El Gobierno social-podemoide de Sánchez

a mí me da igual lo que diga toda esta gentuza del PSOE pero yo he oído a 11, ONCE ministros de este gobierno decir, algunos hace escasas semanas que la amnistía es inconstitucional.

si hoy me dicen que es constitucional pues lo normal es que nos caguemos en sus putos muertos y tengamos la absoluta certeza de que están prevaricando de la forma más lamentable y arrastrada.
Si yo te entiendo, mienten más que hablan, Puigdemont el primero, pero que los del terrorismo (chapuza a lo Fargo, además) de estado se crean referente de algo es para hacérselo mirar ...

A nivel personal, Armengol y Puigdemont van a cuidar más de mi día a día que los hijos de puta que, de momento, ya han negado el derecho a mis viejos a hablar en mallorquín al médico, en la consulta de nuestro pueblo. Y solo llevan unos meses.
 
Puigdemont tiene más sentido de Estado que el PP, que solo intenta dinamitar las políticas de progreso.

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Es intolerable que el PP manipule contra el PSOE buscando el apoyo de medianías



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Ortuzar rinde visita a Puigdemont un día después de mantener una breve cita con Otegi


EL PAÍS

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es que esto no va de pelea de partidos, no estaría mal que en el instituto a los adolescentes (y a los adultos ni te cuento, amnistía jijiji) les diesen unas nociones mínimas de cómo funciona un ordenamiento jurídico, la separación de poderes, el Estado de Derecho, una Constitución.

es que este hijo de puta se lo va a cargar todo por pura ambición, va a dejar en papel mojado las leyes; y aquí hay que empezar a responsabilizar al votante del PSOE y su absoluto mutismo, no sé si por ignorancia o por algo peor aún.

nuestro ordenamiento tenía fallas pero más o menos se confiaba en que no iba a llegar al poder alguien así para acabar metiéndose por ellas de tal manera.
 
Al final de Duelo en la alta sierra, obra maestra de Sam Peckinpah, el poco escrupuloso Randolph Scott vuelve junto a Joel McCrea, que lucha en defensa de sus principios contra los bandidos que le tienen rodeado. Scott trata de explicarle en el tiroteo por qué elige finalmente el campo de la ley y McCrea desdeña esas improvisadas excusas: “No, lo raro es que te olvidaste por un momento de que somos amigos, ahora todo está bien”. En España ahora se nos exigen importantes olvidos, tan envilecedores como el que obnubiló a Scott por codicia. Se nos pide olvidar que los atropellos que cometieron los separatistas catalanes sublevados fueron delitos muy graves, no exabruptos debidos al entusiasmo del momento como el “pico” de Rubiales. Tenemos que olvidar que Puigdemont es un delincuente reclamado por la justicia y considerarle un político cuerdo, cuyas demandas deben ser escuchadas por el bien de todos. Debemos cerrar los ojos y borrar de la memoria el viaje humillante a rendirle pleitesía de la vicepresidenta, así como sus zalemas y cucamonas, que parecían una parodia ridiculizadora de los peores estereotipos afeminados.

Pero la mayor exigencia de amnesia recae sobre los parlamentarios recién elegidos. Antes de la investidura tentativa de Feijóo deben fingir olvidar que todos saben castellano y ahormarse a una babel cuyo único objetivo es debilitar el vínculo de unión entre españoles, mucho más efectivo y afectivo que las fratrias ordenadas por los nuevos caciques locales. Hay que ser merluzo de piscifactoría para creer que el pluralismo consiste en diferenciarse a toda costa, aunque sea devaluando lo que da sentido a la diferencia, o sea la unidad. ¡Cuánto se esfuerzan en que olvidemos lo que somos para parecernos a lo que ellos quieren que seamos! Pero al final los viejos amigos se enfrentarán juntos a los forajidos.


Fernando Savater. El País.
 
lo que dijo Redondo lo dijo Sánchez hace semanas, pena que no entre ninguna pedrette al hilo:

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De lo que pasa en Lampedusa algo sabemos pero de lo que está pasando estos días en Canarias ni una palabra ni una imagen. Las furcias mediáticas cumpliendo con su deber
La Laguna, patrimonio de la humanidad en Tenerife, tiene ya los 2 cuarteles de refugiados a punto de colapsar, y están llegando 5 pateras cada finde.
 
¿Y qué hacemos? ¿Mandamos una patrullera? ¿O mejor una fragata?

No veréis estas escenas en Singapur o Australia, dos países rodeados de cientos de millones de personas que viven en países menos desarrollados, pero que se toman su propia política migratoria en serio y no la dejan en manos de cuatro ONGs.
 
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