Gorrion
Místico
Las últimas noticias del culebrón Bárcenas me tienen entre cabreado y perplejo. El cabreo es obvio, la perplejidad no tanto. Cuando pensaba que ya estaba curado de espanto y que ninguna noticia sobre la corrupción de los partidos podría sorprenderme, llega la conversación de Luis B. con Pedro J.. De ser verdad, refleja una podredumbre absoluta en el mismo cogollo del PP. ¿Puede resistir un Gobierno así? ¿Qué legitimidad tiene ante los ciudadanos? O demuestran que es mentira y dejan de dar evasivas y espantadas, o esto no se sostiene.
Mientras tanto, el PSOE calla, y es obvio que podría hacer mucho daño, incluso provocar la caída del gobierno a poco que se empeñen. ¿Por qué calla? Me temo que es porque también tienen mucha mierda debajo de la alfombra, y el caso de los ERE es una buena muestra. ¿Qué pasará? Aquí ya no cabe el váyase señor Rajoy porque no tenemos esa alternativa que era el PP en los últimos años de González. ¿Qué hacer? Odio la palabra regeneración, de tan gastada y vacía como está, y por los sistemas dictatoriales en que suele desembocar; pero lo cierto es que necesitamos volver a confiar en los políticos, y visto lo visto, no sé cómo conseguirlo.
Descartada la alternativa revolucionaria -ya he dicho varias veces en el foro que sigo creyendo en el sistema parlamentario que tenemos-, habría que acometer una reforma integral de la política, hacer absolutamente transparentes y públicas las vías de financiación de los partidos, tener una justicia que actúe de manera tajante ante cualquier atisbo de corrupción y, antes que nada, depurar responsabilidades de todos los políticos que actualmente estén bajo sospecha. El problema es cómo hacerlo, si quien tendría que hacerlo son los políticos. Es como poner al lobo a guardar las ovejas. Y por otro lado está la complicidad de la gente. Cada vez menos, claro, porque lo pasamos peor con la crisis y hay más sensibilidad; pero cuántas charlas de amigos se basan en enorgullecerse de lo que se ha cobrado en negro, del trapicheo que se ha hecho en no sé dónde o de el dinero que se ha ganado de aquella manera. Mientras que la picaresca no deje de ser un valor social entre amplias capas de la sociedad (y parece que algo se va consiguiendo), no se erradicará el problema. No creo que exista esa "clase política" como tal (término muy peligroso y usado para desprestigiar la política). "Ellos" somos "nosotros", los políticos no vienen de otro planeta. El cambio político ha de ir acompañado del cambio social.
Y hasta aquí el post fin de siecle de hoy.
Mientras tanto, el PSOE calla, y es obvio que podría hacer mucho daño, incluso provocar la caída del gobierno a poco que se empeñen. ¿Por qué calla? Me temo que es porque también tienen mucha mierda debajo de la alfombra, y el caso de los ERE es una buena muestra. ¿Qué pasará? Aquí ya no cabe el váyase señor Rajoy porque no tenemos esa alternativa que era el PP en los últimos años de González. ¿Qué hacer? Odio la palabra regeneración, de tan gastada y vacía como está, y por los sistemas dictatoriales en que suele desembocar; pero lo cierto es que necesitamos volver a confiar en los políticos, y visto lo visto, no sé cómo conseguirlo.
Descartada la alternativa revolucionaria -ya he dicho varias veces en el foro que sigo creyendo en el sistema parlamentario que tenemos-, habría que acometer una reforma integral de la política, hacer absolutamente transparentes y públicas las vías de financiación de los partidos, tener una justicia que actúe de manera tajante ante cualquier atisbo de corrupción y, antes que nada, depurar responsabilidades de todos los políticos que actualmente estén bajo sospecha. El problema es cómo hacerlo, si quien tendría que hacerlo son los políticos. Es como poner al lobo a guardar las ovejas. Y por otro lado está la complicidad de la gente. Cada vez menos, claro, porque lo pasamos peor con la crisis y hay más sensibilidad; pero cuántas charlas de amigos se basan en enorgullecerse de lo que se ha cobrado en negro, del trapicheo que se ha hecho en no sé dónde o de el dinero que se ha ganado de aquella manera. Mientras que la picaresca no deje de ser un valor social entre amplias capas de la sociedad (y parece que algo se va consiguiendo), no se erradicará el problema. No creo que exista esa "clase política" como tal (término muy peligroso y usado para desprestigiar la política). "Ellos" somos "nosotros", los políticos no vienen de otro planeta. El cambio político ha de ir acompañado del cambio social.
Y hasta aquí el post fin de siecle de hoy.