Respuesta: El Megapost de la Liga 2009-2010
Juninho, Díaz de Cerio, Eduardo da Silva, Djibril Cissé, … son muchos y seguirán sumándose muchos otros. La
gravísima lesión sufrida anoche por el lateral brasileño del Deportivo de La Coruña
Filipe Luis nos trajo a todos a la memoria, inevitablemente, las imágenes de todos los citados anteriormente, quizá de alguno más, con sus piernas formando ángulos traumatológicamente imposibles.
Dicen que la cara es el reflejo del alma. Ayer, con su cuerpo derrumbado sobre el césped de Riazor y con el balón reposando tranquilamente en la portería del batido Iraizoz, la cara de Filipe no reflejaba dolor, reflejaba angustia.
La angustia de ver cómo tu cuerpo es capaz de desafiar a las leyes de la anatomía humana, de comprobar en tus propias carnes ‘cómo tiene que doler eso’ y, sobre todo, la angustia de no saber lo que te espera una vez pasados el susto y la pertinente operación de urgencia.
Son gajes del oficio, diría alguno. Maldito y estúpido consuelo, aunque sea la única tabla a la que asirse en mitad de un negro y embravecido océano de dudas.
Lotina, absolutamente consternado,
dijo ayer, tras concluir el partido, que
‘Filipe no se lo merecia’. Dudo mucho que un sólo futbolista profesional se merezca pasar por lo que le queda por delante al lateral brasileño. El dolor es pasajero, intenso pero momentáneo. Las consecuencias nunca llegan a saberse hasta pasado el tiempo. Probablemente su físico se recupere y vuelva a ser el de antes de la lesión, pero algo en la cabeza de Filipe habrá cambiado para siempre. Algún mecanismo interno de autoprotección hará que su conducta sobre el césped sea otra, aunque él se empeñe en luchar contra las posibles limitaciones a su juego que dicha conducta pudiera suponerle.
Juninho nunca fue el mismo tras su gravísima lesión en Balaídos. Tampoco Cissé o Dudu da Costa recuperaron el nivel de antaño tras sus respectivas fracturas. Esperemos que la fortaleza de Filipe no sólo sea física, sino también mental. Le hará falta. A él y al deportivismo, que, como todos nosotros, le echaremos de menos hasta su regreso.
Borja Barba