Acabo de verlo, y es un video muy bueno y bien argumentado. Ya me suscribí al canal de Bortz hace unos días y parece del palo de Dayo, Scanliner y similares (de hecho han hecho juntos un podcast sobre el E3 hace poco).
No estoy de acuerdo en algunas cosas, eso si. Que hoy se le llama terror psicológico a cualquier juego de miedo sin acción es cierto, pero lo del sexo/muerte de Silent Hill tampoco es que fuera el colmo de la sutileza (aunque el subtexto ya es un esfuerzo que no muchos más juego se toman). Que meta a PT en el saco del terror moderno genérico basado en jumpscares tampoco lo veo para nada, y en ese pasillo habia tanto trabajo de atmósfera y buen diseño como en muchos Silent anteriores. Evidentemente Kojima jugó a que el juego se adheriera a la moda actual, pero consiguió posiblemente uno de sus mejores exponentes. No hay más que ver todos los clones que le han seguido después como Allison Road, Layers Of Fear y similares, que no le llegan ni a la suela en capacidad de sugestión. Y eso que PT no inventó el terror moderno en primera persona, pero cuando algo se hace bien (aunque no sea original), se convierte en referente. Y otra cosa, Kojima no dijo que bajaron la calidad del juego para que pareciera indie (como si diese a entender que un indie siempre será peor que un juego triple A), sino que rebajaron la calidad técnica para que pareciese hecho por un estudio pequeño y con menos medios. No hablaba de la calidad general del juego, sino del apartado técnico. Y aun asi PT es practicamente fotorealista.
Si estoy muy de acuerdo en una cosa, y es algo que lamento muchísimo a pesar de celebrar el nuevo enfoque de RE7. La creencia absurda de que la primera persona es más inmersiva per se, y que la tercera persona en terror es cosa del pasado. Y no me refiero a la tercera persona genérica tipo The Evil Within, sino a un juego con realización de cámaras. Tener a un director detrás que elige desde qué ángulo observamos la acción a cada paso, le da al conjunto y a la narrativa una expresividad que jamás tendrá la primera persona, que solo tiene una función jugable y de falsa inmersión.