Hace poco, el 17 de noviembre,
fallecía Glen A. Larson, con 77 añazos. A quien el nombre de este señor no le suene de nada, diré que le debemos la existencia de series ochenterísimas, como
Magnum P.I., la clásica
Galáctica Estrella de Combate, o... ¡
El coche fantástico!
Durante varias semanas he estado pensando en
hacer algún tipo de homenaje a este señor, al que tantas y tantas horas de entretenimiento le debo/debemos. Sin embargo, he estado liado en temas laborales, y tampoco sabía muy bien que hacer. ¿Post conmemorativo hablando por encima de sus series? ¿Repaso más exhaustivo a su carrera? Finalmente me he decidido por hacer la
segunda entrega de la sección Series que no volverías a ver, dedicada a la serie más emblemática de la carrera de Larson, todo un icono ochentero pop... esto no significa que en un futuro muy cercano no visitemos también las hawaianas islas donde mora el detective Thomas Magnum, con sus inseparables colegas Rick y TC, y su némesis/alma gemela Higgins, acompañado siempre de los mastines míticos Apolo y Zeus. Pero ahora, propongo un viaje diferente. Un viaje en coche.
Un coche
muy especial...
Series que no volvereis a ver… EL COCHE FANTÁSTICO
El coche fantástico es una trepidante aventura de un hombre que no existe, en un mundo lleno de peligros.
Michael Knight, un joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley.
Un poco de historia: Glen A. Larson
comenzó su carrera televisiva en los años 60, como productor televisivo, y guionizando episodios de series como
El fugitivo, o
El Virginiano. En 1978 se ocupó del piloto de Galáctica, que debió tener el suficiente éxito como para dar paso a una de las series más importantes de la televisión, que ha contado con un remake tan discutido como popular, y que (me perdonen los fans) supera ampliamente a la serie clásica. Más tarde se ocuparía también de la secuela
Galactica 1980 (que no he visto).
En 1982 apareció en la parrilla televisiva como creador, productor y guionista de
El coche fantástico, producida por la propia compañía de Larson y por Universal TV (productora de un sinfín de nuestras series favoritas) y emitida por la NBC. El programa contaba con David Hasselhoff de protagonista absoluto; The Hoff venía de protagonizar esa obra inclasificable pero muy disfrutable que es
StarCrash, una aventura espacial plagiadora de Star Wars, donde
compartió celuloide sucio con una Caroline Munro de toma pan y moja en vestuario intergaláctico playero. David tenía experiencia en series como
vacaciones en el mar, y había protagonizado un telefilme sobre Jack el destripador que han pasado por la tele más veces que la propia serie. El coche fantástico le proporcionaría la inestimable oportunidad de saltar a la fama, y ser elegido para protagonizar
Los vigilantes de la playa, la otra serie por la que se le recordará cuando se vaya a la tumba. Porque que
encarnó al coronel Nick Furia en un telefilme de finales de los 80, francamente, no creo que se acuerde nadie.
La serie contaba también con el actor Edward Mulhare como el inolvidable Devon Miles, jefe de la Fundación, y Patricia McPershon como Bonnie,
la mecánica que se ocupaba de KITT, y que nunca se manchaba de grasa, se despeinaba, ni bailaba en el taller al son de música porno.
No me quiero imaginar el remake que haría HBO de esto, y del posible trío que se habría podido montar entre la mecánica, el conductor y el coche
Y, ¿Cuál es el cuento?: El argumento de la serie era un intrincado rompecabezas de muñecas rusas con engaños, traiciones, misterios, planes dentro de pl...
Bueno, no.
Seamos sinceros: era todo más sencillo que el mecanismo de un botijo. La historia comenzaba con un policía llamado Michael Long que está investigando a la mafia de los casinos, y que recibe un balazo a traición por parte de una lagarta que le engañaba y formaba parte de los malosos. Long es recogido por una extraña asociación que le salva la vida, aunque fingen su muerte y le hacen la cirugía plástica (cuestión aparte
si solo le tocaron la cara o cambiaron otras partes de su anatomía). La Fundacion para la Ley y el Orden (¿PERO QUE NOMBRE ES ESE? ¿Es una fundación legal y registrada???) dirigida por el anciano filántropo y moribundo señor Knight, parece una especie de sociedad ilícita que opera al margen de la ley para tomarse la justicia por su mano, castigando a los villanos con métodos no muy expeditivos (aunque luego nunca moría nadie,
bueno, casi nunca) y sin tener en cuenta la legislación vigente y los derechos humanos.
El caso es que ese dechado de virtudes que era la Fundación ha creado un súper vehículo, KITT (
Knight Industries Two Thousand si alguien quería saberlo
) dotado de una inteligencia artificial poderosísima (imagino que lo programarían en Ensamblador, porque con BASIC no llega, conste que lo intenté) y toda clase de funciones y cachivaches incorporados. El vehículo constaba de una enorme inteligencia, además de una personalidad electrónica semejante a la humana: podía consultar cualquier dato inmediatamente como si tuviera la Wikipedia (bueno, la Encarta de aquellos tiempos) instalada. Una especie de
mezcla entre el Halcón Milenario a pie de calle, y un super ordenador.
Michael Long
se despertaba en la mansión de la Fundación, con otro rostro, secuestrado por personajes oscuros de inciertos motivos que le retienen contra su voluntad mientras lo intentan adoctrinar en las bondades de sus ideales: y es que KITT, por muy inteligente que sea, necesita un conductor, alguien de carne y hueso que lo maneje y que sea el rostro visible de la Fundación en el mundo, y Long era el elegido. Como quien no quiere la cosa, le hacen la cama,
le cambian el apellido por Knight y le adjudican el puesto sin contar con su voluntad. Michael, tozudo como el solo, conocerá a KITT en un oscuro garaje mientras intenta escapar, y como debe ser, sus primeras reacciones son de miedo y deconfianza:
así empiezan todas las grandes relaciones.
Una vez muerto el viejo Knight, Michael acaba cediendo y ocupándose de llevar el coche, y como en todo buen piloto de cualquier serie de este tipo, su primera misión será vengarse de sus asesinos, y sobre todo de la lagarta que le engañó. A partir de ahí, queda a las órdenes de Devon Miles, y patrullará con el coche por las carreteras de una América corrompida, imponiendo su ley sin contar con nadie, bajo los ideales de esa sospechosa Fundación.
Como protagonista, luciendo los jerseys y la cazadora de cuero, es un tipo impulsivo, tozudo y poco racional, y es Devon Miles quien
se encarga de poner el contrapunto civilizado, de pararle los pies, vamos. Le daba las instrucciones de su misión, y luego contactaban en videoconferencia mediante KITT (Devon siempre aparecía en el vídeo en su sillon vuelto de espaldas, luego se giraba y saludaba como quien no quiere la cosa. Para mi que iba de molón).
El coche era un Pontiac Firebird Trans Am v8, se convirtió en un icono popular totalmente reconocible y aún hoy pueden encontrarse en las calles de España (en las de los Estados Unidos, no quiero ni imaginármelo) coches tuneaos a imagen y semejanza del colega KITT. La voz le fue puesta por William Daniels (sin acreditar) y en algún episodio se menciona que su súper memoria, con todos sus bancos de datos y su esforzada programación,
ocupaba... ¡1 GIGABYTE! ¡Solo 1 puto GIGABYTE!
Que para la época debía ser un memorión, pero viéndolo hoy... en fin.
La serie contó con un reparto reducido y muy estable (la McPershon abandonaría la serie en la segunda temporada, siendo sustituida por la mecánica April, pero Bonnie volvió para quedarse en la tercera temporada) unos guiones que, como en muchas series era...
un guión, repetido hasta la saciedad con muy pocas variaciones (algunos capítulos dobles donde la trama se complicaba un poco más).Por supuesto, rara vez moría nadie, y cuando lo hacía, la muerte solía ser producida por la codicia (o la estupidez) del malo de turno, y nunca por acción directa de Michael o su socio KITT.
La estructura del guión era tal que cualquiera podía haber escrito su propio guión y no habría la más mínima diferencia con los auténticos: Michael recibe instrucciones de Devon, conoce a los "débiles/indefensos" de turno, le dan una paliza y tiene que llevar el coche al camión-taller para que le instalen algún componente, luego vuelve pero los malos lo encierran, y tiene que ir KITT a salvarle (suerte que podían hablar por medio del reloj de pulsera que llevaba) y luego, paliza a los malos y sanseacabó. La serie muy raras veces mostraba los avatares más personales de los personajes, aunque era evidente que, por el camino, además de fuego, destrucción y un montón de juicios nulos, Michael dejaba muchos corazones rotos de señoritas de buen ver, y en algunos capítulos si que su pasado tenía algo que ver, pero vamos:
esto era procedimental puro y duro.
Me suena su cara: Como en toda serie ochentera, en El coche fantástico
podemos ver los caretos a más de un actor/actriz de la época apareciendo en uno o dos episodios, aunque tampoco nadie de primer orden: Charles Napier, Brian Thompson, David Hess, Robert Englund, Mary Woronov, Pepe Serna, P.J. Soles, James Cromwell, Cameron Mitchell, Clu Gulager, Geena Davis, Barrett Oliver, el mítico "exterminador" Robert Ginty, Ken Foree... la mayoría son nombres muy relacionados a la serie B ochentera.
Me suena esa voz: El doblaje español de El coche...
es uno de los más recordados y afortunados de una época donde doblar series era algo a lo que se dedicaba el mismo tiempo y esfuerzo que a doblar cine. Jose Luis Angulo doblada a Michael; Manuel Cano (doblador habitual de Warren Beatty o Steve McQueen, y de la voz de Hannibal Smith en El equipo A) se ocupaba de la voz de Devon. Qué decir de KITT, que contó con la voz del fallecido y nunca lo bastante valorado Carlos Revilla (John Hurt en el Cuentacuentos, Homer Simpson...). Luisa Ezquerra (dobla a Lois en Padre de familia, por ejemplo) le ponía la voz a Bonnie; y el doblador Paco Hernandez (voz habitual de Charles Bronson nada menos) doblada a la réplica malvada de KITT: KARR.
Capítulos a destacar: A pesar de que la serie era un calco de si misma episodio tras episodio,
hubo tramas lo bastante míticas como para ser especialmente recordadas por los aficionados.
-En primer lugar
, la trama del coche KARR (
Knight Automated Roving Robot) el prototipo de KITT construido inicialmente por el filántropo millonario Wilton Knight, que tuvo que apartarse porque hubo
un defecto de base en su comportamiento: se le programó como principal función su propia supervivencia; de esta forma, el coche era un cabrón egoísta que solo pensaba en su preservación y que no dudaba en hacer lo que fuera por eliminar a quienes supusieran una amenaza. Fue desmantelado y apartado en un garaje, y entonces se construyó KITT con un nuevo enfoque de programación: su principal misión sería ayudar a su conductor y mantenerle a salvo, así el coche ganaría "humanidad".
Hilarante como KITT intentaba razonar con su "hermano" para que volviera al lado del bien, al final Michael y él se tuvieron que encargar de ponerlo fuera de circulación.
-Otro giro de guión digno de una telenovela mexicana fue
la existencia desvelada de Garth Knight, hijo del fallecido filántropo Milton Knight de quien este renegó, un hijo de puta despiadado, todo lo contrario que el padre.
También lo interpreta Hasselhoff, puesto que se supone que son idénticos. A ver, recapacitemos: el viejo Knight recoge a Michael Long porque quiere que él sea la cara visible de su organización, y... ¿le hace operar y le pone la cara de su hijo renegado y malvado??? ¿Como se come eso? ¡Este señor cargó a Michael con todos sus errores! Total, Garth construyó un camión llamado Goliat que contaba con el mismo chasis indestructible que KITT. Michael y él tuvieron que hacer frente a estas réplicas malignas de si mismos en un descacharrante episodio doble que no tiene precio.
El original Michael Long
-Otro episodio que siempre me gustó mucho fue aquel en el que Michael y KITT investigan en una especie de fábrica que está realizando vertidos ilegales, y
KITT cae dentro de un vertedero de ácido, quedando hecho una verdadera pena y teniendo que ser reconstruido por Bonnie casi desde cero, en un epsiodio doble. Muy interesante y clarificador sobre la "humanidad" del coche (después del accidente, siente miedo) y la relación más humana que otra cosa, entre conductor y vehículo.
-También había uno muy gracioso,
un especial de Halloween con un trasunto de Anthony Perkins y una casa en la colina donde pasaban cosas muy raras... creo que sabéis a que me refiero
Emisión y recepción:
La serie se emitió primero en TVE1 y luego, en
Antena3, durante largas repeticiones ad nauseum, hasta quemarla. Si la serie ya de por si es simple, multipliquen por 10 el ver una y otra vez los mismos capítulos... el mismo capítulo... y díganme. Se mantuvo originalmente en antena hasta 1986, tras cuatro años de emisión; no hubo ningún episodio final destacable, el último fue un capítulo normal. El mismo de siempre, vamos. No obstante hubo varias secuelas, que ahora repasaremos.
La serie fue un extitazo absoluto, que catapultó al estrellato al coche y a Hasellhoff (no me atrevo a decir en qué orden) convirtiéndose en un icono popular, una referencia reconocible en todas partes, y muy especialmente entre la chavalada (
verdaderos, aunque no únicos espectadores a los que iba dirigida la serie). En las ferias había "KITTs" de miniatura donde los críos podían subirse a cambio de una mísera moneda, los había incluso que, además de balancearse, te gritaban una y otra vez "MICHAEL... MICHAEL..." porporcionándole al niño un subidón de felicidad
al verse confudido por la máquina como su legítimo propietario.
Hubo
cómics, videojuegos para varias plataformas, camisetas, pegatinas que venían con los chicles, figuras y juguetes... el fenómeno se popularizó bastante, pero aquí en España (ignoro si en EEUU pasó igual) nos cansamos pronto debido a la puta manía de Antena3 de quemar series que ya de por si son para ver una vez y no más.
A finales de los 90, cuando Internet se popularizó, El coche fantástico ya era una broma, un chiste en sí mismo, algo de lo que reírse y no, en ningún caso, con lo que reírse. Un producto que quemar en reposiciones por la tele digital, algo que comprar en DVD cuando estaba de saldo, para ver los episodios con una sonrisa sardónica a ritmo (generoso) de uno por trimestre.
Personalmente, no recuerdo cuando la vi por primera vez.
Siempre estuvo ahí, como Los Simpson para niños nacidos en los 90: mi más lejano recuerdo es, siendo un criajo, estar buscando por casa de mi abuela algún trasto electrónico roto para poder destriparlo y así crear "un robot que hablara, como el coche fantástico"; más tarde, viéndola después de comer, jugando al juego de Spectrum con mi hermano mayor, intentando programar un KITT en el BASIC que venía integrado en el Spectrum con mi primo; imitando los volantazos de Knight jugando a "adivinar la serie" en el colegio. Como digo, siempre estuvo ahí.
Las secuelas... solo he visto una, la que venía en el pack de la primera temporada en DVD, y la verdad, no es gran cosa.
Knight Rider 2000, rodada en 1991 (como intento de convertirlo en el piloto de una posible serie renovada, cosa que jamás sucedió) Michael regresa a la Fundación (que abandonó años antes) a petición de Devon Miles para recuperar a KITT, que había estado cogiendo polvo en un garaje. Lo más resenable y entrañable de este telefilm es que Devon fallecía, no sin antes pedirle a Michael que continúe con su labor. Tres años después se rodó
Knight Rider 2010 que
nada tenía que ver con la serie, salvo la aparición de un coche que habla, y
Knight Rider 2008 fue un intento por parte de NBC de refrescar y relanzar la serie, cosa que se consiguió, con algún cameo de Hasselhoff y Val Kilmer poniendo la voz al nuevo KITT. Solo vi un trozo zapeando y la verdad, no tengo intención de ver más.
El momento: Mi momento favorito ya lo he dicho, la chulada de Devon Miles de aparecer siempre en su sillón de espaldas, y girar gritando "¡Michael!"; pero por elegir otro más acorde con el espíritu de la serie, pues Michael saltando dentro/desde su automóvil, y las escenas en su interior,
todo lucecitas, palancas raras y ruiditos electrónicos.
La volvería a ver: Tengo la primera temporada en DVD y aún no he comprado las demás, creo que es un buen resumen como respuesta a la pregunta. De vez en cuando me pondría un capítulo, si no tuviera nada más que ver, y dejaría que mi niño interior volviera a regocijarse con la sencilla magia de un buen hombre y un buen coche dando caña a los malos, al son de música ochentera. Pero cuando la revisé en DVD me la tuve que racionar mucho para no cansarme, y creo que ver más de dos capítulos debe ser un insufrible deja vu continuo. A pesar de todo, que coño, SÍ, la volvería a ver, cuidando muy mucho de no ver más de un capítulo a la semana y cada cierto tiempo, los ochenteros, por lo menos, podemos seguir disfrutando de las aventuras de la mafiosa Fundación sin muchos complejos. Hay algo en esta clase de héroes que las series nos brindaban (Michael Knight, McGyver, Magnum) que considero genuinamente encantador: ya no solo el hecho de ir por ahí repartiendo justicia, sino el regirse por un código de honor, unos principios éticos más o menos puros, esa sencillez vital que emanaban, el idealismo del caballero blanco, más o menos impulsivo, tozudo, de negro sentido del humor e incluso con cierta malicia, pero en el fondo, siempre dispuestos a ayudar cuando es necesario. En la vida real (por si hacía falta decirlo) rara vez encuentras las cosas clarificadas por colores blanco-negro, nada, jamás, es tan sencillo, pero creo (quiero creer) que esa forma de bondad y generosidad no debería ser una utopía.
Por todo esto y más, gracias señor Larson