Respecto al presidente del constitucional, a mi en el fondo, me parecen ganas de rizar el rizo (y es un argumento que he escuchado hoy en un medio de izquierdas).
Es materialmente imposible elegir a un presidente del constitucional "virgen" de ideología, al igual que un presidente de un comité de árbitros que no sea aficionado a un club de futbol.
Todo se resume en un tema de integridad. Da lo mismo las ideas que tengas si eres íntegro...el tema está en como medir esa integridad.
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Es que por lo menos tiene que existir una "apariencia" de imparcialidad. En este caso, existía un elemento objetivo que la comprometía. A mi lo que me parece rizar el rizo es que
ex legem no estuviera prevista la incompatibilidad de militancia de manera expresa. Entre otras cosas para no dar pie a innumerables recusaciones.
Para mí lo fundamental no es la integridad, que se tiene que presuponer, sino la independencia de criterio. Que un magistrado sólo ha de sujetarse a lo que él entienda conforme a derecho, o dicho de otra manera, a su propia interpretación de la constitución.