Leyendo sobre las cifras que proporciona normalmente para resaltar lo fuerte que somos las mujeres, ¿por qué tantas se consideran víctimas del patriarcado?
Hay varias razones. La primera de ellas es la idea -generada por la segunda ola del feminismo- de que las mujeres son sólo versiones reprimidas de los hombres, a las que se ha menospreciado históricamente con estereotipos de cómo deberían comportarse. De no ser por esas construcciones culturales, las mujeres actuarían más como los hombres, según ese argumentario... Las mujeres tendrían todos esos trabajos que históricamente han tenido los hombres, por ejemplo, el 50% de los trabajos previamente masculinos, desde los albañiles, hasta los marinos de alta mar, informáticos y los ingenieros. Mientras no puede haber ninguna duda de que las mujeres han sido excluidas desde hace milenios, no es menos cierto que ese ya no ha sido el caso de los últimos 50 años en los países desarrollados. Lo que estamos viendo es que, en los países con más oportunidades, eligen unos trabajos sobre otros. Cuando las mujeres tienen la sensación de que pueden elegir, se suelen dirigir, de media, hacia carreras que les permiten más flexibilidad, poder estar más con sus hijos, sus familias, amigos, dedicarse a hobbies y a trabajos más sociales y menos solitarios. Anteponen trabajar con gente a la que respetan y donde pueden tener un impacto social. Como resultado, en las democracias industrializadas, la mayoría de los médicos, abogados, veterinarios, logopedas, psicólogos, trabajadores sociales y editores son mujeres. Pero trabajos más solitarios que implican estar manipulando cosas o programas durante muchas horas, sin la oportunidad de hacer de la sociedad un sitio mejor, no son muy populares entre las mujeres, pese a a los esfuerzos de los últimos 40 años para que les resulten atractivos.
¿Alguna razón más?
Bueno, añadiría que las mujeres se ven como víctimas cuando ven estadísticas mal agregadas. La brecha salarial desaparecería casi por completo si tuviéramos en cuenta las horas que se trabajan y el tipo de empleo. Por ejemplo, muchas mujeres tienen la oportunidad de trabajar a jornada partida cuando sus hijos están creciendo y lo siguen haciendo después. Si el 60% de las mujeres lo hace a tiempo parcial y esos sueldos se mezclan con los de jornada completa, pues por supuesto los números son distintos. Además, los trabajos que suelen elegir las mujeres no están entre los mejor pagados (sanidad o enseñanza). Una manera de corregir la brecha salarial es que se pagara lo mismo en trabajos tradicionalmente muy femeninos como los masculinos. Por ejemplo, la mayoría de los profesores y de los especialistas informáticos tienen el mismo número de años de estudios pero se pagan de manera distinta. El sistema sería más justo si cobraran parecido.