Max Renn
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Revisión terminada del Raising Cain (que fuma).
Vista hoy, la constante de estilo depalmiana de la luz filtrada por persianas en casa de la Davidovich (delicioso su muslamen, por cierto) y en la habitación de hotel del Bauer está presente TODO EL RATO y es tan permanente y reiterativa que sabe casi a autoparodia, eh. Y luego, hombre, lo de disfrazarse con peluca cancerígena y gabardina para HUIR inadvertido me parece una coña marinera importante, por no hablar de que el Bauer (personaje accesorio donde los haya) y un poli se queden DORMIDOS mientras el Lithgow escapa.
En fin, que todo es una inverosimilitud sublimada al límite, y la verdad es que esta sinvergonzonería en la que De Palma encaja sus obsesiones con calzador descarado (mete """referencia""" imposible a Psicosis a saco, sin importar la lógica) tiene su gracia de trilero que es consciente de lo que hace.
También es cachondo el encadenado de sueño/pesadilla y despertar dentro de sucesivos sueños/pesadillas y despertares, lo que construye una parte central delirante jugando al despiste y que me resulta tan risible como disfrutable.
La secuencia final marca de la casa, con acciones paralelas ralentizadas y casualidades increíbles que pretenden aumentar la emoción porque sí (el tirito), lo mismo. Y el plano final, de lo más simpático, ya le volará la cabeza a Magnolia, claro.
Siempre, con el Lithgow pasándoselo en grande gesticulando y encarnando personalidades múltiples que andan más cerca de lo cómico que de un perfil realmente inquietante.
Juego grotesco de principio a fin tan irritante (no para mí) como divertido. Diría que sus costuras son más evidentes hoy, que ya nos pilla con el culo pelado, pero bueno... Y sus menos de 90 minutejos pasan como un suspiro. Agradable locura filmada con clase, que es exactamente lo que recordaba, si bien me parece que la disfruté más hace tropecientos años. Tal vez me ha faltado fumarme un peta justo antes de verla.
Vista hoy, la constante de estilo depalmiana de la luz filtrada por persianas en casa de la Davidovich (delicioso su muslamen, por cierto) y en la habitación de hotel del Bauer está presente TODO EL RATO y es tan permanente y reiterativa que sabe casi a autoparodia, eh. Y luego, hombre, lo de disfrazarse con peluca cancerígena y gabardina para HUIR inadvertido me parece una coña marinera importante, por no hablar de que el Bauer (personaje accesorio donde los haya) y un poli se queden DORMIDOS mientras el Lithgow escapa.
En fin, que todo es una inverosimilitud sublimada al límite, y la verdad es que esta sinvergonzonería en la que De Palma encaja sus obsesiones con calzador descarado (mete """referencia""" imposible a Psicosis a saco, sin importar la lógica) tiene su gracia de trilero que es consciente de lo que hace.
También es cachondo el encadenado de sueño/pesadilla y despertar dentro de sucesivos sueños/pesadillas y despertares, lo que construye una parte central delirante jugando al despiste y que me resulta tan risible como disfrutable.
La secuencia final marca de la casa, con acciones paralelas ralentizadas y casualidades increíbles que pretenden aumentar la emoción porque sí (el tirito), lo mismo. Y el plano final, de lo más simpático, ya le volará la cabeza a Magnolia, claro.
Siempre, con el Lithgow pasándoselo en grande gesticulando y encarnando personalidades múltiples que andan más cerca de lo cómico que de un perfil realmente inquietante.
Juego grotesco de principio a fin tan irritante (no para mí) como divertido. Diría que sus costuras son más evidentes hoy, que ya nos pilla con el culo pelado, pero bueno... Y sus menos de 90 minutejos pasan como un suspiro. Agradable locura filmada con clase, que es exactamente lo que recordaba, si bien me parece que la disfruté más hace tropecientos años. Tal vez me ha faltado fumarme un peta justo antes de verla.
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