Drew Gilpin Faust, experta en la Guerra de Secesión y primera presidenta de la Universidad de Harvard, describe cómo una cultura profundamente religiosa como la estadounidense pugnó por tratar de conciliar la idea de matar al prójimo o morir por una causa que no todos compartían con su creencia en un Dios benevolente, cómo madres, padres, hermanos o hijos tuvieron que encajar la pérdida de sus seres queridos y cómo los supervivientes de esta ordalía debieron rehacer y continuar sus vidas. A lo largo de Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil, escuchamos las voces de los soldados y de sus familias, de estadistas, generales, predicadores, poetas, cirujanos, enfermeras, del Norte y del Sur, que se conjugan para transmitir vívidamente cuál fue la experiencia más fundamental y ampliamente compartida de esta guerra, como lo es de todas: la muerte. Una lectura tan humana como sobrecogedora que desnuda a la guerra de cualquier romanticismo y visibiliza las profundas cicatrices que los conflictos civiles, como lo fue la Guerra de Secesión y como lo han sido tantos otros, dejan en las sociedades.

y encima descubro una editorial de historia militar
 
414yYPZxvoL.jpg


creo que lo que cuenta, lo han escrito otros antes mucho mejor, aunque conforme se aleja de la historia española y empieza la anglo empieza a mejorar.

9788499088105-fr.jpg


no entiendo la tremenda popularidad del libro, pensaba que era una novela pero es un ensayo-biografía muy desperdigado jugando en su narración al mismo misterio que cuenta y que no es tal, lectura ligera aunque le falta algo; muy recomendable en todo caso.
 
3db6c9d56d3db40f9558bf6e06d9a156.jpg



Como Chejov, Carver, Hemingway, James Salter es un escritor de corte fino y limpio que, mediante trazos precisos, disecciona en unas cuantas páginas algo tan banal y tan inescrutable como el alma de unos personajes normales y corrientes. Hombres y mujeres en edad madura, de clase acomodada y media-alta, a menudo cultos y de buena posición, protagonizan estos diez relatos. Pero bajo una superficie de triunfo y estabilidad familiar, profesional o de pareja, late la infelicidad, la sensación de fracaso. La dolorosa percepción del paso del tiempo y el recuerdo de una genuina felicidad, o de un placer o libertad imposibles de recuperar.

Es recurrente la infidelidad, el fin del amor, también la muerte como realidad próxima que lo resignifica todo. También una resignación tranquila a veces, ante una realidad que no controlamos, ante la mediocridad, o bien fuimos nosotros mismos quienes echamos por la borda lo que una vez tuvimos o pudimos tener, y ahí entra de nuevo la fugacidad de la vida. Cuentos en torno a lo estúpido, lo cruel, pero también lo puro del ser humano, lo contradictorio. Pues aunque el esplendor del pasado, pasado está, no por ello deja de ser menos real lo que se vivió.

Las descripciones tienden a veces a lo lírico, a lo irónico, en un estilo lacónico y sencillo, con tendencia a la elipsis, a deslizar la información de una manera un tanto deshilachada, confusa a veces, que obliga a cierto esfuerzo lector, a prestar atención a cada frase que ha elegido el autor, a cada detalle, con unos comienzos y unos finales a menudo bruscos. Salter observa con piedad y desde la distancia a sus criaturas y lo hace en un tono neutro, no le hace falta énfasis alguno en unas historias elocuentes por sí mismas, que se van revelando lenta y espontáneamente. Por orden:

(Para quien le interese, dejo el resumen de cada cuento dentro de spoiler para no poner un tocho infernal)

“Cometa”. Una velada de cincuentones con matrimonios fallidos a sus espaldas será escenario de rencores y acusaciones muy feas a causa del alcohol. La aparición de cierto fenómeno natural en el cielo será el único hecho memorable y cargado de significado. La evocación de los momentos gozosos que viviste, de los errores también, en los que volverías a caer, o que te esfuerzas por justificar, frente a un presente en el que todo está podrido, pero es mejor mirar para otro lado.

“Los ojos de las estrellas”. Dos mujeres, una diva del cine en horas bajas y una madura productora; la guapa insolente y la fea simpática, dos polos muy opuestos aunque simétricos en su relación difícil con los hombres, aunque las conclusiones que pueden extraerse ante el desengaño de la edad (resentimiento, o bien generosidad y aceptación) son muy diferentes.

“Contigo, mi señor”. Destacable la maestría con que se usa la figura de un perro abandonado, la presencia lejana de un poeta maldito y vividor, para expresar la frustración vital y el profundo hastío de una mujer que proyecta en el animal sus insatisfacciones. Bastante incorrecto, en cuanto a que todo parte de una situación de acoso sexual, pero un auténtico ejercicio de contar sin contar, sobre la conexión perdida con el lado más irracional, salvaje si se quiere, y humano.

“Cuánta diversión”. Conversaciones intrascendentes de un grupo de chicas de fiesta, que hablan de sexo, relaciones y experiencias. Una de ellas es la tímida que envidia en secreto a las demás, testigo mudo; le pasa algo que sólo sabremos al final. El encuentro con un completo extraño, y no con quienes supuestamente son tus amigas de confianza, es lo que abre la insólita posibilidad de una catarsis para quien experimenta la conciencia de que ya es demasiado tarde para todo.

“El don”. ¿Qué ocurre cuando una pareja decide no tener absolutamente ningún secreto entre sí? Pues nada bueno. Consecuencias de algún modo injustas y drásticas, un duro renunciar a algo tan necesario como el aire que respiras. Único cuento escrito en primera persona, curiosamente, y de los más claros ejemplos de un dilema moral. De fondo, un personaje extraño y memorable, de nuevo la figura de un artista de vida y obra superpuestas, de mentalidad poco convencional, que cautiva a todo su entorno; además, mínima y conmovedora semblanza de una relación entre dos hombres, en la que se desdibujan los límites del amor y la amistad.

“Platino”. Disección despiadada e irónica de una familia de postín, de sus miserias no expresadas, del engaño en que caen sus miembros, pero también del imperioso anhelo de vivir y sentir pese a lo prohibido y reprobable de ciertos actos. Unos pendientes sirven como detonante para que las cosas salgan a la luz. La inocencia de un pobre tonto enamoradizo contrasta con la hipocresía y ausencia de escrúpulos de quienes le rodean, siendo especialmente cruel la figura de la joven amante, una muestra más de cómo sigue girando la rueda.

“Palm Court”. El amor que pudo ser y no fue, el recuerdo glorioso de las experiencias compartidas en la juventud, de un instante crítico en que todo se fue al carajo porque no nos atrevimos a dar el gran paso, y sólo desde la distancia se entiende. Las personas que fuimos y las que somos ahora, completamente diferentes, aunque con algo inmutable, que aún nos liga al ayer. Relato que, en realidad, como los demás, trata de otra “última noche”, una despedida, un punto y final.

“Bangkok”. Los fuegos que nunca acaban de extinguirse. La mujer como vendaval erótico y vital ante el hombre circunspecto, racional y que evade sus instintos, atormentado ante el reencuentro. Algo que les unió y que ya no existe, pero que fue muy real. ¿Es la vida del ermitaño burgués una “vida fingida”? Una frase: “no sabía que la felicidad consiste en tener lo mismo todo el tiempo”.

“Arlington”. Ambiente castrense, la excusa de un funeral militar. Honor, amistad, deshonor y las tonterías que se cometen por un amor absurdo, no recíproco, y sin embargo lo es todo ante la muerte próxima. El deshonrado es consciente de que existe el honor, los principios, quizá porque él mismo los ha tenido a su manera.

“La última noche”. Crudeza, incomodidad y un giro final próximo al absurdo, en torno a una cuestión tan delicada como lo es la eutanasia. Pobres individuos sometidos a las paradojas del azar, hasta un punto oscuramente cómico. Una vez más, decisiones difíciles que tomar, capaces de subvertir el orden de lo que es correcto y lo que no, sin solución aparente. La cuestión del fin de la vida adquiere notas mitológicas incluso, conduciendo a un final que, pese a su dureza, es casi de humor negro, de pesadilla; ha muerto lo lozano, lo capaz de regenerar algo, y ha vuelto a la vida lo que estaba moribundo y condenado de antemano.
 
Leyendo Holly del tito King (em, sí, para los kingófilos constantes hay que leer antes la trilogía de Mr Mercedes, El visitante y La sangre manda).
Como siempre, una delicia leer a este hombre, seré un fanboy o lo que sea, pero gosando. La historia, pues un thriller con sus toques king, aquí con unos viejecitos de lo más cabrones y sanguinarios.
 
releyendo El Aleph, es increíble cómo puede uno perderse dentro del relato, de sus palabras, del Aleph.


La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía...
 
Después de acabar la trilogía de la Interdependencia de John Scalzi y de quedarme con ganas de más, ¿son recomendables los libros de Peter F. Hamilton: La estrella de Pandora, Judas desencadenado y la trilogía del Vacío?

¿Algún buen libro de zombies últimamente?

Tengo mono.

Amazon product ASIN 1798468158
Cuando uno es de los pocos supervivientes tras un apocalipsis zombi, se puede llamar como le dé la gana. Así que Lobo se llama así porque quiere, y también quiere limpiar Madrid de la escoria de los muertos vivientes. Para ello no duda en echar mano del armamento pesado que atesora en su cuartel general en la Plaza de Castilla y de su extensa experiencia y aprendizaje de años leyendo cómics, viendo películas y estudiando libros. Ex militar, ex escritor y ex friki, Lobo ha iniciado una cacería en solitario contra los zombis madrileños. Lo malo es que los muertos vivientes no son el único y mortal peligro que existe en la antaño orgullosa capital española… Madrid zombi es una novela escrita de forma ágil, con una narrativa rápida y directa y unos personajes alocados envueltos en situaciones extremas. Humor, acción, mala leche y vísceras, muchas vísceras.

Desconozco si valdrá la pena pero tiene buena pinta
 
Última edición:
Arriba Pie