MITOS DEL VIDEOCLUB:
Hunk el Yuppie
Producción americana de 1987, guionizada y dirigida por
un tal Lawrence Bassoff, desconocido tipo que solo escribió y dirigió otra película,
Weekend Pass (de la cual
no he encontrado datos en castellano, parece ser que trata de un grupo de soldados licenciados que se van de permiso de fin de semana).
Hunk es una película
bastante desconocida, yo personalmente no oí hablar de ella hasta que el insustitutible
James Wallestein le dedicó un vídeo en su canal de Youtube, alabando sus virtudes. El argumento me pareció lo bastante interesante como para ponerme a buscar, pero
durante años me ha sido totalmente imposible encontrar esta película en castellano, ya sea con su doblaje o con subtítulos. Finalmente, desistí de encontrarla.
Pero me apetecía verla,
y comentarla, para este aniversario. Me puse a buscar por la red a mis viejos contactos de Abandomoviez, gente que en los albores de Internet ripeó muchos VHS ochenteros; finalmente, la búsqueda dio sus frutos y uno de mis viejos camaradas me la pudo poner en Emule. Un archivo de más de dos gigas que por poco no llega a tiempo para el aniversario… pero finalmente, la semana pasada pude verla y debo reconocer que, sin ser ninguna obra capital,
dejó satisfechas mis expectativas. Es
una comedia muy loca, como a mi me gustan. Si alguien siente curiosidad por verla, puedo, ejem, proporcionarla, aunque sin mérito alguno por mi parte, como digo, un colega de los viejos tiempos es quien se tomó la molestia de ripear el VHS y unirlo al DVD americano ripiado. Pero
vamos con la película.
Bradley Brickman es
un programador informático, feo como él solo, solitario, un poco ridículo… nadie le tiene aprecio en su trabajo, y aunque tiene talento, sufre crisis de autoestima que le impiden llevarlo a cabo satisfactoriamente. Sus compañeros de curro pasan de él, su jefe lo explota, las mujeres no le hacen ni caso…
lo de siempre en este tipo de personajes.
Una noche, tiene que entregar un proyecto informático para el día siguiente, y ni siquiera ha empezado. Escribe en su procesador de textos que “
Vendería mi alma al diablo por un buen programa” y de repente su terminal de ordenador se vuelve loca y empieza a imprimir un programa:
el programa Yuppie. Es un programa de gestión de compras, y una especie de base de datos para todas las pijadas que compran los yuppies (para quien no lo sepa, los yuppies son una tribu social que surgió en América a finales de los 70 y alcanzó todo su esplendor en los 80… hoy los llamaríamos simplemente, pijos).
El programa resulta ser un éxito sin precedentes, ya que todos los yuppies lo quieren adquirir, y el cabronazo del jefe de Bradley le regala como premio
unas vacaciones en el paraíso playero llamado Sea Sprays, una especie de urbanización para pijos donde Bradley podrá “documentarse en directo” y seguir creando programas para ellos luego.
Evidentemente, el feucho Bradley
hará el ridículo en un entorno de “triunfadores” gilipollas musculitos con pasta, novias de revista porno, y demás accesorios que le humillarán por no saber practicar deportes, y por vivir en la casa más ruinosa de toda la playa. En la discoteca, las mujeres le dejarán claro desde el primer minuto que no tiene nada que hacer con ellas. De hecho su única amiga es una gorda estrafalaria y cotilla que creerá que el chaval está loco, porque Bradley empieza a ver a una misteriosa mujer, a la que nadie más ve…
Una noche, Bradley
decide montar una fiesta para aumentar su popularidad. Prepara comida, arregla su casa, y evidentemente,
no aparece nadie. Ya de madrugada, se da por vencido, entonces aparece la chica misteriosa, 0’Brian. Esta resulta ser una especie de comercial brujeril al servicio de Satanás, que recluta “clientes”, ella fue la que hizo el programa del Yuppie, y está dispuesta a darle a Bradley
todo lo que desea. Es más, el chaval tendrá todo lo que desea
durante todo el verano, y si después no está satisfecho, el deseo se deshará y él no tendrá que entregar su alma. Como
parece que no tiene nada que perder, Bradley acepta el trato.
Mientras duerme, O’Brian le cambiará físicamente, otorgándole un cuerpo perfecto, un aura irresistible para las mujeres, y toda clase de pequeñas “ventajas” (no se emborracha por mucho que beba, no engorda por mucho que coma, tiene potencia sexual infinita y sabe artes marciales… la verdad,
yo me pensaría lo de firmar).
No solo le cambia el cuerpo, sino que
recibe una nueva identidad, la de Hunk Golden (evidentemente,
es otro actor diferente del que interpreta al Bradley feo) un tipo rico que puede competir en comprarse pijadas con todos los yuppies, cuya casa aparece por la mañana milagrosamente arreglada y llena de cachivaches electrónicos,
Hunk se presenta en sociedad, venciendo a los yuppies que le habían humillado en deportes, y volviendo locas a todas las mujeres.
Un Antes y Después DE VERDAD...
El ascenso de popularidad de Hunk es brutal, sobre todo cuando utiliza parte de sus “poderes” en salvar a un periodista. Sin embargo, tiene extraños sueños en los que su Yo feo le advierte que
el final que les espera es el Infierno, y que no merece la pena… Hunk, en principio, hará caso omiso a esos sueños, aunque cada vez estará más preocupado por ellos, yendo finalmente a
visitar a una psiquiatra para contarle su historia y tratar de convencerla de que no está loco (la película es un flashback en el que Hunk le cuenta su historia a la psiquiatra) evidentemente, hasta la doctora se enamorará de él.
Por otra parte, O’Brian le visita, acompañada de Satán (aunque este prefiere que le llamen Doctor D.)
un James Coco delirante que viaja a través del tiempo, asegurándose de que se cumplan todas las desgracias históricas y futuras (desde la invasión de los hunos hasta la Segunda guerra mundial). Descubrimos (aunque Hunk no lo sabe) que O’Brian no es más que otra persona que pidió un deseo, vendió su alma, y ha dedicado siglos a ser “comercial infernal” captando almas para así no tener que ir al Infierno, y que Bradley es su último “cliente” y después podrá liberarse. Pero también descubrimos que está enamorada de Bradley, aunque el Doctor D tiene planes para él,
quiere que sea Hunk Golden quien se encargue de iniciar la tercera guerra mundial…
La película va mostrando como Hunk
adquiere fama nacional, y le llueven ofertas de trabajo, publicidad, películas (Stallone quiere que sea su contrincante en Rocky IV... oh, wait)… cada vez más centrado en esos negocios, se ve más lejos de disfrutar lo que ahora tiene, estando demasiado ocupado para ello. Por otra parte, el verano termina y
llega la hora de firmar (o no) el contrato por su alma…
Una película divertida, delirante, una especie de
fantasía masculina adolescente que, si la ves de joven, imagino que te conquista por completo, si la ves de adulto
te parece todo demasiado paródico e irreal, lo ves como una cosa demasiado absurda, aunque
sigue siendo atractiva la idea central para cualquier persona; el éxito absoluto, en todas sus facetas: forma física perfecta sin esfuerzo alguno, conquistar mujeres sin esfuerzo y poder estar con cuantas se quiera sin límite físico, saber artes marciales para defenderse de los enemigos, riqueza monetaria sin haber trabajado… no obstante, la película en su final
tiene el mensaje moralista esperado (la belleza está en el interior, valora lo que tienes, bla bla bla… ya sabéis).
Ahora bien,
respecto a los actores: la mayoría son desconocidos, y se han movido por el ámbito televisivo sobre todo. Steve Levitt interpreta a Bradley (al “real”, el feo) y aparte de esta película, tuvo un breve papel en
Aterriza como puedas 2,
y poco más puede decirse de su carrera. Hunk Golden, la versión mejorada, está interpretado por el cachas John Allen Nelson, más conocido gracias al culebrón kilométrico
Santa Bárbara, y
por ser uno de los vigilantes de la playa de las primeras temporadas (cuando la serie aún valía algo) y recuerdo que su personaje se quedaba ciego y abandonaba la serie, aunque hacía algún cameo luego en otras temporadas. Apareció en esa
obra maestra de la cinematografía mundial que es
Payasos asesinos del espacio exterior, y en bastantes series. Hoy sigue activo en la tele, participando en cosas como
24, CSI, Castle,
Mentes criminales o
Anatomía de Grey.
El bombón de O’Brian es Deborah Shelton, una actriz
también muy ochentera (era la vecinita espiada de
Doble Cuerpo de Brian De Palma) e hizo también mucha televisión, desde
Dallas a
El equipo A,
Vacaciones en el mar,
Cheers…
Rebeca Bush es Sunny,
la doctora que atiende a Hunk y se enamora de él; de nuevo estamos ante
una actriz sobre todo televisiva, que ha participado en series como
Se ha escrito un crimen,
Urgencias o
Padres forzosos. Qué decir de James Coco,
uno de mis personajes favoritos de esa obra maestra de la comedia que es Un cadáver a los postres…
Hunk se estrenó en España en vídeo (bajo el título de
Hunk el yuppie) y fue
editada por la casa Lighting Video (distribuidora de películas tan variadas como
Re-Sonator o
Dirty Dancing). Cosa curiosa que, a pesar de mi ubicuo movimiento por diversos videoclubs en aquella época, nunca me la encontré. No solo eso,
no conozco a nadie que la viera en su momento. También tuvo
varios pases televisivos (en Internet hay dos pases registrados, uno el 20 de abril de 1993 y otro el 21 de agosto de 1994).
Es curiosa la GRAN semejanza entre este filme y el noventero
Al diablo con el diablo, donde un sensiblero perdedor interpretado por Brendan Fraser era tentado por un diablo
bastante más seductor que James Coco; una Elizabeth Hurley a la que resulta difícil quitarse de la cabeza, aunque hayan pasado catorce años desde el estreno de la película. Las dos comienzan igual (perdedor ninguneado por sus compañeros, personaje muy ridículo, sin éxito con las mujeres, hasta que se les ofrece un cambio en su vida, a cambio de su alma). A partir del momento en que
los contratos demoníacos se firman, las películas se distancian (en
Al diablo con el diablo la Hurley le fastidiaba a Fraser todos sus deseos, en Hunk el deseo se cumple totalmente) pero el parecido es, como mínimo, curioso.
Una película divertida, absurda, como a mi me gustan, bastante desconocida y olvidada en este país, dosis justas de erotismo playero y chicas guapas, con mensaje moralizante de los de la época, pero momentos muy logrados (sobre todo las apariciones de Coco y los sueños de Hunk, en los que, a las órdenes del Doctor D. ha liquidado a todos sus amigos).
Merece la pena redescubrir esta joyita hoy tristemente olvidada. Haber si algún día la consigo en VHS...
Bueno, un mito de videoclub más; mañana no habrá una crítica a películas, sino un pequeño texto conmemorativo del Aniversario. Además, el día fuerte es el Jueves, día REAL del aniversario, en el que tendréis TRES especiales diferentes que iré colgando a lo largo del día. El viernes habrá otro pequeño Mito de videoclub (que os adelanto, es una de mis películas favoritas de los 80, MUy olvidada) el sábado descansaremos, y el domingo, si da tiempo, colgaré un último especial para rematar la semana... saluditos