Respuesta: El Hobbit: Un Viaje Inesperado -CRÍTICAS-
- Bueno, bueno, bueno. Vista ayer en el cine Urgell de Barcelona. Sesión de las 22:00h. A las 21:30 aquello estaba todavía más negro y cerrado que el tesoro de Smaug, pero al final hubo público, poco pero lo hubo, con quedos aplausos a la doble cortina y el eterno ambiente de hace treinta años.
"Cuéntame cómo pasó" debería rodar un capítulo allí. No pude evitar pensar si cuando estrenen la segunda entrega de la trilogía, el Urgell seguirá existiendo...
¡Y qué decir que no se haya comentado ya! Me lo pasé pipa. Igual que cuando vi el estreno en cines -en aquella ocasión en el Coliseum- de
"La Comunidad del Anillo". La misma sensación de que tres horas pueden pasar en un santiamén y de realmente estaba acompañando a esta nueva comunidad, distinta de la del Anillo, pero no menos especial. Jackson sabe como nadie hacernos sentir que nosotros, los espectadores, somos uno más de ese viaje. La interacción es total, con sus pausas para descansar, los sufrimientos para ascender por las montañas, y los riesgos de sucumbir en la pradera perseguidos por los sanguinarios huargos.
No tuve en ningún momento la sensación de lentitud. Al contrario, toda la secuencia de la cena en Bolsón Cerrado está justificada para presentarnos a los enanos y saber varias cosas: que no son sólo una máquina de guerrear, como pudiéramos pensar inicialmente, sino que están dotados (a su manera) de una extrema cortesía y reconocimiento del sentido de la hospitalidad. Cuando Bilbo se levanta al día siguiente, y ve que todos se han marchado, la casa está limpia y reluciente, como si un equipo de limpieza hubiera estado trabajando toda la noche... y a lo mejor fue así. No queda nada del caos de la velada anterior. Seguramente, que si el banquete hubiera sido con hombres, el aspecto de la casa hubiera sido muy distinto... Con ese pasaje de la cena, vemos que aquellos trece enanos son de una pasta especial. No simples mercenarios, sino ante todo caballeros guerreros que saben el valor de un buen hospedaje, especialmente cuando uno es hijo de ningún sitio.
Thorin me recordó mucho a Aragorn. No sé si intencionadamente por el guión, aunque en este caso Thorin ya tiene la conciencia de ser hijo de reyes desde el primer momento y transmite la dignidad del príncipe que debe mendigar por los caminos, pero que no olvidará jamás sus orígenes.
La secuencia de los
"trolls del señor Bilbo" es perfecta: combinación de humor y dramatismo. Realmente parece que los trolls sean auténticos. Qué detalle en su preparación de la cena, y ganas de revisar el pasaje de
"La Comunidad del Anillo" para verles más de medio siglo después convertidos en piedra en aquel paraje del bosque.
Me encantó revisitar Rivendel una vez más cuando todavía estaba en su apogeo, con las damas elfo sirviendo la comida a los enanos y tañendo las arpas. Yo ya me hubiera quedado allí a vivir,
pero en fin, había que seguir adelante. No se equivocan los participantes del Concilio Blanco, a excepción de Saruman, que a ratos parecía -barba incluida-cierto presidente de gobierno que tenemos por estos lares, por su estrechez de miras... Toda la trama del dragón, todo ese viaje, no son más que el prólogo de algo mucho mayor y tenebroso, que justo en ese momento comienza a forjarse con la aparición del Nigromante.
Gandalf ¡Ah! Ian McKellen nació para este papel. No parece que haya pasado una década por él. Me encantó el diálogo
"silencioso" entre Galadriel y él. Cómo van mil pasos por delante de los demás. Ellos saben que hay más, mucho más de lo que parece a simple vista. McKellen construye su papel a base de pequeños gestos, que parecen casuales, pero que luego uno ata cabos y sabe que son definitivos. Me quedo sobre todo, cuando tras escapar de la gruta de los trasgos (por cierto, el rey trasgo parece un personaje de musical
"Soy el rey, rey, rey de la grutaaaaaa". Sólo le faltaba el sombrero de copa y el bastón. Pensé que iban a montarse una coreografía subterránea) y los enanos preguntan a Bilbo cómo ha escapado, éste palpa sutilmente el anillo en su bolsillo dándoselas de importante y entonces Gandalf se da cuenta de que oculta algo. Ese
"algo" ahora trivial, que sesenta años después estará a punto de destruir toda la Tierra Media.
Para los detractores de Elijah Wood como Frodo, creo que para la misión del Anillo era Frodo y no Bilbo el adecuado. Bilbo- estupendo Martin Freeman- que se mete en la piel del personaje e imita, sin parodiar a Ian Holm, como si en verdad fuera el Bilbo joven-, tiene la personalidad del aventurero, que no sabe que lo es. Gandalf nos dice que ya de pequeño le gustaba corretear fuera de los límites de la Comarca y traer ramas y luciérnagas a su casa. Era la pieza perfecta para completar la compañía de los enanos. Sin embargo Frodo, tiene una concepción dramática de su misión y un sentido trágico del sacrificio y la responsabilidad, que quizá Bilbo no tiene con la misma intensidad ¿Se habría ofrecido Bilbo a llevar el anillo a Mordor? No estoy nada seguro... Dejo el debate para los expertos en la obra de Tolkien. Sea como fuere, cada cual cumple su papel en dos tiempos y épocas distintas. Apreciar a Bilbo en
"El Hobbit", me hace valorar ahora mucho más a Frodo en
"El Señor de los Anillos".
Ganazas de ver la segunda y rabia de tener que esperar un año para ello
. Ay Bilbo, Bilbo... cuando dice que lo más difícil ya ha pasado, qué equivocado está.
Por descontado compra obligada cuando salga en formato doméstico, extendida, completada, ampliada... ¡Todo! Una vez más, gracias Peter Jackson por hacernos creer que la Tierra Media existe.