Respuesta: El cine nos ofrece un bastión artístico ineludible: Inglourious Basterds
Pero si los bastardos son TODOS.
En efecto. No entiendo por qué le ha entrado la perra a todo el mundo en que los bastardos del título aparecen poco, cuando realmente todos los personajes de la película son igual de "hijoputas".
Yo creo que a Tarantino le entusiasmo tanto que mete un inserto explicativo a propósito que a mi personalmente me chirrió un poco.
Inserto muy depalmiano, por cierto, ¿no? En
split-screen, con la película en una mitad y las imágenes de archivo en la otra, como en
'Blow-Out'.
De acuerdo con los dos; en general esos insertos rápidos son lo peor de la película (el nitrato, la traductora, etc).
Pues personalmente, esos insertos han sido una de las cosas que me han parecido más interesantes del filme. A diferencia de
'Kill Bill', donde Tarantino puso en práctica un montón de elementos nuevos que no habían sido vistos en su cine hasta entonces, lo cierto es que hay pocas sorpresas nuevas en
'Inglourious Basterds', donde muchos de los recursos narrativos empleados ya habían aparecido en obras anteriores; sin embargo esta forma de utilizar los insertos resulta bastante novedosa en su cine.
Especialmente me gustó el de la traductora, porque al contrario de lo que han comentado algunos por aquí, no se trata de un flashback que nos muestra la relación entre Goebbels y la traductora, sino que es un pensamiento de Shosanna (lo evidencia la burlona sonrisa que se dibuja en el rostro de ella). De esta manera, Tarantino nos muestra lo primero que se le pasa a Shosanna por la cabeza cuando le presentan a la traductora (se está tirando al ministro de propaganda nazi).
También me gustó especialmente el inserto de Hugo Stiglitz sientiéndose azotado durante el discursito en la taberna del oficial de la Gestapo, nuevamente expresando de manera genial lo que se le está pasando por la cabeza al personaje en ese momento. También me sorprendió el inserto de los bastardos durante la inspección de la taberna por parte de Landa.
Especialmente interesante me resultó el que se produce cuando Landa está negociando las condiciones de su inmunidad y se nos vuelve a mostrar una de las escenas del cine ya vistas antes pero con un detalle nuevo (la dinamita colocada junto a las butacas de Hitler y Goebbels). Además de ser un inserto explicativo de algo que no habíamos visto antes creo que tiene mucho que ver con la conversación que estamos viendo al teléfono: la capacidad de un personaje para reescribir la historia a su antojo.
El que no me gustó tanto fue el recuerdo de la huida de Shosanna cuando éste se reencuentra con Landa, porque me parece totalmente innecesario: el espectador ya sabe lo que le está pasando a ella por la cabeza, no es necesario hacer un flashback de una escena que acabamos de ver hace media hora.
También lo de Goebbels con el letrerito de "el número dos"... que no somos tan incultos hombre.
Habla por ti. Estoy seguro de que hay muchos espectadores que ni siquiera saben quién es el tipo de traje sentado durante la presentación de la "Operación Kino". De todos modos, Hitler no necesita presentación, porque todo el mundo conoce su rostro, ¿pero cuánta gente reconocería a Goebbels si no le dicen que es él? A mí me parece que se presenten de esta manera a los personajes históricos como si fueran personajes de ficción que el espectador no tiene por qué conocer de antemano; al fin y al cabo el carácter ficticio y no-histórico del relato queda patente desde que aparece el "Érase una vez..." en la pantalla.