Cuento mi caso por que es para contarlo... a ver si a alguien le sirve de experiencia (para no caer en los mismos errores).
Me caso, y mis padres nos ayudan a meternos en una unifamiliar. En un pueblo turístico (Chiclana de la Frontera). Una buena casa, en un buen sitio, a buen precio. Hipoteca muy asumible. Vivíamos muy bien, sin apuros y permitiéndonos viajar y todo tipo de caprichos.
Un dia gestiono una venta por renting con un banco, el director de la oficina y yo hacemos buenas migas, y me camela para pedir una ampliación de la hipoteca para cerrar la cochera y algunas cosas. Era poco más al mes, y era asumible. Apenas lo notamos y todo fue como la seda. Y la casa, muy mejorada.
Otro (maldito) día, vemos un casoplón (300 metros), en pleno centro de Cádiz, anunciado a un precio bastante por debajo de lo esperable (pero seguía siendo un fortunón). Cometo la torpeza de decirle a mi mujer que vayamos a verla, a ver donde está el truco, sin más. A modo de divertimento.
Pues resultó que no tenía truco. Una casa antigua, en una situación inmejorable, enorme, y señorial. Mi mujer estaba harta de vivir en un pueblo, los ojos le hacen chirivitas, y aunque no nos lo podíamos permitir, se lo comento a mi "banquero". Este me dice que no deje pasar la oportunidad, que esa casa vale una fortuna, que firmamos una hipoteca puente, que tendría un año para vender la casa de Chiclana, y que la cuota final sería asumible (eran como cinco veces lo que pagaba por ese entonces, pero es cierto que apenas suponía el 40% de mis ingresos). Y que pidamos 140.000 euros más, para reformar la nueva y estar a gusto, que me lo podía permitir. Me lío la manta a la cabeza, y firmo.
Lo que parecía una idea cojonuda, resultó ser un desastre absoluto. A las pocas semanas, estalla la burbuja y nadie compra casas en Chiclana. La empresa que me suponía el 90% de mi facturación, quiebra. Mis ingresos se van a la mierda. Y el tiempo va pasando, y casi sin darnos cuenta, pasan once meses... y la casa de Chiclana no se vende. Para el que no sepa lo que es una hipoteca puente, eso suponía que en un mes, empezábamos a pagar DOS hipotecas. Y difícilmente podíamos pagar ya una. Ese mes, apenas dormí. Pero, milagrosamente, apenas tres días antes de que cayera la espada de Damocles sobre mi cabeza... vienen a ver la unifamiliar, y la vendo.
Respirando aliviadísimo, me enfrento al hipotecón de la nueva casa, pero me libro del otro. Me armo de valor, le echo catorce horas diarias (era autónomo), y me apresto a cumplir con mis pagos mensuales como mejor pudiese. Voy tirando, a base de echar más horas que un reloj. Pero tiro. Privándome de todo, claro.
En estas... cartita de Hacienda. Sin entrar en detalles, por algo que no era culpa mía (putos asesores), y sin existir ánimo alguno de defraudar (era asquerosamente cumplidor), me meten un puro de cagarme vivo. Bueno, no uno. DOS. Porque me cae otro por los impuestos por la compra de la nueva casa. Porque decían que no era mi vivienda habitual (error mio, no me empadroné), y por que no presenté factura de las reformas (la empresa quebró, desapareció, y no tenía nada). A mi, y a mi mujer (otra vez putos asesores y el presentar declaración conjunta). Cuentas embargadas y tal.
Y cuando pensaba que nada podía ya ir a peor... cartita del banco. Que me comprometí a devolver los 140.000 euros de la reforma en dos años. Que a pagar ¿COMOOOOOOO???? Me voy a la oficina del Barclays con los ojos inyectados en sangre, y mi gran amigo (sic.) el director me dice que si, que eso es lo que firmé. Por supuesto, nadie me informó de tal cosa, ni previamente, ni en la notaría. Pero que no me preocupe, que el Barclays ha quebrado (juas) y mi hipoteca se la queda el Deutsche Bank. Que el me arregla la cosa.
El "arreglo" fue ampliar la hipoteca en esos 140.000 euros, claro. Con la correspondiente subida de cuota.
Al borde del suicidio ya, decido que por mis cojones treinta y tres, esto lo remontaba yo. Y si antes trabajaba 14 horas, ahora eran 20. Con ayuda de mis padres, y mucho esfuerzo de todos, vamos pagando cuotas... pero con MUCHO esfuerzo y sacrificio. Decidimos alquilar la casa, e irnos a otra más pequeña. El inquilino nos sale rana y no paga. Tardamos dos años en lograr que se largara, y eso perdonándole la deuda acumulada (más de veinte mil euros). Y por supuesto, pagando hipoteca... y el alquiler de la casa donde estábamos. Vamos, una fiesta.
Ponemos la casa en venta... y la casa no se vende. Vienen mil personas a verla, pero por una cosa o por otra, no se vende. Dos años así. Este último año, los tipos se van a las nubes... y llega la revisión en breve. De pagar 1.800 euros mensuales, íbamos a palmar 2.495. Inasumible. Sobre todo porque la empresa ya se había ido a la mierda, y la aventura de fusionarla con otra se fué al traste. Me quedaba en paro. En casa ya solo entraba la nómina de mi hijo.
Y justo la semana antes de la primera cuota impagable... un inglés que vive en un ático en pleno centro de Londres se encapricha con la casa, y me la compra. No me lo podía creer. Dos veces salvado por la campana. Tan malo no debo ser, y debo poseer una legión de ángeles de la guarda.
En realidad, no la vendí, la malvendí. Pero es a lo que vamos... Si, perdí dinero y el trabajo de toda una vida. Pero gané tranquilidad. Que es lo único que importa. Liquidé mis deudas con Hacienda (a la que dedico un cariñoso recuerdo, josdeputa), mis padres ya no tenían que ayudarnos, y aún nos queda un (pequeño) remanente.
¿Y en qué situación estamos? Pues de momento, viviendo en el chalet de mis padres. Que oye, no está mal. Pero ya estamos con la manta liada a la cabeza otra vez. No queremos quedarnos aquí. Queremos hacer un reset, y por muchos motivos... irnos a Madrid. Y comprar algo allí. Alguno dirá... ¿y te vas a meter en otra hipoteca, so loco? Pues si. Porque para que nuestros amiguetes de Hacienda no nos crujan de nuevo, tenemos que reinvertir la "ganancia" (juas). Pero también por otros motivos:
1) Queremos vivir en NUESTRA casa. No en alquiler, ni en la de mis padres. Nuestra casa.
2) Queremos un jardincito. no tener vecinos que den por culo (eso ya lo contaré en otro hilo), y respirar tranquilidad.
3) Queremos que después de todo, nuestro hijo tenga algo SUYO.
4) Y otros motivos que no pueden contarse aquí...
Así que si, nos vamos a liar la manta a la cabeza de nuevo. Hemos visto un pareado cojonudo, cerca de Madrid, con todas las comodidades, y un precio "asequible" para lo que es Madrid. Vamos a estar de nuevo achuchados, pero con otra tranquilidad y sin tantas mochilas.
¿De qué dependemos aún? Pues fundamentalmente de los putos bancos, claro. Estamos esperando a que nos den el ok al hipotecón (que está complicado), para firmar las arras. Pero la tranquilidad que tengo ahora mismo, en comparación con el infierno que he vivido, no tiene precio.
Así que
@actpower , no te rindas. Que se puede pasar mal, MUY mal, y acabar saliendo. E incluso tener ganas y ánimo de meterte en otro embolao. Échale huevos y dale duro, que al final, cada uno tiene lo que se merece. No importa el camino intermedio. Si haces las cosas bien... te acabará yendo bien.
Perdón por el ladrillaco. Tenía que soltarlo. O no.