Albert Brooks no está caracterizado como un mafioso, sino como el productor de cine que dice que fue en el pasado. Un señor que, mientras te da la mano, te raja el brazo. Un tío que, en el pasado dirigió películas de acción sexys que, para los críticos eran "europeas" pero que a él le parecen mierda. ¿Se llevó mal Refn con alguno de sus numerosos productores?
-El conductor jamás come ni bebe. Algo que Fincher hizo parecido en The Game. Pero si allí Michael Douglas ni siquiera estiraba la mano hacia ningún plato, aquí parece un trabajo de montaje. En la secuencia de la cafetería en la que Gosling visita a la Mulligan para comprobar hasta qué punto sabe ella el peligro que está corriendo, se ve cómo suelta la taza, como si hubiese pegado un trago que nunca veremos.