El CAC es un órgano público independiente votado por el Parlamento catalán para excluir, dentro de lo posible, la intervención de los políticos en el mercado comunicativo de Catalunya. A diferencia de otras autonomías (Madrid, València…) donde las frecuencias de radio y televisión se conceden a dedo a amigos, gente del partido, voceros simpatizantes y a la misma Iglesia católica, excluyendo totalmente a los medios que representan una visión distinta de la que ostenta el poder en esas autonomías.
Siendo un organismo independiente y legalmente constituido por el Parlamento de Catalunya es atacado con una furia visceral desde la COPE (con cinco condenas por injurias) y toda la brumete mediática española.
Además, deformando la realidad, como siempre.
“Según el Consejo Audiovisual, en 2008 han renovado cuatro frecuencias a la Cope por un periodo de 10 años. El caso de Lleida y Girona, en realidad, no tiene que ver con una renovación sino con una concesión.
En el año 2003, con CiU en el gobierno, se concedieron a varias emisoras 83 frecuencias, a través de un convenio piloto. En el contrato constaba que las frecuencias no eran propiedad de nadie, ni siquiera de las emisoras que las explotaban. Hace unos meses el CAC decidió que aquellas empresas que quisieran concurrir para obtener alguna de las 83 frecuencias pudieran hacerlo.
El día 7 de noviembre, el Consejo decidió, por ocho votos a favor y dos abstenciones, que la propuesta de la Cope no era competitiva. Se abstuvieron dos vocales cercanos a CiU. El vocal afín al PP, Fernando R. Madero, votó a favor de que no hubiera concesión.
Acaso las emisoras fachas deben tener algún tipo de privilegio respecto a las demás?
Que les folle un pez.