Sea como fuere ya tengáis razón unos u otros. Lo que me queda meridianamente claro es que un hombre y una mujer ante la ley ya no son iguales. Curiosamente la Constitución dice lo contrario. Y en esto creo que tanto unos como otros supongo estaréis de acuerdo.
Con todo el cariño, ni un niño, ni un anciano, ni un minusválido, ni un inmigrante, ni un político, ni un rico, ni un pobre, ni dependiendo de la comunidad autónoma dónde has nacido o residas. Se habla de equidad y no de igualdad, y en todos esos casos la ley intenta compensar desigualdades.