Cajón de sastre

Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

Noam Chomsky - Público
El 21 de enero de 2010 quedará registrado como un día oscuro en la historia de la democracia de Estados Unidos y su declive. Ese día, la Corte Suprema dictaminó que el Gobierno no puede prohibir que las compañías hagan aportaciones económicas en las elecciones.
La decisión afecta profundamente a la política gubernamental, tanto en el plano interno como en el internacional, y anuncia incluso mayores conquistas de las corporaciones sobre el sistema político de EEUU. Para los editores de The New York Times, el fallo “golpea el corazón mismo de la democracia” al haber “facilitado el camino para que las corporaciones empleen sus vastos tesoros para inundar [con dinero] las elecciones e intimidar a los funcionarios elegidos para que obedezcan sus dictados”.
La Corte estuvo dividida, cinco contra cuatro. A los cuatro jueces reaccionarios (engañosamente llamados conservadores), se les sumó el magistrado Anthony M. Kennedy. El magistrado presidente, John G. Roberts Jr., tomó un caso que se podía haber resuelto fácilmente sobre bases más limitadas y maniobró en la Corte con el fin de hacer aprobar un dictamen de gran alcance que revierte un siglo de restricciones a las contribuciones de las empresas en las campañas federales.
Ahora, los gerentes de las compañías podrán, de hecho, comprar directamente comicios, eludiendo vías indirectas más complejas. Es bien sabido que las contribuciones empresariales, en ocasiones envueltas en paquetes complejos, pueden inclinar la balanza en las elecciones y, así, dirigir la política. La Corte acaba de entregar mucho más poder a ese pequeño sector de la población que domina la economía.
La Teoría de inversiones de política, del economista político Thomas Ferguson, ha constituido durante mucho tiempo un exitoso pronóstico de la política gubernamental. La teoría interpreta las elecciones como ocasiones en las que segmentos del poder del sector privado se unen para invertir en el control del Estado. La decisión del 21 de enero refuerza los medios para socavar la democracia funcional.
El trasfondo es revelador. En su disensión, el juez John Paul Stevens admitió que “desde hace tiempo se ha sostenido que las corporaciones están amparadas por la Primera Enmienda [la garantía constitucional de la libertad de expresión, que incluye el derecho a apoyar a candidatos políticos]“.
A principios del siglo XX, teóricos legales y tribunales implementaron un fallo de la Corte de 1886 mediante el cual las corporaciones -esas “entidades colectivistas legales”- debían tener los mismos derechos que las personas de carne y hueso. Este ataque al liberalismo clásico fue condenado con rotundidad por la especie en extinción de los conservadores. Christopher G. Tiedeman describió el principio como “una amenaza a la libertad del individuo y a la estabilidad de los estados americanos como gobiernos populares”.
En su trabajo de historia sobre la ley, Morton Horwitz escribe que el concepto de personalidad corporativa evolucionó a la par que el desplazamiento del poder de los accionistas hacia los gerentes y, finalmente, condujo a la doctrina de que “los poderes de la mesa directiva son idénticos a los poderes de la corporación”. En años posteriores, los derechos corporativos se expandieron mucho más allá que los de las personas, particularmente mediante los mal llamados “acuerdos de libre comercio”. Bajo esos acuerdos, por ejemplo, si General Motors establece una planta en México, puede exigir ser tratada igual que una empresa mexicana (trato nacional), a diferencia de un mexicano de carne y hueso que pretendiera en Nueva York un trato nacional o, incluso, los mínimos derechos humanos.
Rivales del Gobierno
Hace un siglo, Woodrow Wilson, en aquel entonces un académico, describió un Estados Unidos en el que “grupos comparativamente pequeños de hombres”, gerentes corporativos, “ejercen un poder y control sobre la riqueza y las operaciones de negocios del país”, convirtiéndose en “rivales del propio Gobierno”. En realidad, esos grupos pequeños se han convertido cada vez más en los amos del Gobierno. La Corte Suprema les da ahora un alcance aún mayor.
El fallo de 21 de enero llegó tres días después de otra victoria para la riqueza y el poder: la elección del candidato republicano Scott Brown para reemplazar al finado senador Edward M. Kennedy, el león liberal de Massachusetts.
La elección de Brown fue presentada como una “rebelión populista” contra los elitistas liberales que manejan el Gobierno. Los datos de la votación revelan una historia diferente. Una asistencia alta de votantes de los suburbios ricos y baja en las áreas urbanas demócratas contribuyeron a la victoria de Brown. “Un 55% de los votantes republicanos dijo estar muy interesado en la elección, en comparación con un 38% de los demócratas”, según la encuesta de The Wall Street Journal/NBC. De manera que los resultados fueron, en realidad, una revuelta contra las políticas del presidente Obama: para los ricos, no estaba haciendo lo suficiente para enriquecerlos aún más, en tanto que para los sectores pobres estaba haciendo demasiado en favor de los poderosos.
La ira popular es perfectamente comprensible, dado que los bancos están prosperando gracias a los rescates, mientras que el desempleo se ha elevado al 10%. En el sector de la manufactura, uno de cada seis está sin trabajo: un desempleo en el nivel de la Gran Depresión. Con la financialización creciente de la economía y el desplome en la industria productiva, las perspectivas de recuperar los tipos de empleo que se perdieron son sombrías.
La salud pública
Brown se presentó como el voto 41 contra el programa de salud pública; esto es, el voto que podría socavar el dominio demócrata en el Senado de EEUU.
El programa de atención médica de Obama fue, en efecto, un factor en la elección de Massachusetts. Los titulares están en lo correcto cuando informan de que el público se está volviendo contra el programa. Las cifras de la encuesta explican por qué: porque la iniciativa no llega lo suficientemente lejos. El sondeo de The Wall Street Journal/NBC reveló que la mayoría de los votantes desaprueba el manejo del sistema de salud tanto por los republicanos como por Obama.
Estas cifras están en la línea de otras encuestas nacionales recientes. La opción pública de la salud es apoyada por el 56% de los encuestados y el acceso a Medicare a los 55 años de edad, por el 64%; pero ambas iniciativas fueron abandonadas. Un 85% opina que el Gobierno debería tener el derecho de negociar los precios de los medicamentos, como en otros países; sin embargo, Obama garantizó a las grandes industrias farmacéuticas que no elegirá esa opción.
Amplias mayorías de ciudadanos están a favor del recorte de costes, lo que tiene sentido: el coste per cápita en EEUU por atención médica es aproximadamente el doble que en otros países industrializados y los resultados en términos de salud están en el extremo inferior.
Pero el recorte no puede ser emprendido seriamente cuando se trata con gran generosidad a las compañías farmacéuticas y el sistema de salud está en manos de aseguradores privados prácticamente sin regulación -un sistema costoso, peculiar de EEUU-.
El fallo del 21 de enero eleva nuevas e importantes barreras para superar la grave crisis del cuidado de la salud o para afrontar asuntos tan críticos como las inminentes crisis ambiental y energética. La brecha entre la opinión pública y la política pública es cada vez mayor. Y el daño a la democracia estadounidense es tan grande que difícilmente se puede exagerar.
Distribuido por The New York Times Syndicate.

(Fuente: [url]http://www.attac.es/las-empresas-toman-la-democracia-de-eeuu/[/URL])
 
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Fijo para siempre, pero ¿inamovible?

El empleo público, altamente protegido, sigue en expansión - Ser más o menos productivo no tiene consecuencias - El reto es evaluar al funcionario
JAVIER MARTÍN 13/02/2010


El mundo ha cambiado una barbaridad, ni el matrimonio es ya para siempre; pero el empleo del funcionario, sí. Hasta que la muerte o la jubilación los separe. En tiempos de paro y déficits si las cuentas públicas no cuadran, ¿para qué seguir aumentando el empleo público? En el reino del empleo temporal, del ERE y la congelación salarial, ¿por qué el funcionario tiene trabajo fijo y hasta le suben el sueldo?


"El empleo de por vida es la mejor garantía de profesionalidad", dice Domingo Fernández, presidente del sindicato de funcionarios CSI-CSIF. El profesor Francisco Longo disiente: "Por razones de interés general, la hiperprotección laboral del empleo público debe acabar. Cuando la Administración pública no puede mantenerse debe ser lógico que elimine servicios y puestos de trabajo, como sucede en la empresa privada".

Históricamente, el empleo vitalicio fue una prueba de salud democrática: un cuerpo de funcionarios permanente para evitar que el Gobierno entrante pusiera a sus funcionarios y despidiera a los anteriores, como aún sucede en países latinoamericanos. "Eso era necesario en trabajos ligados a los servicios de autoridad, donde el bien público dominante es la imparcialidad", explica Longo, profesor de recursos humanos en ESADE. "Con el tiempo, la protección extraordinaria del empleo público se ha extendido a otros que nada tienen que ver con la autoridad, como profesorado, médicos o servicios sociales, es decir, a la inmensa mayoría. Parecería lógico que estas personas, aparte del examen de entrada, tuvieran que superar de tiempo en tiempo unas evaluaciones para seguir en el empleo".

Así será en Cataluña. Los futuros funcionarios estarán a prueba 90 días y pasarán pruebas anuales. "No nos asusta la evaluación", advierte el dirigente sindical Fernández, "pero con recompensas si es positiva; y sin que signifique el despido, si sale negativa". Fernández recuerda que ya existe el periodo de prueba, pero la novedad de la ley catalana es su carácter obligatorio y universal.

Al catedrático de Sociología Salvador Cardús le gustaría renegar de su condición de funcionario, "porque mi remuneración no depende de mis méritos, sino de mis años de antigüedad". Para Cardús el empleo de por vida es "difícilmente justificable; pero si hay que hacerlo, que dé cuenta de la calidad de su trabajo con mecanismos de control transparentes".

Mientras los países de la Unión Europea recortan funcionarios, España los aumenta (un 32% entre 2000 y 2008). La masa salarial del empleo público por habitante ha aumentado un 60% en España, casi el doble que en la UE. El pago del empleo público se lleva la quinta parte del presupuesto del país.

"A las ocho de la mañana, una persona ficha por todos, y a las tres, otra hace lo mismo". Enrique Cejudo cuenta su experiencia como secretario sustituto del Juzgado número 1 de El Ejido (Almería). "No se trabaja ni cuatro horas al día. Se puede verificar muy fácilmente pues todos los fichajes se hacen en el mismo ordenador". No es el caso general, pero el sistema lo permite.

Belén Marina, profesora de Derecho Administrativo en la Universidad de Alcalá, no cree que haya empleo de por vida. "El derecho de inamovilidad de los funcionarios no es ilimitado. Su régimen disciplinario contempla las faltas de asistencia, el incumplimiento de la jornada, la falta de puntualidad o de rendimiento... con sanciones que pueden llegar a la separación del servicio".

¿Cuántas infracciones, sanciones o despidos de funcionarios hay? La profesora lo desconoce, también el Ministerio de Justicia, y el de las Administraciones Públicas. "Llevo más de 30 años en la universidad", dice Cardús, "y no he conocido ninguno, pese a que hay casos, pocos, de irresponsabilidad absoluta. El procedimiento es dramáticamente complicado".

Los sindicatos también desconocen estadísticas disciplinarias que serían, por otro lado, lógicas en un colectivo tan grande. "Sólo hay datos de absentismo", dice Fernández. "Similar al de las grandes empresas privadas".

Para evitar el absentismo camuflado, Cejudo eleva a su ente superior, la Subcomisión Provincial de Coordinación y Cooperación de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, una posible mejora de su juzgado. "Sólo con implantar la huella digital para que fichen los empleados, el tiempo de trabajo aumentaría un 50%".

Longo reparte culpas. "Hemos vivido épocas de vacas gordas todos, familias, empresas y también la Administración. Es cierto que una parte del aumento es por mejora de servicios: hay más profesores por alumno, más médicos por enfermo, pero la Administración pública del futuro debe de ser menos voluminosa y más cualificada. El Gobierno sigue contratando demasiado trabajo poco cualificado. Son unas rutinas de comportamiento muy difíciles de romper por los gobernantes. Tienden a seguir haciendo lo mismo".

Y, en consecuencia, el gasto público se va hinchando. Hoy son 2,7 millones de personas trabajando para la Administración, de ellos 1,7 millones funcionarios. "El tamaño del sector público ha experimentado un acelerado crecimiento en esta última década", dice Mario V. González, autor de El coste de la Administración pública española. Según sus cuentas, en 2008 cada español dedicó a pagar a los funcionarios 2.560 euros, 1.000 euros más que ocho años antes. "En España, el coste salarial por empleado público excede en más del 20% el coste del privado".

El presidente del sindicato CSI cree que el aumento se debe a la convergencia con Europa y al desarrollo de las autonomías. Sin embargo, no achaca a la crisis económica las voces que se levantan para cambiar el estatus del funcionariado. "Obedece más a las exigencias de los ciudadanos y a la incorporación de las nuevas tecnologías".

El Gobierno catalán intenta cambiar las viejas estructuras con una ley que reduce la maraña de cuerpos a sólo cuatro, que facilitará la movilidad entre administraciones. Se acabará también con la selección por cuerpos y escalas, que permitía que un abogado ganara, por ejemplo, plaza en un trabajo de gestión económica. "El objetivo es que las administraciones puedan actuar con más flexibilidad; pero también garantizar la idoneidad de las personas para el puesto de trabajo que han de ocupar", explica Jordi Ausàs, consejero de Gobernación. Y otra novedad no menos importante: se exigirá examen para el empleo público temporal, argucia contemporánea para colar gente a dedo que, con el tiempo, accedía a la plaza fija.

El sindicalista Fernández a nada dice que no. "En estos días estamos negociando con la vicepresidenta Fernández de la Vega una ley de la función pública donde se desarrollan sistemas de evaluación, promoción, la movilidad -hasta ahora muy pequeña y complicada-, y la función directiva, que tampoco existía".

Efectivamente, hay funcionarios y jefes puestos a dedo por los políticos, pero no funcionarios-directivos. "No tiene sentido que cambie el presidente de una comunidad autónoma y cambien los gerentes de los hospitales públicos, como está pasando", recuerda Longo.

"La Administración española tiene un gran déficit de gestión. Hay pocos gestores profesionales de la cosa pública, que introduzcan los valores de costes, gastos e inversiones". Longo recuerda los males que acarrea un cuerpo de funcionarios de por vida. "Su hiperprotección conlleva la falta de riesgo del colectivo con unas consecuencias anómalas para la sociedad, como el encarecimiento de los servicios y la distorsión de la labor sindical". "El sindicalismo público es de confrontación", explica, "mucho más agresivo que el privado, porque no existe la amenaza del despido".

El economista Manuel Balmaseda cuantificó en un 4,7% del PIB la diferencia de productividad entre el sector público y el privado en 2003. A caballo entre Estados Unidos y España, Balmaseda recuerda en su Libro Marrón (2006, Círculo de Empresarios) que la productividad de los sectores público y privado era prácticamente idéntica en 1980; pero en 2003 la situación había cambiado: "La productividad del sector privado superó los 35.000 euros, pero la del público no llegaba a los 28.000".

El socialista Tony Blair implantó en la Administración británica el principio de que la eficiencia y productividad de cualquier tarea de cualquier organismo público es medible al igual que en una empresa privada. Y, en función de ello, suprimir, ampliar o reducir.

A partir de entonces han proliferado organismos de evaluación, incluso en España. Veamos uno, la rimbombante Agencia de Evaluación de las Políticas Públicas y Calidad de los Servicios en España. Creada hace tres años, sólo se mueve a iniciativa del Gobierno y escribe informes como Trámites administrativos para la creación de empresas. Sus conclusiones: "Es imposible recoger en un solo modelo toda la casuística de la tramitación administrativa". Otra: "El primer paso de una política de simplificación de los trámites para la creación de empresas debe ser impedir que se establezcan nuevas trabas". Y no lo firma Perogrullo.

Como escribe el consejero del Tribunal de Cuentas Lluís Armet en la Revista Española de Control Externo: "La creación de una burocracia para luchar contra los aspectos burocráticos no es la mejor forma de actuar".

¿Qué diferencia hay en la Administración pública española entre un buen trabajador y un vago? ¿Cuál entre el juez que dicta 200 sentencias anuales y el que no dicta ninguna? ¿Y entre el catedrático que acude a sus clases y el que se refugia en supuestas investigaciones? ¿O, simplemente, entre el funcionario que llega tarde y se va pronto y el que cumple su horario? Aparte de la moral, ninguna.

"La falta de evaluaciones no es el mejor hábitat para fomentar la productividad, que es un problema de España en general, y la productividad del funcionario es aún inferior al del empleo privado", recuerda Longo.

Mientras en los países anglosajones cuesta atraer a la juventud al funcionariado, en España se hace cola. "Da pena que el objetivo del universitario sea sacarse una oposición", se lamenta Mario González. "Es una situación racional, por supuesto, porque te da empleo fijo de por vida y aumentos salariales del 2%, pero mata el espíritu emprendedor de un país, que es lo que hace progresar a la sociedad".

Tras 15 meses como secretario de juzgado, Cejudo volvía a escribir a su ente superior, la Subcomisión Provincial de Coordinación y Cooperación de la Consejería de Justicia de la Andalucía: "Desde el otro lado del espejo que he traspasado, como abogado, como profesor de universidad y como gerente de empresa, la realidad no parecía tan penosa como se aprecia desde dentro. El directivo que aterrizó en la corte de su señoría ha comprobado que no podrá ejercer sus habilidades directivas; lo más que puede llegar a ser es un virtuoso castratti, un capón sin atribuciones que ha de limitarse a firmar y a firmar, y a ser amable".

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Fijo/siempre/inamovible/elpepusoc/20100213elpepisoc_1/Tes
 
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Selección de perlas (sindicalistas casi todas)

"El empleo de por vida es la mejor garantía de profesionalidad", dice Domingo Fernández, presidente del sindicato de funcionarios CSI-CSIF.

Y esto... ¿lo dijo sin reirse, ni nada? :pensativo

"No nos asusta la evaluación", advierte el dirigente sindical Fernández, "pero con recompensas si es positiva; y sin que signifique el despido, si sale negativa".

Claro, hombre, claro... Si eres un vago inútil, lo solucionamos subiéndote el sueldo. Pero menos. :lol

"A las ocho de la mañana, una persona ficha por todos, y a las tres, otra hace lo mismo".

Hace tiempo intentamos instalar sistemas de control de presencia por huella dactilar, y casi nos linchan los sindicatos. Atacábamos "su intimidad y derechos". Claro, el derecho a irse de compras en la media hora del desayuno y tirarte toda la mañana por que otro mete la tarjetita por ti. Caradura.

"En estos días estamos negociando con la vicepresidenta Fernández de la Vega una ley de la función pública donde se desarrollan sistemas de evaluación, promoción, la movilidad -hasta ahora muy pequeña y complicada-, y la función directiva, que tampoco existía". Efectivamente, hay funcionarios y jefes puestos a dedo por los políticos, pero no funcionarios-directivos.

Claro. No solo no los controlan ahora, sino que para tenerlo más claro aún (no vaya a ser...), quieren controlarse ellos mismos. Cágate, lorito...

"El primer paso de una política de simplificación de los trámites para la creación de empresas debe ser impedir que se establezcan nuevas trabas"

No comment. :mcallo

Este es el país que tenemos. :doh

Manu1oo1
 
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Ya sabia yo que te iba a gustar.Yo el único contacto directo que he tenido con funcionarios fue cuando hice la objeción de conciencia en la biblioteca Conde Duque de Madrid.

El edificio es un cuartel de hace la tira de años.Allí había ciento y la madre funcionarios haciendo nada de nada.Cada vez que subía al segundo piso(donde estaba el "staff directivo")aquello era un chou.Gente con el ordenador jugando al solitario otros leyendo la prensa y los mas no estaban.Como la biblioteca esta a tiro de piedra de la Gran Via y el corte ingles de preciados pues la mayoría estaba de compras o de paseo todo el día. En el primer piso tres funcis dando pases para la biblioteca,algo que con uno que hubiera sobraba y no empleaba ni la mitad del tiempo.

A nosotros por supuesto nos enviaron al sótano que era un sitio sin luz natural que te dejaba ciego como un topo pues en el pasado eran los calabozos. Allí había otros dos funcis haciendo nada mas que poner el libro que solicitaban desde arriba de vez en cuando.Para nosotros tenían reservada una taerita guapa. Teníamos que meternos en una catacumba sin casi iluminación que había al fondo del todo donde había amontonados de cualquier manera miles de libros,algunos de ellos auténticos incunables que no estaban registrados pq los que llevaban allí desde hacia décadas en algunos casos "no habían tenido tiempo" de hacerlo.

Métete tu allí y carga con un porron de libros para al sacarlos ponerte a clarificarlos e informatizar su ficha mientras los funcis del lugar se meten la vida padre con tus impuestos.Encima luego nos enteramos que los objetores no debemos encargarnos de tareas en las que haya que cargar peso.Cagate lorito,los muy golfos nos encargaron una tarea(cargar con los libros)que esta específicamente prohibida encargárselas a los objetores.Y para colmo en la catacumba aquella sin luz como no debía entrar nadie desde la guerra civil(no me extrañaría que hubiera libros que se creen desaparecidos para siempre alli) había un escape de gas que nadie se había molestado en arreglar.Olia a naranja muy fuerte y temíamos poder intoxicarnos

Y ese es el panorama.Los objetores currando como negros gratis por imperativo legal,gaseados,cargando peso que no deben cargar en un lugar sin casi iluminación que te que deja ciego como un topo mientras los funcis van de compras con la pasta de nuestros impuestos.Y living la vida loca.

Duramos una semana.A partir de ahí solo aparecía allí uno de los tres cada día que firmaba por los tres la entrada y la salida.Y entre medias se sentaba junto a los dos funcis del sótano a leer el periódico como ellos.No se atrevieron a denunciarnos claro pq hubiera sido vergonzoso.

Eso si,la directora de la biblioteca nos miraba con mala cara cuando nos la cruzábamos recriminándonos nuestra actitud.Eso es lo que yo llamo no tener sentido del ridículo.Que golfos son.
 
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11 de Marzo de 2010 EL PACTO (La película)

Una buena película no es siempre una película de éxito; y viceversa. De hecho hay verdaderos bodrios que tienen gran éxito en las pantallas. La publicidad suele tener mucho que ver; y el momento en el que se estrenan, también.
Producciones La Moncloa ha decidido que hay tema para una película. De la misma manera que en otros momentos se multiplican las producciones sobre vampiros, hombres lobos, asesinos en serie, las películas de romanos o las de animales que hablan como si fueran humanos, el tema de hoy en España es El Pacto. Si durante la legislatura pasada Producciones La Moncloa determinó (al parecer con acierto de crítica y público) que una serie demonizando del PP y colocando al nacionalismo como eje vertebrador del Estado iba a dar buenos dividendos, en esta segunda mitad de la legislatura han decidido hacer una superproducción sobre El Pacto.
No se mucho de esto, pero supongo que hacer una buena película no es nada fácil. Visto desde fuera yo diría que se requiere un buen tema, un buen guión, un buen director y una financiación suficiente. La financiación es cuestión importante, pero tengo para mí que si fallan el guión y el director ni el más generoso de los productores puede salvar el film.
La gente está cansada de ruido; la gente está desanimada de cara al futuro; la gente necesita que le den buenas noticias. Y de la misma manera que la moda se viste de colores cuando hay crisis, Producciones la Moncloa ha visto el hueco para vendernos una peli sobre aquello que estamos deseando de comprar. Pero, como decía antes, si eliges bien el tema pero te falla el guionista y el director, mal asunto. Máxime cuando el productor no tiene demasiado dinero para invertir.
Auguro mal futuro a esta nueva producción de La Moncloa. Y no porque los dueños de la empresa no sean hábiles y no tengan los mejores comerciales a su servicio. Fíjense que ellos son tan conscientes de esto que les digo que, sabedores de que no tienen un buen guión (doce horas antes de iniciarse el rodaje mandaron una especie de lista de la compra a sus actores principales), ni un buen director (tienen tres adjuntos que aparecen en público, otros varios que corrigen el listado de gags en privado y un director principal que ni está ni se le espera), han decidido gastar todo lo que tienen en focos, decorados y efectos especiales.
Así, durante un cierto tiempo nos van a bombardear con carteles anunciadores, musiquilla pegadiza y los mejores fotogramas del rodaje a ver cuanto incauto compra entradas. Puede que hasta nominen a alguno de los actores a un Goya revelación o Goya mejor actor de reparto. Y los tres directores que comparten la responsabilidad del fiasco se pasearán por todos los certámenes nacionales e internacionales tratando de vender el producto. El director principal hará, mientras tanto, alguna declaración pomposa desde cualquier lugar de Europa al que le lleven sus múltiples declaraciones: dirá que es una gran película; que todos están muy bien en su papel; que eél confía mucho en los espectadores, capaces a su juicio de ver cualquier cosa por el mero hecho de que sea una producción La Moncloa.
La pena va a ser que mientras él promociona esa película que ni siquiera ha visto a los españoles, los buscados espectadores del film, nos van a ir llegando ecos de los sucesivos estrenos de documentales varios que cuentan lo que de veras está ocurriendo en nuestro país:
- Salgado corrige a Ocaña y asegura que "no se va a tocar" el salario de los funcionarios.
- España saldrá de la recesión antes del verano pero recaerá por la subida del IVA.
- El número de hipotecas constituidas cae un 22% en 2009 y suma su tercera caída consecutiva.
- España será el próximo "campo de batalla" para el futuro del euro. (The Wall Street Journal)
¿Cómo hacerle entender a Producciones La Moncloa que el tiempo de la ficción ya ha terminado? ¿Como hacerles comprender que lo que necesitamos los españoles no son películas que nos entretengan sino un gobierno que decida gobernar? No es posible hacer una buena película si en vez de un guión haces una lista de la compra. Y mucho menos si cuando vas al supermercado con el papelito compras cualquier cosa que se vaya echando en el carro el primero que pasa por allí. Claro que hay que estar abierto a las sugerencias; incluso los mejores actores escuchan a sus actores. Pero antes de empezar la película deciden de que va la cosa: no empiezan una de romanos y terminan una de piratas.
De la misma manera que no se puede hacer paella sin arroz no es posible hacer política sin criterios políticos a los que atenerse. Ni política económica, ni política a secas. Ni buena, ni mala. Por eso les auguro que El Pacto no llegará a estrenarse. Pero eso no quiere decir que la productora no vaya a montar una noche de estreno: aunque la pantalla esté en blanco.

Del blog de Rosa Diez
 
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Para película, la que se están montando con la campaña de anuncios. Hoy me han dado ganas de tirar la tele por la ventana viendo uno. "¿Ha oído usted eso de que hacen diez grados pero la sensación térmica es de tres? Pues eso pasa con la crisis. Nos cuentan que tenemos siete, pero en realidad son dos. Esos cinco son los que tenemos que erradicar." O algo parecido. Inaudito, vergonzoso y vergonzante. Definitivamente, nos toman por imbéciles. :mosqueo

Manu1oo1
 
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que cara más dura, y encima este Gobierno que con los datos macroeconomicos miente lo que puede (no hay más que ver los del INEM)
 
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Ya, pero os habeis dado cuenta que todos los que salen para decirnos que no exageremos con los de la crisis escoran hacia babor :pensativo

Porque no sacan alguno de los mas de 4 millones de parados a ver si ellos notan algo
 
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De babor o de estribor, hay dos formas de ver las crisis: desde el punto de vista de los perdedores o de los que aprovechan oportunidades. Es ley de vida, no depende de la ideología
 
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¿Y que tiene que ver eso con lo que estos impresentables pretenden transmitir con el anuncio?

Manu1oo1
 
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Solo he visto el de Romay, y pretende un cambio de actitud frente al cambio y la adversidad que se utiliza mucho tanto en reorganizaciones, fusiones, cambios impactantes y crisis, no es nada nuevo ni mucho menos. Hace referencia a los "llorones", versus los optimistas, la actitud es fundamental en una crisis
 
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No es el de Romay. Lee lo que cuento.

Manu1oo1
 
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Arturo Pérez-Reverte

Patente de corso
Aportando soluciones

Pues vale. Pues me alegro. Se lo digo a usted, señor notario de Pamplona. Y a ti, joven lleno de fe, esperanza y caridad en tus mayores y tus menores. A quienes apuntan, con razón, que me paso los fines de semana gruñendo sobre el pluriputiferio hispánico, pero sin aportar soluciones. La verdad es que esta página no la cobro por solucionar nada –cobraría un poquito más–, sino por desparramar a mi aire. Quizá se hayan fijado en el título: Patente de corso. Pero bueno. Un día es un día.

Lo primero: Cataluña independiente de una puta vez. No pasa nada, oigan. Y me sorprende que no lo hayan hecho todavía. No hay el menor riesgo. Se reúne el honorable Parlament, se proclama la independencia por la cara, y asunto resuelto. Pasada la primera impresión –aquí todas las impresiones pasan–, quedaría hueco en la sección nacional de los periódicos para otros asuntos. Y todos contentos. Nos dejamos de pellizcos de monja, de amagar y no dar, de morritos de mercader en plan quiero y no puedo, o puedo y no quiero. Una sola lengua, una bandera estelada, una nación, un führer. Punto. Y los charnegos que no traguen, a la frontera o que se jodan. Por lo demás, ya me dirán ustedes, ante el hecho consumado, qué iban a hacer los fascistas de Madrid. ¿Se imaginan a Zapatero, o incluso a Rajoy, oponiéndose con hechos a una declaración catalana de independencia? ¿Cómo? ¿Mandando tanques a las Ramblas? Venga ya. Como mucho, iría Moratinos a negociar fotografiándose con barretina, de caganer. Mayor garantía, imposible.

Luego, ya puestos, el País Vasco. Lo mismo: independentzia por el artículo catorce. A tomar por saco. Fin de la salvaje, asesina y secular opresión española, con Peneuve y Eta matándose luego entre ellos por el poder, lo que no deja de tener su puntito. Pero lo más primoroso vendrá cuando, ya con media patria de los vascos y las vascas asegurada aquí abajo, el esfuerzo se centre en la otra media de arriba: Iparralde y tal. Muga ez. Ardo en deseos de comprobar qué pasará la primera vez que algún zángano bocazas y cantamañanas muy mal acostumbrado, como Iñaki Anasagasti cuando sale los viernes del peluquero, insulte a la República francesa o llame txakurra a un gendarme. Sí. Me pido la foto.

Luego, ya metidos en faena, Galicia. Como ahí la cosa no está clara, y hay mucho tibio y mucho gallego que no sabes si sube o baja, se les hace independientes por cojones, y un problema menos. Por real decreto. Quieran o no quieran. Con himno nacional, fuerzas armadas y toda la parafernalia. De paso y ya puestos, para aprovechar el mismo telediario, se entrega Olivenza a Portugal y se ponen Valencia y Baleares bajo la tutela del Estado catalán supervisado por Naciones Unidas, como cuando lo del referéndum del Sáhara confiado a Marruecos. Y ahí nos vemos. A quien, naturalmente, en gesto de buena vecindad y para limar asperezas en el futuro, se entregarán Ceuta, Melilla, los peñones, el islote de Perejil y la cabra de la Legión con las patas atadas para que no se revuelva y haya alguna desgracia, y la liemos a última hora. En lo que a Gibraltar se refiere, tampoco hay problema: también se encargará el ministro Moratinos de gestionar enérgicamente el asunto, sin otras concesiones que la entrega inmediata e incondicional del Peñón a sus legítimos habitantes, así como treinta millas de aguas territoriales, las playas de La Línea, Sotogrande, los puticlubs de Algeciras y el derecho a convertirse en Estado independiente, con una bandera donde, sobre la Union Jack, figure una sonora pedorreta, con el lema: Al que un tonto se la dé, San Jorge se la bendiga.

Aliviada al fin España de la herencia franquista que le impide levantar cabeza, las cosas se simplificarían un huevo, o dos. Tendríamos el ambiente político a punto de caramelo para acometer radicales reformas internas. Ahí sugiero refundir todos los ministerios en cuatro: Subvenciones y Sobornos a Sindicatos, Ladrillo y Turismo Chusma, Bares, Terrazas y Chiringuitos de Playa, y Triunfos Deportivos. Aunque este último, por darle un poquito de caché, podría llamarse ministerio de Patriotismo Intermitente Según y Cómo. Como ven, no escurro el bulto y aporto soluciones. No todo va a ser gruñir los domingos. Algún lector esquivo argumentará que no especifico de qué viviríamos los españoles, o lo que de ellos quedase para entonces, una vez desecado el fangal. Pero esta semana estoy que me salgo de la página, y hasta para eso tengo respuesta. Como aquí, producir de verdad, lo que se dice producir, no se produce una puñetera mierda, pero somos expertos en trajinar con dinero negro, sugiero hacer como Suiza: salir de la Comunidad Europea, declararnos paraíso fiscal y vivir de almacenar el dinero de otros. Catalanes, gallegos, vascos, gibraltareños y marroquíes serían los primeros clientes. Apuesten cuanto tienen a que sí.
 
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Un Führer?

Joder, a Arturo también se le va, como a todos :mutriste

Y había más clichés anticuados sobre los gallegos? Y, para variar, con nosotros que hagan lo que les salga de las narices, sin que decidamos. Yuhu!
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

No has captado el matiz sarcástico que tiene todo el texto.
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

Claro, pero eso se ve. El texto esta escrito en un tono "a tomar por culo", con mucha denuncia, sí, pero todo maquillado en ese tono bestia que Reverte le da a sus textos cuando esta cabreado. Es que también manda narices los lectores. Que si critica y no aporta soluciones... Joder, es un novelista y un articulista. El denuncia, y no debe aportar más que su opinión. Pero claro, aquí en este país entre la ignorancia esta metida a fuego esa idea de "¿y qué harías tú?", como si opinar solo no valiese.
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

Si, mucho sarcasmo... sabes que se puede utilizar el sarcasmo sin demagogias y sin clichés?

Y gracias por insinuar que soy cortita :agradable
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

:mparto:mparto Malvada, Seaker en ningún momento ha insinuado que seas cortita (cosa que es evidente que no lo eres). Seaker (si lo he entendido bien) se refiere a todos esos lectores del periodico, que en su momento le pidieron al Sr. Reverte mas contenidos con soluciones y no tanta crítica a deguello. Solo eso. ;)

Respecto a los cliches y festivales demagogos, esta hecho y bastante adrede por el Sr.Reverte para dar ese toque de puro sarcasmo sencillo y efectivo. Que luego unos se queden con la gracia superficial y otros sepan ver la crítica de fondo es otra historia.


Un abrazo!
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

Jjajjajaja, me he descojonado leyendo el artículo :hail

Que se le va a hacer... a mí me ha gustado el tono, la forma y el sarcasmo "hasta-los-cojones".
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

Es que es un texto vengativo de "a tomar por culo", ¿queréis soluciones? Pues toma dos tazas e hirviendo.
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

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Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte
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EL ALBAÑIL Y LA EX PRESIDENTE
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Tengo un joven amigo paleta, o sea, albañil de toda la vida, que lleva un rato largo sin trabajo. Y el otro día, que coincidimos en torno a unas cañas, le pregunté cómo iba la cosa. Dijo que tirando, con pocas posibilidades inmediatas, pero con el recurso temporal de cobrar el paro, que le permite aguantar el tirón hasta que vengan tiempos mejores. «Pues tengo entendido –comenté, ingenuo– que con la reforma laboral que nos quieren encasquetar, tendrás obligación de hacer cursos de formación.» Me miró, guasón, mojó los labios en la cerveza y dijo: «Ya he hecho uno, ¿cómo lo ves?». Le dije que lo veía bien, pero que me contara, para verlo mejor. Y se encogió de hombros. «Una semana aprendiendo informática, colega –dijo–. Con dos cojones.» Quise saber para qué necesita un curso de informática un albañil en paro, y me lo explicó con la justificación oficial: «Para que aprenda a escribir mi currículum».

Nos despedimos –se empeñó en pagar las cañas, rumboso– y me quedé pensando. Haciendo cuentas sobre a quién aprovecha lo del curso informático: si a mi amigo paleta, o a un Gobierno que puede así camuflar estadísticas, vendiendo otro paripé en plan nos encargamos de todo y los tenemos ocupados, y a unos sindicatos apesebrados y sobornados que viven del cuento y por la cara; que así –y no quiero pensar de qué otras maneras– justifican lo que han estado trincando hasta hoy para mantener mudas sus boquitas pecadoras, cuya succión sistemática y cómplice a las partes pudendas del poder político pretenden ahora disimular, a toro pasado, con una huelga general inoportuna, inútil y perfectamente idiota. A ver, me pregunté, cuánta pasta se habrá quedado por el camino, en sueldos a liberados y en pegatinas sindicales, antes de que, con lo que queda, esos paladines del trabajador español le paguen un curso de informática a un albañil para que escriba su currículum.

Pensaba en todo eso, digo. Pero como no sé mucho de sindicatos ni de reformas laborales, y menos de informática, me dije: «Tranquilo, Arturete. Seguramente no lo has entendido bien». Así que decidí olvidar el asunto y puse la tele, a ver si veía un ratillo a Jorge Javier Vázquez. Que, pese a pastorear gentuza y telebasura a tope, y a cierto puntito maricón excesivo por su parte cuando le salta el automático, debo reconocer que lo hace de puta madre, y que maneja la coreografía del directo como nadie en España –puestos a ello, que me la endiñe un profesional–. Zapeando en su busca, como digo, me topé en otro programa con una ex presidente de parlamento insular español, balear me parece, metida hasta el chichi en un cenagal de malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental, negociaciones ilícitas, delito electoral y cohecho –que se dice en dos líneas–, que por lo visto está en libertad bajo fianza y tiene la obligación de presentarse dos veces al mes en los juzgados de su pueblo. Y la torda paseaba tan campante por la calle, con absoluto desparpajo, maquilladísima sobre el careto terso de quirófano, con ropa, zapatos y bolso supermegapijo a la última de Filipinas, echando besos con todo su morro a las cámaras y a unos cuantos vecinos que la saludaban con mucho afecto y la llamaban guapa. Y me dije: hay que joderse. Esto sí que es telemierda, y no lo de Jorge Javier, que a fin de cuentas suministra con admirable eficacia lo que pide la parroquia. Sin embargo, la presunta golfa apandadora de la isla va por la calle feliz de haberse conocido, después de haber robado a mansalva, sola o en compañía de otros presuntos hijos de la gran puta. Y la gente, la misma que tira besos a Belén Esteban y a Karmele, saluda a la pava del bolso de Gucci y los zapatos de Manolo Blahnik, comprados mediante fianza de 350.000 euros o cárcel, y dos coma cinco millones de euros por responsabilidades civiles, y le dice adiós bonita y le tira besos, en vez de correrla a hostias en cuanto asoma el hocico a la calle.

Pero claro, concluyo. Sólo se trata de corrupción. De eso que, en este país de parados a los que se imponen cursos de informática para que puedan escribir su currículum, criticamos con airadas maneras hasta que tenemos oportunidad de meterle mano al pastel. Entonces todo se vuelve normal, tolerable, vive y deja vivir. Nadie forra a gorrazos a esa presunta sinvergüenza corrupta –me encantan esos deliciosos presuntos que salpimentan la vida pública y privada española–, porque en realidad no es tan grave. Otra cosa sería tener por vecino a un violador, un terrorista o alguien así. Le pegarían pancartas en la puerta. Pero un corrupto es otra cosa. Adiós, bonita. Smuac, smuac. Te queremos. A ver quién no tiene un corrupto a mano. A ver quién se resiste a un constructor o un político que se lo trajinen. A ver quién no sueña con organizar cursos de informática para albañiles en paro.

Ahí lo dejo.
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

«Una semana aprendiendo informática, colega –dijo–. Con dos cojones.» Quise saber para qué necesita un curso de informática un albañil en paro, y me lo explicó con la justificación oficial: «Para que aprenda a escribir mi currículum».

Con esa forma de pensar, es que ni cobrar el paro le dejaba yo. Y no me creo que Arturo no sepa que el paleta ya no tiene futuro de paleta...
 
Respuesta: Cajon de Sastre (articulos de interés)

Hombre, no niego la utilidad de un curso de informática - ofimática. Pero si simplemente gastan subvenciones en cursos de una semana para enseñarles a usar la plantilla de curriculms del Word a gente no familiarizada, no me parece algo demasiado útil para el curriculum.

Lo de albañil y el futuro de la profesión, pues ahora está en horas bajas, pero puede que si esto algún día mejora, vuelvan a ser necesarios.
 
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