El imperio de la pasión (Nagisha Oshima. 1978)
fabuloso kaidan -cine de fantasmas- aquí mezclado con el erotismo habitual de Oshima, en la estela del anterior éxito suyo, el imperio de los sentidos, aquí lo más destacable es la atmósfera, un thriller rural del siglo pasado con una pareja deshaciéndose del marido... degenerando a una historia de culpa, venganza, ambiente opresivo y enrarecido y con un musicón que resalta toda la cinta, intensa, visceral.. muy rica.
ademas no deja de sorprenderme como un país tan urbanizado como Japón produce un cine que capta tan bien la naturaleza, en muchas ocasiones hay una relación casi telúrica con ella (Shindo sería uno de los mejores exponentes de ello), una historia de corte fantástico con una imaginería visual realmente atractiva, de lienzo en lienzo por momentos
Emperor Tomato Ketchup (Shuji Terayama. 1971)
locura vanguardista setentera que hoy seguramente causaría escándalo por su contenido (niños desnudos, sexo de por medio, maltrato animal...); manifiesto político sin ideología alguna aunque muy entroncado en las pesadillas del siglo XX, puro surrealismo artístico y provocación con bastante carga visual, en un hipotético país gobernado por los niños;
salvaje, extrema, aburrida, sugerente, transgresora, plasta... y por ende muy interesante e inclasificable, es un clásico del cine experimental del sol naciente; rescatado su título por la banda Stereolab unos lustros después para hacer un discazo;
realmente hay dos versiones de la peli, por si a alguien le interesa, yo creo que la corta funciona mejor.
fabuloso kaidan -cine de fantasmas- aquí mezclado con el erotismo habitual de Oshima, en la estela del anterior éxito suyo, el imperio de los sentidos, aquí lo más destacable es la atmósfera, un thriller rural del siglo pasado con una pareja deshaciéndose del marido... degenerando a una historia de culpa, venganza, ambiente opresivo y enrarecido y con un musicón que resalta toda la cinta, intensa, visceral.. muy rica.
ademas no deja de sorprenderme como un país tan urbanizado como Japón produce un cine que capta tan bien la naturaleza, en muchas ocasiones hay una relación casi telúrica con ella (Shindo sería uno de los mejores exponentes de ello), una historia de corte fantástico con una imaginería visual realmente atractiva, de lienzo en lienzo por momentos
Emperor Tomato Ketchup (Shuji Terayama. 1971)
locura vanguardista setentera que hoy seguramente causaría escándalo por su contenido (niños desnudos, sexo de por medio, maltrato animal...); manifiesto político sin ideología alguna aunque muy entroncado en las pesadillas del siglo XX, puro surrealismo artístico y provocación con bastante carga visual, en un hipotético país gobernado por los niños;
salvaje, extrema, aburrida, sugerente, transgresora, plasta... y por ende muy interesante e inclasificable, es un clásico del cine experimental del sol naciente; rescatado su título por la banda Stereolab unos lustros después para hacer un discazo;
realmente hay dos versiones de la peli, por si a alguien le interesa, yo creo que la corta funciona mejor.
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