Respuesta: El hilo LYNCHiano.
Se dice/se comenta que George Lucas, para "El retorno del Jedi" quiso a Lynch o a Verhoeven. Pero por varios motivos uno declinó la oferta y el otro fue rechazado. Al poco De Laurentis le ofreció a Lynch la oportunidad de dirigir "Dune" y este aceptó. Aún y así la propuesta de llevar a la gran pantalla el clásico de la literatura ya venía de lejos.
Vía "Blog de cine":
El escritor y cineasta Alejandro Jodorowski fue el primero que quiso hacerlo en firme, y convenció (o casi) a talentos como Salvador Dali (que cobraría 100.000 dólares a la hora por interpretar al emperador del universo), Orson Welles, Gloria Swanson, David Carradine, Geraldine Chaplin, Alain Delon, Hervé Villechaize y Mick Jagger para colaborar con él en una megaproducción de diez horas.
Jodorowski llamó a Dan O’Bannon como supervisor de efectos especiales y co-guionista, y a Moebius y H.R. Giger como diseñadores conceptuales de la película (¿suenan mucho esos nombres juntos en otro título famoso?). El proyecto, por supuesto, resultó inviable, y pronto cayó en manos de de Laurentiis, cuya primera opción fue Ridley Scott, pero el cineasta quería partir la historia en dos películas, y hacerla como excusa para una serie de efectos especiales que le interesaban, mientras que de Laurentiis quería algo más personal y espiritual. Scott se fue a hacer ‘Blade Runner’ y de Laurentiis contrató a Lynch.
Sin ir más lejos, en 2012, según FA, Frank Pavich ha dirigido un documental titulado "
Jodorowsky's Dune" y va precisamente de esto, la odisea de este periplo mastodóntico:
Dan O'Bannon, H.R. Giger y Moebius bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky. Una superproducción cuyas cotas de ambición sobrepasaban todos los límites. Un sueño que se derrumbó antes de poder alzarse. Al fin, tras cuatro décadas, un documental nos desvelará el film que pudo ser el "Dune" de Alejandro Jodorowsky, documental que empleará un enfoque similar a "Lost In La Mancha" de Terry Gilliam y que nos permitirá descubrir entrevistas con sus principales artífices y una inmersión en todo el trabajo de pre-producción creado para la cinta.
Pero hasta la fecha tendremos que conformarnos con la versión de Lynch, en sus respesctivas versiones (190 min: edición especial - 177 min: versión extendida). Yo he visto la versión de cine (2 horas y 15 minutos) con la que he tenido más que suficiente. No tengo el gusto de conocer la obra de Frank Herbert ni tengo conocimiento de toda su flora y fauna pero Lynch tampoco leyó las novelas sino que tiró de borradores de guión. Y viendo como el director no es un director pródigo en superproducciones se nota que el producto le viene grande o quizás no es el director adecuado para algo así aunque se perciba el esfuerzo.
La película llama mucho la atención en su apartado visual donde el diseño de producción es esmerado y se nota el despliegue de medios, intentando crear un ejercicio de estilo que si bien es cierto resulta un tanto chocante y llamativa al mismo tiempo por el feismo, el lujo desmedido, escenarios muy logrados y el tono pulp (poético diría más bien) es la parte guionística la que resulta perjudicada o como mínimo fallida en proporciones trágicas. Empezando por una voz en off que subraya las escenas y resulta pedante, términos/pasajes/nomenclaturas demasiado concretos y conocidos para los seguidores de los libros pero difíciles de asimilar para los no neófitos. Y entendiendo que no debe haber sido tarea fácil trasladar a la gran pantalla un texto tan profundo, meditativo, con tintes filosófico / político / religioso / fantástico pero es un filme extremadamente confuso, que cuesta seguir el hilo y uno acaba perdiéndose. No por la propuesta de la historia, que es realmente interesante, sino por el resultado expuesto.
Conversaciones, personajes, situaciones y decisiones demasiado dispersas y que uno acaba teniendo la sensación de que no están del todo bien expuestas o explicadas resultando muchos momentos y varios personajes un cúmulo de sinsentidos. El ritmo de la historia tampoco ayuda y en más de una ocasión se torna pesada. Además, el darle ese enfoque de estar en una especie de duermevela, como si todo fuese a un ritmo mucho más lento de lo acostumbrado hacen de Dune algo un tanto cargante y excesivo como muchas de las apariciones/actuaciones del Barón. Un reparto muy variopinto y una colección de apellidos muy de moda en la época pero muy pocos son los agraciados en resultar convincentes o como mínimo creíbles aunque haya cierto esfuerzo (Sting produce vergüenza ajena, también es cierto que las pelucas y cejas postizas enfatizan la risión sin poder evitarlo).
Como decía escenas convincentes por su fuerza narrativa o su onirismo aceptable son las que podrían y subrayo el podrían salvar el producto (ese desierto de tono amarillo como símbolo de viaje en la vida, las apariciones de los gusanos y la doma de estos, todo un referente e icónico elemento que serviría de referente para productos similares como Beatlejuice, la pelea final, etc). No se puede negar que la influencia de la saga galáctica por antonomasia es más que evidente aunque aquí todo sea más complejo y el tono épico sea más enfocado hacia el intimismo o la mística, ayudado también por el trabajo de Freddie Francis.
Película con un culto que en su momento no tuvo, siendo un fracaso en taquilla pero que los fans del género han ido revalorizando el filme. Un reajuste de metraje y una exposición más clara en las ideas y resultados hubiesen deparado un filme mucho más acertado. Tal como está realizada se queda en una película interesante, llamativa a la par que excesiva y con muchos momentos demasiado grotescos (todas y cada una de las apariciones del Barón: desagradable desde cualquier punto de vista) y con una sensación de que aún haciendo un esfuerzo el tedio se hace patente. Lástima, porque ganas le tenía y en el buen sentido del término.