¿Está pidiendo más dinero?
Si quisiera más dinero hubiera continuado la franquicia de Batman.
¿Para qué querría además más pasta? ¿Para contratar a un peluquero interno?
Pocos cineastas actuales despiertan pasiones tan encontradas como el señor retratado en la fotografía de arriba. Nacido en Londres hace 44 años, Christopher Johnathan James Nolan es un caso excepcional, un director que en apenas un lustro pasó de realizar thrillers independientes de escaso presupuesto a orquestar algunas de las superproducciones más esperadas de Hollywood. La última, 'Interstellar' (2014), se estrena este viernes.
Su cine tiene algo que atrapa, es indudable. Y que repele, también. Sobre Christopher Nolan se ha dicho prácticamente de todo. Sus seguidores lo veneran como un Dios del Séptimo Arte mientras que sus detractores lo consideran uno de los realizadores más sobrevalorados del planeta, pasando por aquellos que se divierten con sus películas sin sentirse arrastrados hacia ningún extremo. Lo curioso, no obstante, es que la mayoría coincidimos en que su mejor película es 'Memento' (2000), aunque quizá su mayor mérito haya sido resucitar a Batman.
Entre incontables fuegos
Orientar el trabajo al mayor número posibles de espectadores, aparte de despertar antipatía entre los enemigos de lo mainstream, provoca que todos tengamos una opinión, como en el fútbol. Desde verdaderos entendidos a gente que solo quiere pasar el rato. De este modo, Nolan genera encontronazos entre los cinéfilos más elitistas y el público de los blockbusters. Y por mucho que lo intenten, alguien que idolatre 'Andrei Rublev' y un fan de 'Transformers' jamás llegarán a un lugar común donde dialogar. Son dos especies diferentes.
Esta voluntad por llegar a todos, con subrayados y explicaciones para que nadie se pierda (una de sus señas de identidad más criticadas), choca con su fama de arrogante y pretencioso. La forma que tiene de hablar (como un profesor aleccionado a sus alumnos) quizá tenga algo que ver pero el calificativo ha sido reforzado a veces por el propio Nolan, quien afirma que su obra está “claramente” influenciada por alguien tan alejado de la industria como Terrence Malick. Suena a cachondeo pero en el tráiler de 'Interstellar' hay huellas del autor de 'El árbol de la vida'. Y de otro genio: Stanley Kubrick. La comparación con '2001: una odisea del espacio' es inevitable.
Batman (y el blockbuster) como excusa para hablar de algo más
En parte, la acusación de que Nolan es pretencioso procede de sus esfuerzos por dotar a sus blockbusters de una resonancia inusual en el cine de evasión de Hollywood, de no limitarse al entretenimiento y tratar (en la medida de lo posible) preocupaciones del mundo actual. Los ejemplos más claros son las dos últimas entregas de su trilogía de Batman, donde deja reflexiones sobre el miedo provocado por el terrorismo, la inestabilidad social y económica, o las revueltas populares orquestadas por hipócritas charlatanes.
Pero una vez más, no consigue dejar a todos contentos. Al pretender ampliar los límites del cine de superhéroes dentro de la industria, se gana detractores que no le perdonan haber despreciado los elementos más fantásticos del cómic y aferrarse a una visión “realista” (en comparación con el universo de las viñetas) de las aventuras del hombre murciélago. Asimismo, aunque Nolan se esfuerza por regar sus películas de instantes cómicos, el dramatismo y la seriedad del conjunto tampoco convenció a quienes le piden al género diversión y humor (el acierto de Marvel).
"¡Nolan no ha inventado nada!"
A Christopher Nolan también se le cuestiona su talento como creador. Hay una corriente de opinión que señala a su hermano, Jonathan Nolan, como el verdadero cerebro al que debemos atribuir las mejores ideas (básicamente a causa de 'Memento', basada en un relato de Jonathan, quien sospechosamente sigue sin demostrar sus habilidades en solitario); asimismo, está bastante extendido quitarle mérito recordando películas donde ya se incluyeron elementos o temas que vuelve a tratar Nolan, como si fuera el único que bebe de otras fuentes.
El Batman de Tim Burton de pronto se convirtió en una obra maestra cuya magia resultaba inalcanzable para el "poco original" y "demasiado cerebral" director de 'El Caballero Oscuro' ('The Dark Knight', 2008); por su parte, 'Origen' ('Inception', 2010) provocó reivindicaciones de 'Paprika' mientras que otros se jactaban de hallar en 'El año pasado en Marienbad' todo lo que Nolan pretendía lograr en un espectáculo de acción y fantasía que, por otro lado, es un cúmulo de referencias (a la saga 007, por ejemplo, de la que es un reconocido admirador).
Por otro lado, hay quien señala las tramas enrevesadas, los complicados montajes y los giros inesperados como simples artimañas de distracción para evitar un análisis sobre la narración. Y los trucos funcionan. ¿Son sus historias más superficiales de lo que aparentan? Posiblemente. Pero entonces la discusión sería si el qué tiene más importancia que el cómo. A Nolan le interesa más lo segundo. Las historias son lo de menos, la meta es entretener y asombrar al público. Que sea como un niño en una montaña rusa. Así que, quizá, la cuestión sea dejarse llevar... o no subirse.
De 'Following' a 'Interstellar' pasando por 'El Caballero Oscuro'
No me incluyo en ninguno de los extremos, ni lo idolatro ni lo odio, pero si tuviera que posicionarme, sin duda estaría junto a los que defienden la trayectoria del director. Hablamos de alguien que empezó con un "noir" casi sin presupuesto, 'Following' (1998), y en pocos días estrena un épico viaje al espacio, 'Interstellar', dejando por el camino algunos de los mayores espectáculos producidos por Hollywood. Y siempre con él implicado en los guiones. Quitarle mérito a su trabajo, o considerar 'Memento' como lo único valioso que ha filmado, es simple postureo.
Nolan se define como autodidacta (más leña para sus detractores) en constante aprendizaje que ve cada producción como un reto para ofrecer al público algo cada vez mayor y, con suerte, mejor. Tras dirigir cortometrajes como 'Doodlebug' (lo podéis ver arriba), rueda su primer largo, un thriller donde homenajea al cine negro (es un reconocido fan de 'Detour') de esa manera tan obvia que retrata a los debutantes. Filmada en fines de semana, sin dinero, entre amigos, en blanco y negro para evitar complicaciones, 'Following' es un entrenamiento, un primer paso para conocer el juego.
En su ópera prima ya juega con la estructura y la información, las pistas que resuelven el enigma con el que busca enganchar al espectador, algo que llevará al extremo en su siguiente trabajo, la sorprendente 'Memento'. El impacto, reducido por el recorrido comercial de una producción independiente, le abrió las puertas de la industria. Así le llegó el encargo de 'Insomnio' ('Insomnia', 2002), su película más injustamente valorada, un remake donde vuelve a hablar de criminales, obsesiones y traumas psicológicos, consolidando su talento para extraer lo mejor de sus repartos.
Tras pasar por directores como Darren Aronofsky, el proyecto de reboot de Batman llega a manos de Nolan, que encuentra justo lo que estaba buscando: una gran superproducción para seguir desafiando sus habilidades. El éxito de 'Batman Begins' (2005) es un punto de inflexión en su carrera, su primer gran triunfo en taquilla (y sin perder su sello); público y crítica quedaron más que satisfechos y Warner Bros. logró relanzar la franquicia, creando un modelo a seguir (lo que, por desgracia, está llevando a un abuso de la "oscuridad" en todo tipo de historias y sagas).
Su evolución como cineasta, y la prueba de que su trilogía de Batman no son meros encargos comerciales que despacha con la profesionalidad de un mercenario "hollywoodiense" cualquiera, es notable en las secuencias de acción. Es cierto que hay errores gordos de planificación en las tres películas, que no llega al nivel de un James Cameron, pero se percibe mejoría al comparar las mareantes escenas de lucha de 'Batman Begins' con, en especial, el crudo y espectacular primer encuentro con Bane, lo mejor de 'El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace' ('The Dark Knight Rises', 2013).
¿Ganará algún día un Oscar... o ahí también seguirá los pasos de Kubrick?
'El caballero oscuro' fue calificada como “El Padrino II de las películas de superhéroes”, un rotundo elogio que pocos discutieron, y es que las adaptaciones de este tipo de cómics suelen ser entendidas como entretenimientos pasajeros para hacer taquilla y contentar a los fans, pero Nolan quiso ir un paso más lejos de 'Batman Begins' y dejó una epopeya urbana tan irregular como fascinante que le permitió competir en igualdad de condiciones con esos grandes dramas que suelen llevarse todos los aplausos y los premios.
Las reacciones fueron tan positivas que se habló de nominaciones importantes a los Oscar pero al final se tuvo que conformar con categorías técnicas y actor de reparto, un galardón póstumo para Heath Ledger que algunos entendieron como un homenaje a la joven estrella fallecida trágicamente. Se volvió a hablar de Oscars con los siguientes trabajos de Nolan, pero de momento no ha competido por la estatuilla a mejor director, sus nominaciones han sido por el guion de 'Memento' (compartido con su hermano) y como guionista y productor de 'Origen'.
Personalmente, eché en falta mayor reconocimiento a 'El truco final (El prestigio)' ('The Prestige', 2006), otro de sus trabajos más infravalorados. Siendo 'Interstellar' su película más ambiciosa hasta la fecha, es de esperar que vuelva a entrar en las quinielas del Oscar, aunque las primeras críticas están divididas; se comparte el entusiasmo por el empaque visual pero la faceta melodramática ha sido muy cuestionada. En breve podremos valorarlo por nosotros mismos y descubrir si Nolan se ha superado a sí mismo o ha tropezado honrosamente en el intento.
Christopher Nolan viene de estrenar la ambiciosa odisea espacial «Interstellar», un reto a la altura de pocos cineastas. Al director inglés, sin embargo, hay otros desafíos que le resultan más abrumadores, como el de involucrarse en una franquicia mítica como «Star Wars». Preguntado durante una entrevista en The Daily Beast acerca de si rodaría una cinta de la saga, esta fue su respuesta: «Me siento mucho más cómodo intentando hacer mis cosas que soportando el peso y las expectativas de todo el mundo, en particular de cuarentones como yo que viven y mueren por cada nueva pizca de información sobre "Star Wars"».
Además de sincero, Nolan se mostró elogioso al hablar del trabajo que está llevando a cabo J. J. Abrams, director de la séptima entrega, «Star Wars: The Force awakens». «Estoy muy excitado por ver lo que J. J. está haciendo. También porque ha filmado y, de hecho, construido el Halcón Milenario. En cuanto a si yo lo hubiera hecho o no, ¡la verdad es que me daría miedo tocarlo!». Y añade de forma muy gráfica: «Está yendo con valentía a donde fue antes en "Star Trek", y eso requiere unas pelotas colosales».
Pese a dejar claro que prefiere manejar su propio material, a Nolan le preguntan si le hincaría el diente a otra franquicia icónica: la de James Bond. «Me encanta y he hablado con los productores a lo largo de varios años, pero nunca ha cuajado», revela, antes de matizar que «están haciendo un gran trabajo y no me necesitan ahora mismo, Sam [Mendes] tiene un talento extraordinario. Pero seré el primero en la fila para ver la próxima película de Bond, como he hecho con todas».
Adiós a los superhéroes
Otra de las preguntas recurrentes a las que suele hacer frente el director de «Interstellar» es la de un hipotético regreso al género de los superhéroes, después de sus tres entregas sobre Batman. «Trabajé en ello mucho tiempo (casi 10 años) y tuve una experiencia increíble. Fue totalmente satisfactoria, así que he terminado con esa parte de mi vida. Pero fue realmente emocionante», despeja cualquier atisbo de duda.
Las riendas del personaje las empuña ahora Zack Snyder, quien se encuentra inmerso en el rodaje de «Batman V Superman», a estrenar en 2016. Nolan recuerda que solo participa en este filme en calidad de asesor y productor ejecutivo. De nuevo, solo tiene elogios para la elección de Ben Affleck como el Caballero Oscuro: «Cuando me dijeron que estaba interesado, pensé: "Este es el tío que acaba de ganar el premio a la mejor película como director y actor, sería genial que lo hiciera". Tiene un talento increíble y estoy deseando ver lo que Zack y Ben harán juntos».
cuarentones como yo que viven y mueren por cada nueva pizca de información sobre "Star Wars
Pero seré el primero en la fila para ver la próxima película de Bond, como he hecho con todas
El autor de «El truco final»: «El Batman de Nolan es vergonzoso»
El escritor Christopher Priest se despacha contra el director, al que acusa de hacer películas de superhéroes «pretenciosas y aburridas»
HOYCINEMA
Día 28/11/2014 -12.45h
No hay semana en la que Christopher Nolan no tenga que desayunar una buena ración de críticas. Habitualmente, procedentes de las redes sociales, donde se le acusó de no ser riguroso con los elementos científicosde «Interstellar», o le llovieron críticas porque la música se imponía a los diálogos de su space opera. Lo llamativo, en este nuevo caso, es que carga contra él Christopher Priest, autor de la novela que dio pie a su película «El truco final». Y es especialmente duro.
Priest no se muerde precisamente la lengua por más que su libro, titulado en inglés «The prestige», diera pie al filme que Nolan estrenó en 2006 conChristian Bale y Hugh Jackman como protagonistas. En seguida se encarga de dejar claro que no les une el menor vínculo o relación: «Solo le vi una vez, cuando la película estaba terminada, porque no me interesaba. Para el mundo es un cineasta genial e innovador; para mí, era un chico que quería entrar en Hollywood», afirmó en una entrevista con Skript.fr recogida por The Guardian.
Pero la auténtica andanada llega al valorar la aclamada trilogía que Nolan dedicó a Batman, con el pico creativo alcanzado en su segunda entrega, «El caballero oscuro». Priest tiene un calificativo para esta saga: «vergonzosa». Y se explica: «Tengo niños a los que les gustan los superhéroes, y piensan que las películas de Batman son aburridas y pretenciosas. Les gustan cosas como Los Vengadores y Iron Man porque son divertidas. Es un error coger a un superhéroe y darle un realismo psicológico. Es un culturista que salta desde edificios».
Afirma el novelista, de 71 años, que comprobó de primera mano, en cines, cómo los espectadores más jóvenes se aburrían. «La mayoría son chicos,no ven la película, hablan unos con otros, entran en Twitter, cambian de asiento, van al baño, besan a sus novias», asegura. «Y de vez en cuando el tío salta de un edificio con una cuerda y lo ven y dicen: ¡Guau!. Después pierden interés. Para mí, es un gran error de juicio de Nolan rodar películas de supehéroes».
Los datos dan la espalda a Priest: la trilogía recaudó unos 2.000 millones de euros y contó, además, con el respaldo de la crítica. Pero esto no aplaca al novelista. «Intenta ser un Kubrick moderno y creo que le iría mejor siendo un Hitchcock moderno. Un creador de películas bien hechas como "Memento" y "El truco final". Estos blockbusters son vergonzosos». En cuanto a «Interstellar», aún no la ha visto... pero que tiemble Nolan.
A estas alturas, y a poco que le interese un poco el cine, ya sabrá que Christopher Nolan es la persona a odiar. Pocos directores concitan tantos arranques de cinefilia pasiva-agresiva como el director británico que, una vez -no queda claro cuándo, cómo o a cuento de qué- osó comprarse con Stanley Kubrick. Y claro, eso no. Bien mirado, la cinefilia mal entendida no es más que una forma derivada de la necrofilia. Gusta lo muerto por irrefutable. Y así.
Apenas estrenada 'Origen', la crítica, o parte de ella, la saludó como la obra del Nuevo Kubrick. El revuelo, huelga decirlo, fue mayúsculo. Se montaron barricadas a las puertas de las escuelas de cine y los más conspicuos de los expertos en la materia se lanzaron a un huelga de hambre que, en algunos casos, aún dura y que, en todos los casos, se ve interrumpida temporalmente si los canapés son gratis. Si no oyeron una palabra de los altercados, no se culpen. Los cinéfilos son violentos, pero discretos. Sólo hablan entre ellos y nunca lo hacen con la boca llena.
Aquí presentamos, a la vez que se proyecta en la televisión 'Origen', tres razones para odiar a Nolan por intentar parecerse a Kubrick, y tres motivos para amar a Nolan por seguir la senda de un cineasta como Kubrick. Luego, ya sí, puede odiar sin problema. A quien quiera.
A favor
1. Se puede ser autor y trabajar con proyectos inmensos
En un momento de 'Interstellar', ese insondable melodrama cuántico, uno de los personajes intenta explicar un agujero de gusano con un folio en la mano. Imaginemos que queramos ir de un punto a otro de un espacio plano. Hay dos opciones: o trazamos una necesariamente larga línea recta o, mucho más rápido, doblamos la hoja hasta hacer coincidir los dos puntos de marras. 'Voilà': ante ustedes, y simplificando mucho, eso sí, una anomalía espacio temporal con un nombre extraño. Pues bien, eso es el propio cine tanto de Kubrick como de su heredero más aventajado: una anomalía capaz de organizar el más original de los argumentos con la mayor de las superproducciones. Sin miedo al tamaño. El americano pasó de 'The killing' a 'Espartaco' pasando por 'Senderos de gloria'; el segundo de 'Following' a 'Batman' pasando gradualmente por 'Memento' e 'Insomnio'. Y siempre fueron ellos los autores.
2. La independencia es un grado
Los dos empezaron de forma casi artesanal. El primero con 'Following' y el segundo con 'El beso del asesino' (aunque en puridad hay una cinta anterior: 'Fear and desire'). En ambos casos, los directores se mantuvieron al margen de cualquier tipo de financiación que no fuera su deseo de hacer cine y el cariño de sus amigos con recursos; y en las dos películas citadas ellos fueron todo: director, guionista, cámara, encargado del cátering... Su cabezonería les condujo a su primera obra mayor: 'Atraco perfecto' y 'Memento' respectivamente. Pero lo más importante es que Kubrick y Nolan han conseguido mantenerse al margen de las presiones de la industria en cada uno de sus mastodónticos proyectos que vendrían después a pesar de, y esto es lo importante, trabajar para grandes estudios. Mantienen el estilo por encima del dinero.
Y 3. Reinventores de géneros.
Desde Kubrick, ni el cine bélico ('Senderos de gloria' o 'La chaqueta metálica') ni la comedia ('Teléfono rojo. ¿Volamos hacia Moscú?) ni el terror ('El resplandor') ni, por supuesto, la ciencia ficción ('2001: una odisea del espacio') volvieron a ser lo mismo. Desde Nolan, de momento, tenemos claro que el cine de superhéroes ('El caballero oscuro', en primer lugar) es ya otra cosa. Gana el primero, obviamente, pero la intención es la misma. Sea como sea, uno y otro han sabido adaptarse a cada cambio de plan. El británico ha sido capaz de moverse por el cómic, el cine de época ('El truco final') y la más abigarrada de las fantasías tecnológicas (aquí, 'Origen') con la mayor de las solturas. Si a esto le sumamos la frialdad compartida a la hora de componer sus respectivos personajes... Hemos llegado: Nolan es el nuevo Kubrick.
En contra
1. Sencillo contra complicado
Si algo distingue el estilo de Kubrick es su facilidad para atrapar al espectador sin que jamás se sienta perdido. Son contadas las escenas de acción que rodó el americano (Las de 'Senderos de gloria' o las peleas de 'La naranja mecánica'), pero siempre la violenta coreografía respetaba la escritura directa y clara de cada una de sus escenas. Cómo olvidar las secuencias eternas, transparentes y perfectas de 'El resplandor'. Nolan, al revés, gusta de los enredos visuales. No se trata de despistar sino de encandilar. Es imposible no sentirse gozosamente prisionero en cada una de las trampas visuales y argumentales de sus películas. Y aquí, el prodigio de 'Origen' destaca sobre todo lo imaginable en sueños que se saben sueños de sueños; en tiempos detenidos dentro de tiempos de tiempos... Y así. Pero cuidado, no se engañen, todo encaja en un argumento arquitectónicamente perfecto.
2. No les preocupa lo mismo
Es indudable que cada cinta de Kubrick está ahí para abrir un debate sobre la condición humana. Así, en general. Zambullirse en su filmografía es adentrarse en algo así como los pliegues del alma. Y ya sentimos la pomposidad, pero es así: Kubrick nunca evitó la pomposidad. El impulso a la violencia, el futuro después del colapso atómico, la esclavitud, la libertad, la locura, la guerra, la ambición social y, ya puestos, hasta el devenir de la misma humanidad después del hombre son los argumentos del americano. El inglés, admitámoslo, es más modesto. La memoria, la identidad, la realidad, el poder, el miedo... ¡Vaya! Pues al final no van a ser tan diferentes. Pocas películas, ya que estamos, se atreven a cuestionar de forma tan electrizante y genial los límites de lo real como 'Origen'. Y ¿hay algo más importante que la realidad? Es más ¿existe acaso la realidad?
Y 3. La diferencia de obras maestras abruma
Por muy a favor que nos mostremos de Nolan, lo evidente es lo evidente. Es imposible encontrar una falta en una filmografía que cuenta las películas por obras maestras. Eso es Kubrick. No es el caso del director de 'El caballero oscuro: la leyenda renace'. Todavía nos duele. Y, sin embargo, y si se quiere, no es difícil leer 'Interstellar', la última maravilla del inglés, como una forma de ir más allá de Stanley Kubrick. Tal cual.
Cuando la nave 'Discovery' de '2001...' se tropieza en las inmediaciones de Júpiter con el tercer monolito, el astronauta Dave Bowman se aventura hacia la puerta que da al infinito. Lo siguiente será entrar en esa extraña habitación blanca preparada, quién sabe por quien, para él. Bowman envejecerá hasta su última y definitiva conversión en el embrión, en el Niño de las Estrellas. Bowman ya no es un hombre sino lo que viene después; un nuevo salto similar al que dio el mono hasta llegar al hombre. Y en medio, el monolito como señal indescifrable.
La pregunta es: de existir seres o vida extraterrestre, ¿hay alguna posibilidad, por pequeña que sea, de comunicación con ellos? Stanislaw Lem, por ejemplo, diría que no y a ello ha dedicado su obra entera. ¿Cómo hablar con un monolito
Nolan propone el mismo viaje de Kubrick, pero con una sensible, genial y hasta delirante modificación: es el tiempo, su perfecta comprensión, el que hace que en cada salto evolutivo, en cada encuentro con el monolito, seamos diferentes, seamos otra cosa. La humanidad es así la única que en su dominio de las paradojas temporales puede llegar a convertirse en extraterrestre de sí misma. Eso es 'Interstellar': "Ellos somos nosotros".
Cuando Cooper se comunica con su hija desde el otro lado de el espejo, desde la frontera de una nueva posibilidad de vida, no hace sino reconocer y hacer efectivo el único enigma al menos tan incomprensible como el propio tiempo: el amor. Hemos llegado.
En efecto, y ya que estamos saltando de argumento a argumento, es el amor lo que les une; el amor, obviamente, a eso llamado cine.
'Origen' es también eso. La última gran epopeya que ha dado la gran pantalla para unir en un virtuoso 'agujero de gusano' el cine inteligente con el cine entretenido. Puro amor. No se dejen engañar por los agoreros o los cinéfilos. No es una película confusa, es simplemente una película que confunde. Que no es lo mismo.
Y ahora decidan si Nolan es el nuevo Kubrick. A mí personalmente me gusta pensar que sí.
Su apuesta por hacer un cine bigger than life sí que es pretender ser Kubrick.