"El Hobbit es mucho más que un libro para niños, y El señor de los anillos es otra cosa; en realidad no va dirigida para los niños, al menos en su totalidad. Me di cuenta de lo distintos que eran los enanos. Su energía y desprecio hacia lo políticamente correcto trae a la franquicia un espíritu nuevo. Por eso pensé... OK, ¡puede ser divertido!"
Peter Jackson también habló sobre los retos que suponen sus trece enanos con trece personalidades distintas: "Eso era algo que me preocupaba. Imaginé 13 tipos con pelo largo y barba y pensé... ¿Cómo vamos a saber cuál es cuál? Realmente es un equipo de pequeños demonios. Pensaba que los nueve miembros de la Comunidad ya eran un problema, pero aquí, con Bilbo y Gandalf éramos 15 y ha funcionado bien. Los enanos dan a la película un toque infantil y de comedia que hace que tenga un tono muy diferente a The Lord of the Rings".
Pero a pesar de que las películas de el Hobbit adquieren un tono distinto, Jackson asegura que se sigue sintiendo como una gran historia en la Tierra Media: "Quiero que parezca que seguimos en la Tierra Media, que en cierto modo estas dos películas se desarrollan en el mismo mundo..."