Clint Eastwood. El post.

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Pues hay que echarle huevos para tener a Clint de suegro.
 
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Lo traigo del Facebook del gran Toshiro. 82 años cumple el chaval.

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:cumple


aunque a este paso los ojos se le van a salir por la nuca.
 
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(Pale rider, 1985)​


"No hay nada como un buen trozo de nogal"


La faceta de Eastwood como director empezó a tener su pleno apogeo una vez amasó fama (merecida) con "Sin perdón". Antes de llegar a este punto ya venía rodando películas desde hacía 21 años y westerns ya había rodado 3 hasta llegar a su obra magna (Infierno de cobardes - El fuera de la ley - El jinete pálido). Y sin ir más lejos Eastwood siempre ha sido un personaje en sí mismo cuando se enfunda el traje de ese hombre sin pasado que aparece para ajusticiar a los malos y salvar a los buenos bajo una aura de misterio, desconcierto e iconismo a partes iguales. Analizando fríamente las bases del oscarizado título en 1992 ya se encontraban en "El jinete pálido", una especie de precuela de lo que llegaría a ser la magnitud de su William Munny, pues sin ir más lejos desconocemos el pasado y el futuro de este predicador.

Es imposible no sentirse abrumado ante la calidad de esta obra de culto, jugando perfectamente con el lenguaje cinematográfico de un género como el western, trasladar la esencia pura de Leone para darle el empaque necesario (tampoco veo imposible que el Eastwood de la trilogía del dólar acabase convertido en este predicador a modo de continuación de una historia en sí misma) pero sin descuidar el clasicismo de los westerns de la época dorada redondeándolo a su vez con una sequedad que le da la forma y fondo necesarios para granjearse los loores de la crítica y el aplauso del público. Un filme de corte religioso cuyos primeros minutos, con un montaje redondo entre calma y tensión a partes iguales, darán lugar a una oración para traer a la vida a un protector del indefenso con alzacuellos que acabará enterrándolo en una caja fuerte para transformarse en un justiciero/ángel vengador por una cuenta que debe saldar.


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"El jinete pálido" cuenta con la calidad de los trabajos bien hechos. Una muestra más de que Eastwood iba madurando como director y seguía con las dotes intactas para conseguir personajes icónicos y rebosantes de carisma dentro de sus parcos diálogos y secas frases, de mirada fiera y rosto impasible ante cualquier adversidad. Sin ir más lejos su primera aparición, casi como si fuese una sombra, ya denota confianza absoluta en sí mismo. Lo importante es que Eastwood no necesita recurrir a un ritmo frenético para constituir un western con la tensión en su justa medida y aún así la película no decae en ningún momento. Casi 2 horas de metraje donde juega con un montaje conciso, casi de reloj suizo donde los primeros instantes, la tranquilidad de un pueblo minero en paralelo a un ataque que se acerca feroz por parte de los atacantes juegan como punto de partida para que ese anónimo aparezca y acabe formando parte de las vidas de los lugareños, acariciando el amor a dos bandas pero manteniéndose en todo momento esquivo y distante (el despertar sexual de la niña frente a la duda razonable de la madre).

La labor de Joel Cox, habitual en la filmografía de Eastwood, como montador denota una perfección absoluta logrando que los momentos calmados, donde el diálogo es más importante que el movimiento sean los que redondeen la propuesta pero sin dejar pasar el duelo final donde el prodigio de la narrativa y el empleo de planos concisos y sin reparar en darle el tono épico necesario para conseguir el propósito deseado. La sensación de peligro, el logro de convertir al protagonista en un ser sin pasado ni futuro es todo un logro al igual que la fotografía de Bruce Surtees consigue darle esa sensación de contemplar un tiempo pasado, una sensación de realidad cercana al convivir el hombre en contacto con la naturaleza (ese río donde intentan encontrar oro) al igual que el frío constante consigue darle ese tono ausente, seco, carente de sensiblería innecesaria (sin ir más lejos Eastwood desaparece de la pantalla sin despedirse de nadie más allá de un gesto esquivo a su sombrero).


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Pero más allá de montaje, fotografía y dirección la película contempla una colección de planos y momentos que forman parte de la historia del séptimo de arte y el género en particular. La primera aparición del personaje montado en su caballo pálido, la pasarela de villanos vestidos todos iguales y con cierta referencia a las películas de Leone, el sacrificio despiadado de Spider, el duelo final donde consigue eliminarlos a todos con una constancia fuera de lo común acabando en ese duelo cara a cara donde ese reconocimiento por parte de Stockburn (y esa pistola atascada en el cinto) denotan un ajusticiamiento digno de un justiciero sin nada que perder, cobrándose la deuda marcada por las seis balas que pueblan su espalda. Pero Eastwood tiene tiempo para la belleza poética del momento como ese encuentro a la luz de la luna entre El predicador y la niña. "Sin perdón" sería la cúspide, el fin de un viaje, la meta, el logro soñado pero está claro que la base y el pistoletazo ya venía de antes. Pero está claro que Eastwood, merece por méritos propios y con títulos como este jinete pálido, el apelativo de maestro clásico del cine contemporaneo.
 
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Analizando fríamente las bases del oscarizado título en 1992 ya se encontraban en "El jinete pálido", una especie de precuela de lo que llegaría a ser la magnitud de su William Munny, pues sin ir más lejos desconocemos el pasado y el futuro de este predicador.

Si tuviese que asociar los westerns de Clint Eastwood, como antecedente de Sin perdón está mucho más definido The Outlaw Josey Wales que Pale Rider. Esta última, si se parece a otro desus westerns, sin duda es a High Plains Drifter.

Un filme de corte religioso cuyos primeros minutos, con un montaje redondo entre calma y tensión a partes iguales, darán lugar a una oración para traer a la vida a un protector del indefenso con alzacuellos que acabará enterrándolo en una caja fuerte para transformarse en un justiciero/ángel vengador por una cuenta que debe saldar.

Esto, más que corte religioso es corte metafísico.



La sensación de peligro, el logro de convertir al protagonista en un ser sin pasado ni futuro es todo un logro al igual que la fotografía de Bruce Surtees consigue darle esa sensación de contemplar un tiempo pasado,

Por si no había quedado claro...:aprende


Pero más allá de montaje, fotografía y dirección la película contempla una colección de planos y momentos que forman parte de la historia del séptimo de arte y el género en particular. La primera aparición del personaje montado en su caballo pálido, la pasarela de villanos vestidos todos iguales y con cierta referencia a las películas de Leone, el sacrificio despiadado de Spider, el duelo final donde consigue eliminarlos a todos con una constancia fuera de lo común acabando en ese duelo cara a cara donde ese reconocimiento por parte de Stockburn (y esa pistola atascada en el cinto) denotan un ajusticiamiento digno de un justiciero sin nada que perder, cobrándose la deuda marcada por las seis balas que pueblan su espalda.

Ahora te impongo que veas esta y me cuentas:

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Si tuviese que asociar los westerns de Clint Eastwood, como antecedente de Sin perdón está mucho más definido The Outlaw Josey Wales que Pale Rider. Esta última, si se parece a otro desus westerns, sin duda es a High Plains Drifter.

No cabe duda pero siempre (por eso lo decía arriba) he tenido la sensación de que Sin perdón bebe de Jinete y Jinete es preámbulo de Sin perdón. Y claro que Jinete está casada con sus 2 obras anteriores pero a su vez también lo está, en cierta manera, con la trilogía del dólar.

Y esto no significa que ningunee las otras dos, para nada. Pero sólo destacaba. ;)

Esto, más que corte religioso es corte metafísico.

Explícate un poco más. Yo lo veo religioso porque la simbología, referencias y forma de enfocar la historia está muy remarcado y que Eastwood así lo deja ver.

Pero expláyate o piérdete en la pradera con dingos y coyotes hambrientos. :p

Por si no había quedado claro...


"Ay, padrino. Tiqui tiqui tiqui. Profe, profe... mira, repite 2 veces la misma palabra... bla bla bla... mira, el sombrero de Gandalf es picudo y la S de Superman está torcida".


Ahora te impongo que veas esta y me cuentas

¿Es reconocido por Eastwood? Pregunto.

Y sí, cuando la vea te digo. Añádela a la otra. Dicen que cuando llegue a 10 títulos nuevos me dan la batería y la cubertería. :gano
 
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me ha gustado tu reseña Atre :palmas, esta es una pelicula sencilla pero muy bien llevada y que tiene algo que la hace inolvidable, no se si es ese aire algo fantastico y mistico de toda la historia, me pone la carne de gallina cuando el villano llama al protagonita a voz en grito por las montañas resonando el eco, esa escena es genial.
 
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Muchas gracias, Toni. Es un peliculón y lo mejor de todo es que Eastwood se toma su tiempo, sin prisa, pero no decae nunca. Aparte que está hecha como los clásicos convirtiéndose en uno de ellos. Para mi una de las mejores de su filmografía.
 
Bird, Clint Eastwood, 1988

Cambio de tercio crucial en la carrera del director en el que se adentra en la turbulenta odisea vital de Parker. Es un ajuste de cuentas con su melomanía que ya se intuye en su obra anterior, como en la soberbia Honky Tonk Man, aquí encorsetado con la losa sobre su cabeza de insuflar vida a un icono del Jazz casi sagrado y racial, (como no podía ser de otra forma la pelicula está totalmente protagonizada por casting de actores negros) en los que sobresale un enorme en todos los aspectos Whitaker con un aspecto de cuervo moribundo y orondo.

Por poner una pega solo decir que la pelicula se pasa un poco de metraje, ensimismandose un poco en el tremendismo aunque tenga sus toques de humor socarrón made in Clint, y pasando por encima de algún detalle por ejemplo de lo poco que se habla de la relación de los demás músicos con Bird aparte de Gillespie y Rodney y algún viaje por el sur profundo. Esto son detalles nimios para una obra que roza la perfección y que habla sobre los mecanismos del proceso de creación, en Parker lo innato, casi primario mezclado con el combustible de ciertas drogas y el alcohol, el malditismo que rodea a los que le acompañan en su periplo, su vida fue un dramón sin fin y los que estuvieron a su lado no lo pasaron mejor.

Me quedo con dos momentos, el encuentro Ed Woodiano con Stravinsky acompañado al fondo de "el pajaro de fuego" TRACA, o el juego de espejos, el creador aclamado por la critica que vive bien versus el cuervo moribundo yonkarra. Y la muerte de Parker descojonandose de un show en televisión, con flashes de conocidos riendose de él, carcajadas que duelen mucho.

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Forrest, a parte de ser negro pensé que sabias tocar
 
1r. revisionado. No la cazaba desde que se estrenó en cine. Y allí me pareció muy, pero que muy floja. En este visionado no sólo me ha subido muchos enteros sino que me parece una gran peli, desde luego.


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(Flags of Our Fathers, 2006)

Una de las proezas más interesantes que ha deparado Hollywood donde el maestro Eastwood tiene a bien contar la misma historia desde los dos bandos o desde los dos puntos de vista: la americana y la japonesa en el ataque a la isla de Iwo Jima. En este caso, con "Banderas de nuestros padres" intenta honrar a los soldados que cayeron en el campo de batalla pero uno de sus primeros fallos fue que la publicidad se encargó (tristemente) de presentarla en su día como si de un nuevo Soldado Ryan se tratase. Y si bien es cierto que la mano directora de Spielberg es más que patente (pues hay muchos momentos, una gran cantidad de ellos, que recuerdan en forma y fondo a aquella) la película es más una crítica a la parte menos conocida de aquella foto mítica donde soldados, todos a una, levantaron y clavaron la bandera en lo alto de la montaña a modo de símbolo heroico donde la política, la manipulación y el esfuerzo por parte de los vencedores de que América comprara bonos para poder seguir manteniendo una guerra.

Clint Eastwood rueda con su estilo clásico, intercambiando momentos muy potentes (todos los relacionados con lo bélico, que aún siendo deudores resultan más que interesantes, siendo muy funcionales y consiguiendo la necesaria sensación de una cruda realidad y una más que patente sensación de verismo en el campo de batalla) con otros momentos más calmados donde el diálogo es abundante y los momentos más lentos son mucho más que patentes. Pero la película, a pesar de no ser acertada en el tono (demasiado inciso en lo político y dejando a un lado lo bélico que es lo que más llama la atención) es una película metódica, casi documental explotando todos y cada uno de los ángulos que trataron en la historia.


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La dirección de actores, a excepción de un exceso de maniqueísmo y sensiblería innecesaria por parte de un repelente Adam Beach, resulta cuanto menos convincente, no por su personaje en sí sino por sus nulas dotes interpretativas y rompiendo por completo la tónica y credibilidad de un personaje realmente interesante y que muestra que no todos los hombres nacieron para ser héroes. Pero el resto de actores funcionan en sus típicos roles de soldados entregados a los cuales la guerra dejará tocados de por vida, tomando cada uno distintos caminos y distintas formas de enfocar la vida y convivir con ella. Uno de los mejores momentos al respecto es aquel donde al más puro estilo de cine de despachos uno de los altos cargos les echa en cara que la guerra necesita bonos vendidos pues no tienen armamento con el cual defenderse.

Clint Eastwood rueda con parsimonia un trabajo que huele a deudor de la obra maestra de Spielberg, algo que es imposible obviar, pero de una forma que aún siendo en cierto modo imitadora de aquella puede incluso contar con cierto orgullo de haber rodado un bélico con un empaque respetuoso con el género, acuñada con una ambientación lograda, un diseño de producción exquisita (perfecto empleo de la luz y la oscuridad en varios momentos como las escenas nocturnas o en el interior de las cuevas, al igual que las escenas bélicas donde se demuestra que Eastwood intenta quitarse una espina por poder decir "yo también pude aunque sea con ayuda"), al igual que cuenta con algunos planos muy sugerentes como la mermelada de fresa que evoca, terriblemente, a la sangre derramada o la montaña escalada convirtiéndose en un decorado donde miles de personas vitorean a los héroes sin saber la triste y cruda realidad que se esconde tras esa farsa. Un filme más que interesante, que no obtuvo la respuesta que quería en la galería de los Oscars pero que cuenta con mi aplauso.
 
Es que Cartas es una obra maestra sin lugar a dudas. Eso me quedó claro nada más verla. Esta (banderas) he necesitado un revisionado para verlo.
 
Gran Torino... o lo que es lo mismo: el sargento de hierro disparando la última bala del tambor. Un filme que podría haberse transformado en telefilme en manos de otro y aquí, en manos del maestro es un recital de una colección de constantes tanto de su cine como de sus personajes encerrados en los gruñidos y mirada asqueada de un viejo que está de vuelta de todo y que dentro de ese rol de hombre racista se esconde una especie de mentor para el enemigo. Que los mong no tengan las dotes actorales puestas al día (a escepción de ella) sólo sirven para engrandecer un personaje agradecido por el espectador y fan de Eastwood en una historia más intimista de lo acostumbrado, minimalista en los trazos del guión pero que encierra todo un arsenal de emociones muy bien enfocadas y todo un homenaje al cine clásico americano.

Y encima es que el gachón se marca momentos que son ya un clásico en su filmografía como la pose frente a los mong empezando siendo un racista escupe lapos e improperios a partes iguales y acabando siendo un amigo y uno más de la familia, la pose como héroe de acción jubilado (la forma en como apunta con el dedo o la forma en como mantiene el rifle en alto) o situaciones difíciles de ver (la resolutiva hacia la chica) sin dejar de lado el cine costumbrista bajo el punto de vista de un hombre anclado en el pasado (la familia, la sociedad, trabajo, religión o el recuerdo de un american way pasado). Si encima se deja para el final un western en toda regla estamos hablando de un clásico en toda regla. Para mi es uno de los mejores títulos no sólo de Eastwood como director sino uno de los clásicos por antonomasia de los últimos tiempos.
 
Es puro fanservice, limitadísimo a "Clint es viejo pero todavía mola de tío duro" y YA. Que tampoco es que eso esté resuelto especialmente bien (falta sentido del humor en su desmitificación), pero hasta sale ganando... Todo lo demás es absolutamente montonero, sin gracia y de un piloto automático que espanta.
 
Hombre, eso no lo niego: que el personaje está hecho para fans, pues también. Pero aún así lo que ofrece está muy bien ajeno a ello. Es una especie (siempre lo he visto así) de sr. Friedkinsen con niño asiático que se ayudan mutuamente en muchos sentidos por un lado y es una clase de cine clásico por otro (valga el chascarrillo sobao). Lo que hay ahí dentro me encanta y me convence aunque sea sencillo en su forma / fondo.

En cuanto a la última frase no concuerdo (pues para mi es una master piece) pero bueno, ya sé que no es de las tuyas (siempre recordaré con agrado aquella búsqueda de nuestras notas más "curiosas" en FA y ésta fue la que salió a colación). ;)
 
No, no. Todo lo contrario. Para mi es un sí pero sí. Que lo que diga Dussander en según qué aspecto tenga razón (porque también lo es) y se la de no exime que para mi sea un sí. Para mi es una peli de diez y el rol de Eastwood lo mismo.
 
Sí que es una clase de cine clásico, concretamente de cine clásico simplón. Aunque más bien es una sobremesa a la que le metieron a Harry el Viejo para darle alguna intención.

A mí de lo que pretenda ir me da bastante igual si luego lo hace de forma tan boba.
 
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