Ahora por fin he conocido un caso de un hombre que tras ser abandonado por su mujer ha perdido los papeles, no es capaz de digerirlo ni asumirlo y está teniendo un mal comportamiento , con amenazas, alguna agresión que ella no ha querido denunciar aùn , un poco a causa de cierto sentimiento de culpabilidad por deshacer una familia, etc...
Y joder, a este hombre cuyo comportamiento desapruebo y que me está acojonando un poco lo conozco desde hace 30 años, entregado a su familia y a su mujer como pocos, trabajador, noble, buena persona...
Simplemente no es el mismo, está sobrepasado por la situación, necesita ayuda psicológica profesional aparte del apoyo de amigos y familia.
Y mira por donde no creo que en la avalancha de miles millones que se dedican al tema viogen se destine un puto euro a servicios sociales y psicólogos que atiendan al hombre en estas crisis, porque no se contempla que el hombre actúe por pura desesperación, depresión, etc...
Cuando se producen los asesinatos no se analiza una mierda el por qué ha pasado, se simplifica y se da por sentado que las desgracias ocurren por una supuesta condición exclusiva del hombre, la violencia incardinada en los genes de nuestra masculinidad como decía Carmena, el machismo y el heteropatriarcado heredados, etc...
Todos recordaréis que el año pasado se lió gorda porque se anunció que se había formado una Comisión formada por expertos de diversas disciplinas (psicólogos, abogados, policías, guardias civiles, educadores sociales, etc.) para investigar y profundizar sobre los factores reales que causaban la mal llamada "violencia de género" y la impresentable de Barbijaputa escribió un bochornoso artículo en el que decía que ese estudio era innecesario porque ya se conocía la causa por la que los hombres mataban a las mujeres: por machismo puro y duro. Afirmación que solo demuestra un enorme desconocimiento de la conducta humana.
Cualquiera que sepa un poco de conducta humana sabe que la violencia en el ámbito familiar no está provocada por el machismo o por el heteropatriarcado. Generalmente la violencia en el ámbito familiar tiene lugar porque existen entre la pareja una serie de conflictos que no se han sabido resolver de manera civilizada. La violencia es, ante todo, un mecanismo de defensa ante una amenaza. Cuando una persona se siente atacada por otra persona es frecuente que responda huyendo o atacando, ya sea mediante violencia verbal o física. Cuando los conflictos se prolongan en el tiempo y no hay visos de solución alguna en el horizonte es normal que el nivel de violencia aumente progresivamente en escalada. Todo esto no tiene nada que ver con ser machista o no, o con vivir en un sistema heteropatriarcal: tiene que ver con la propia capacidad para gestionar conflictos y para controlar las propias emociones. Como decía una tuitera a la que citaba el otro día: se puede ser machista y matar, se puede ser machista y no matar, se puede ser no machista y matar y hasta se puede ser machista y matar por razones que no son machistas. Porque el machismo, al menos en la España actual, no es ni mucho menos la principal causa de la "violencia de género", a pesar de que las feministas radicales se empeñen en afirmar lo contrario.
Es cierto que la violencia física en parejas se produce más desde el hombre a la mujer que desde la mujer al hombre, pero las razones detrás de ellas son sobre todo biológicas. Las hormonas desempeñan un papel fundamental en la regulación de la conducta y altos niveles de testosterona favorecen las conductas violentas. La razón principal por la que los hombres en general somos más violentos que las mujeres no es porque nos eduquen en una "masculinidad tóxica", porque nos inculquen una educación machista, porque vivamos en un sistema heteropatriarcal o porque nos hayan adoctrinado en una "cultura de la violación". Los hombres somos más violentos porque tenemos testosterona a cascoporro corriendo por nuestras venas. Pero somos más violentos tanto en nuestras relaciones con otros hombres como con las mujeres, es más, tendemos a ser más violentos con otros hombres que con las mujeres, en ese sentido casi podríamos decir que las mujeres se benefician de discriminación positiva.
Mucha gente se piensa que el hombre que maltrata a su mujer es porque es una mala persona y que como todo el mundo se considera a sí mismo una buena persona todo el mundo piensa que él jamás va a maltratar a nadie. Esto es mentira. Todo el mundo puede llegar a ser un maltratador si se dan las circunstancias propicias. Cualquiera de nosotros podemos acabar siendo maltratadores si alcanzamos el grado de desesperación necesario. Se suele retratar al maltratador como si fuera una persona que disfrutase haciendo daño a la otra persona, cuando a menudo el maltratador es una persona que se arrepiente de su propia conducta violenta. Es como ese fumador que sabe que fumar está mal y que le hace daño pero que es incapaz de dejarlo. No es raro que el maltratador sea una persona amable y cariñosa que en un momento de estrés o vulnerabilidad se vuelve violenta y que pasado el momento vuelva a ser la persona amable y cariñosa del principio. Es esta dualidad, entre otros factores (dependencia económica o emocional, por ejemplo) lo que hace que para muchas mujeres resulte tan complicado denunciar o abandonar a un hombre maltratador, porque la misma persona que en un momento dado te hace daño al momento siguiente se muestra cariñosa y arrepentida. Y cuando una persona quiere a otra tiende a darle más peso a las conductas positivas que a las negativas.
Es frecuente que un hombre, tras matar a su mujer, se suicide y no poca gente se pregunta que por qué los asesinos no invierten el orden de los factores y se suicidan ellos primero. Es muy sencillo: no pueden. El maltratador mata a su pareja en un momento de enajenación mental y cuando regresa a la normalidad y es consciente de la barbaridad que ha cometido no puede soportar el sentimiento de culpa y se suicida. Esto demuestra que los maltratadores no son desalmados sin escrúpulos, muchas veces es gente con conflictos internos brutales que no saben gestionar, gente con un gran sentimiento de culpa y arrepentimiento y con una falta de autocontrol que necesitan tanta ayuda psicológica como la mujer.
Cuando dentro del seno de una familia se produce violencia, todas las partes implicadas necesitan ayuda, tanto el agresor o agresora como la(s) víctima(s). Pero mientras sigamos partiendo de la idea de que los hombres maltratan por machismo, por maldad o por falta de empatía y que la condición de víctima es exclusiva de la mujer seguiremos sin poder ayudar realmente a las parejas con problemas. Mientras las feministas sigan perdiendo el tiempo en medidas chorras que no solucionan ningún problema las mujeres seguirán muriendo a manos de sus parejas.