El Megapost de los 80: Repasando a Richard Franklin

Maravilloso documento:

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Grandísimo documento.
Eso me recuerda... los americanos, en sus videoclubs, editaban sus VHS en CAJAS DE CARTÓN. Si buscais VHS viejos en Ebay.com y páginas norteamericanas lo veréis. Esas cajas de cartón que aquí se usaban para sacar VHS en colecciones de quiosco y promociones baratas. Ellos no tenían nuestras maravillosas CAJOTAS de plástico, de mil formas y tamaños :babas
 
Yo tengo algunos VHS USA con cajas de cartón. Varsity Blues, Ace Ventura 2... Este último me lo pillé, hará más de veinte años, en la desaparecida Virgin Megastore de Barcelona.
 
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No importa la época en que hayamos nacido o en las circunstancias en las que hayamos crecido: casi todos tenemos alguna "película navideña" que disfrutamos de forma repetitiva y cíclica en estas fiestas. Algunas son películas que podríamos llamar "objetivamente" navideñas: tienen lugar en navidad y esta es una parte importante de la obra; ya sea una película como Vaya Santa Claus, Cuento de navidad en una de sus adaptaciones (incluyendo, porqué no, Los fantasmas atacan al jefe y la versión de los Teleñecos con un magnífico Michael Caine) o Qué bello es vivir...

En otras ocasiones, las películas tienen lugar en navidad, pero dicha festividad no es clave para la trama (como Jungla de cristal, Gremlins o Solo en casa). Podríamos incluir un tercer apartado: películas que para nosotros, por algún motivo, son "navideñas" aunque nada en su trama trate el tema, ni transcurra en dicha festividad. Por ejemplo, El secreto de la pirámide es una cinta que disfruto cada navidad, porque la vi en Tele5 de niño precisamente en la tarde de nochebuena; todos tenemos preferencias similares.

Lo curioso es que la cinta que hoy vamos a tratar, no es ni mucho menos una de esas películas navideñas que todos conocemos. La única referencia que tuve de ella fue un libro de cine donde la mentaban de pasada; curiosamente, ¡esta semana se ha nombrado en el foro dos veces!

Estoy hablando de Santa Claus: La película.

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Film de 1985, a priori, la película parece tener todos los elementos para ser un pequeño clásico navideño, cuanto menos: una estrella cómica de los 80 de bastante éxito (Dudley Moore) junto con un reparto más o menos agraciado donde sobresalen nombres como John Lithgow, o Burguess Meredith; viene avalada por unos productores "de prestigio", los Salkind, que pocos años atrás habían tenido un mega-éxito, como fue Superman, un presupuesto impresionante para la época, de 50 millones de pavos... ¿que podía salir mal?

Al parecer, muchas cosas.

El film se inicia contándonos la vida del leñador Claus (David Huddleston) y su esposa Anya (Judy Cornwell) que siglos ha, llevaban una vida feliz y disfrutaban fabricando juguetes artesanos y repartiéndolos entre las familias menos agraciadas en navidad. Una navidad, sin embargo, se pierden, y una nevada tremenda está a punto de acabar con la vida del matrimonio y sus fieles renos. Cuando todo parece que va a cabar en tragedia y trauma infantil para los espectadores de corta edad, todo se llena de luces y colores: los elfos rescatarán a los Claus, nombrando al leñador como su nuevo líder, encargado de repartir juguetes a los niños desde su fábrica del Polo Norte. Y lo hará renombrado y fortalecido: será Santa Claus, y tanto él y como su esposa serán eternos, igual que los elfos. Los renos reciben poderes mágicos, y todo el mundo es feliz, como en una gran orgía emocional. ¿Quien no firmaría?

Pasan los siglos, y las complicaciones van a ir surgiendo poco a poco en el taller de Santa Claus: el anciano se siente cansado del correr del tiempo y el ajetreo navideño, y decide nombrar a un ayudante que le aligere un poco la carga de trabajo. Uno de los candidatos es el elfo Patch (Dudley Moore) ilusionado y lleno de ideas nuevas. Patch quiere traer la industrialización al taller: tiene ideas nuevas, modernas, para que el trabajo sea más ágil y más eficiente: primando la producción sobre la artesanía.

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Mientras tanto, se nos van a presentar a dos niños muy diferentes, ambos solos en el mundo: Joe es un niño de la calle, un mendigo que a pesar de su corta edad está hastiado de una vida de privaciones y desilusiones; Cornelia es una niña rica que vive en una mansión, posee todo lo que pueda desear, materialmente hablando, pero está abandonada por sus padres. Ambos niños se observan a través de las ventanas de la casa de Cornelia, que proporcionará comida al pequeño vagabundo, forjando así, poco a poco, una relación que va a significar mucho...

Las ideas modernas en el taller se revelarán ineficaces, y Patch acaba perdiendo su puesto contra su competidor, que aboga por el mimo, el cuidado, el trabajo artesano... desilusionado, el elfo abandona el Polo Norte, ¿y a donde va a ir un elfo renegado del Polo Norte, a donde dirigirá sus pasos de entre todos los lugares del mundo? Pues a Estados Unidos, hombre, que para algo la película transucrre allí. Si se hubiera venido a España, no hay película.

La llegada de Patch a nuestro mundo y su toma de contacto con personas ajetreadas y hurañas va a coincidir con el desastre empresarial de B.Z. (John Lithgow) un despiadado capitalista sin alma, que posee una empresa de juguetes, los cuales estallan, queman o envenenan a los niños, dado los chapuceros materiales y los inexistentes controles de calidad. B.Z. está enfrentándose a una comisión de investigación. Patch verá sus comerciales por televisión y, creyendo que se halla ante un hombre honrado, se ofrecerá a ayudarle, importando en sus fábricas sus mágicos trucos e ideas, las cuales no habían sido aceptadas en el taller de Santa Claus. Evidentemente, ni los métodos ni las intenciones del despiadado hombre de negocios van a ser los que el ingenuo Patch cree... la tragedia está servida.

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Tras una explotación comercial exitosa, pero que dejó agotada a la franquicia (después de Superman 3 vendría Supergirl, y si creíamos en 1985, que habíamos visto lo peor, aún quedaba Superman 4 a la vuelta de la esquina) los Salkind se volcaron en este proyecto como el próximo pelotazo de su fulgurante carrera comercial. Para ello se valieron del guión de David y Leslie Newman (vinculados a la saga de Superman, aunque tienen su haber los guiones de Bonnie y Clyde o ¿Que me pasa, doctor?). Las relaciones de la franquicia del hombre de acero y Santa Claus no acaban ahí: para dirigir esta película contaron con Jeannot Szwarc, director de Supergirl (y a quien también recuerdo como director de la solvente Tiburón 2, y de una de mis películas favoritas, En algún lugar del tiempo). Fue elegido, aunque no el único candidato, gente como Guy Hamilton o Robert Wise estuvieron "nominados" a dirigirla.

La banda sonora viene servida por el maravilloso Henry Mancini, y la fotografía es de Arthur Ibbetson. La película es un festival de luz, color, y efectos especiales. El mensaje de la película no deja de ser positivo y buenrrollista (la navidad no es cosa de "producción" y pretender convertirla en un negocio mata la magia). ¿Qué demonios falló? Los estudios de TriStar Pictures pusieron el chorro de millones convencidos de que aquello sería el pelotazo de 1985. Pero de un presupuesto de 50 millones, Santa Claus: La película, solo llegaría a recaudar 23 millones... ¡menos de la mitad de lo que se había invertido!

Uno debe confesar que Dudley Moore no es santo de su devoción. Si Eddie Murphy o Bill murray, por nombrar a dos, son cómicos ochenteros que amo, Moore nunca me ha entrado. Le vi por primera vez en un film de Blake Edwards que iba recomendadísimo "10, La mujer perfecta" que me pareció muy floja. No dejaba de ser la misma historia que años después se remozaría en "La mujer de rojo" con Gene Wilder y Kelly LeBrock. Y el propio Edwards tiene otra película mucho mejor sobre la misma historia (un tipo que vive su crisis de los 40) como es Una cana al aire, con John Ritter. Hay quien ve en "10" una película mítica. No es mi caso.

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Lo mismo va para uno de los grandes éxitos de la carrera de Moore, "Arthur, el soltero de oro". Allí interpretaba a un consentido millonario inmaduro que se pasaba la vida entre jacuzzis, putas de lujo y juguetes, atendido por su criado y viviendo una improbable historia de amor con una cleptómana (interpretada por Liza Minelli). La película me es simpática en cuanto a cómo retrata esa sociedad decadente y loca de los 80 más salvajes, pero más allá de eso no me dice nada. He visto dos o tres más de Moore (aquella que era la versión original de "Al diablo con el diablo", De tal palo, tal astilla, donde compartía crédito con Kirk Cameron...). Jamás he conseguido comprender el mito de su figura y su éxito. Quizá sea cosa mía.

También me ha resultado que los dos niños de la película sean dos absolutos desconocidos, claro que siendo Santa Claus un gran fiasco no es raro que no lanzase al estrellato a actores poco conocidos: Joe es el actor Christian Fitzpatrick, quien aparte de Santa Claus solo actuaría en una película, Viceversa (aquella con Fred Savage cambiando cuerpo con su padre). Cornelia está interpretada por Carrie Helm, quien tampoco parece haber hecho gran cosa, salvo salir en "Tú a Boston y yo a California 2".

Santa Claus se rodó en los estudios Pinewood de Inglaterra, y su hostiazo económico fue más o menos parejo al crítico. Marvel publicó una adaptación al cómic (que de hecho, se editó en España) e imagino que se intentaría colar pronto en la televisión y en vídeo para enjuagar pérdidas...

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Pero lo cierto es que, como decía al principio de mi texto, yo jamás había oído hablar de esta peli hasta que la leí en un libro. Irónicamente alguien la comentó por el foro esta semana. No solo eso: @Lennoniano mi hermano, puso, a raíz del texto de la semana pasada, esta imagen promocional de vídeos americanos donde podéis ver... ¡Santa Claus, The Movie! En chiquitito y la última de la lista, pero está :P Casualidades de la vida.


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En fin. La semana que viene cerraré con un tercer texto navideño. Hasta entonces, un abrazo y buen comienzo del año para todos :hola
 
Pues, soy más de ¡Vaya Santa Claus!, Vuelve a casa para Navidad... si puedes o Todo lo que quiero para Navidad, la que has nombrado ni la conocía. De todas maneras, se agradece este artículo ;)
 
Pues, soy más de ¡Vaya Santa Claus!, Vuelve a casa para Navidad... si puedes o Todo lo que quiero para Navidad, la que has nombrado ni la conocía. De todas maneras, se agradece este artículo ;)

Todo lo que quiero para navidad... creí que era él único que la recordaba! La tengo en VHS; pero no suelo mencionarla por no caber en el ochenterismo. Es entrañable. Recuerdo que en su día la vi mil veces con mi hermano pequeño. Salía Leslie Nielsen disfrazado de Santa Claus en un cameo, si no me acuerdo mal.

Gracias por otro maravilloso posteo :palmas

El placer es mío, y lo sabes :babas ;)
 
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No importa la época en que hayamos nacido o en las circunstancias en las que hayamos crecido: casi todos tenemos alguna "película navideña" que disfrutamos de forma repetitiva y cíclica en estas fiestas. Algunas son películas que podríamos llamar "objetivamente" navideñas: tienen lugar en navidad y esta es una parte importante de la obra; ya sea una película como Vaya Santa Claus, Cuento de navidad en una de sus adaptaciones (incluyendo, porqué no, Los fantasmas atacan al jefe y la versión de los Teleñecos con un magnífico Michael Caine) o Qué bello es vivir...

En otras ocasiones, las películas tienen lugar en navidad, pero dicha festividad no es clave para la trama (como Jungla de cristal, Gremlins o Solo en casa). Podríamos incluir un tercer apartado: películas que para nosotros, por algún motivo, son "navideñas" aunque nada en su trama trate el tema, ni transcurra en dicha festividad. Por ejemplo, El secreto de la pirámide es una cinta que disfruto cada navidad, porque la vi en Tele5 de niño precisamente en la tarde de nochebuena; todos tenemos preferencias similares.

Lo curioso es que la cinta que hoy vamos a tratar, no es ni mucho menos una de esas películas navideñas que todos conocemos. La única referencia que tuve de ella fue un libro de cine donde la mentaban de pasada; curiosamente, ¡esta semana se ha nombrado en el foro dos veces!

Estoy hablando de Santa Claus: La película.

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Film de 1985, a priori, la película parece tener todos los elementos para ser un pequeño clásico navideño, cuanto menos: una estrella cómica de los 80 de bastante éxito (Dudley Moore) junto con un reparto más o menos agraciado donde sobresalen nombres como John Lithgow, o Burguess Meredith; viene avalada por unos productores "de prestigio", los Salkind, que pocos años atrás habían tenido un mega-éxito, como fue Superman, un presupuesto impresionante para la época, de 50 millones de pavos... ¿que podía salir mal?

Al parecer, muchas cosas.

El film se inicia contándonos la vida del leñador Claus (David Huddleston) y su esposa Anya (Judy Cornwell) que siglos ha, llevaban una vida feliz y disfrutaban fabricando juguetes artesanos y repartiéndolos entre las familias menos agraciadas en navidad. Una navidad, sin embargo, se pierden, y una nevada tremenda está a punto de acabar con la vida del matrimonio y sus fieles renos. Cuando todo parece que va a cabar en tragedia y trauma infantil para los espectadores de corta edad, todo se llena de luces y colores: los elfos rescatarán a los Claus, nombrando al leñador como su nuevo líder, encargado de repartir juguetes a los niños desde su fábrica del Polo Norte. Y lo hará renombrado y fortalecido: será Santa Claus, y tanto él y como su esposa serán eternos, igual que los elfos. Los renos reciben poderes mágicos, y todo el mundo es feliz, como en una gran orgía emocional. ¿Quien no firmaría?

Pasan los siglos, y las complicaciones van a ir surgiendo poco a poco en el taller de Santa Claus: el anciano se siente cansado del correr del tiempo y el ajetreo navideño, y decide nombrar a un ayudante que le aligere un poco la carga de trabajo. Uno de los candidatos es el elfo Patch (Dudley Moore) ilusionado y lleno de ideas nuevas. Patch quiere traer la industrialización al taller: tiene ideas nuevas, modernas, para que el trabajo sea más ágil y más eficiente: primando la producción sobre la artesanía.

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Mientras tanto, se nos van a presentar a dos niños muy diferentes, ambos solos en el mundo: Joe es un niño de la calle, un mendigo que a pesar de su corta edad está hastiado de una vida de privaciones y desilusiones; Cornelia es una niña rica que vive en una mansión, posee todo lo que pueda desear, materialmente hablando, pero está abandonada por sus padres. Ambos niños se observan a través de las ventanas de la casa de Cornelia, que proporcionará comida al pequeño vagabundo, forjando así, poco a poco, una relación que va a significar mucho...

Las ideas modernas en el taller se revelarán ineficaces, y Patch acaba perdiendo su puesto contra su competidor, que aboga por el mimo, el cuidado, el trabajo artesano... desilusionado, el elfo abandona el Polo Norte, ¿y a donde va a ir un elfo renegado del Polo Norte, a donde dirigirá sus pasos de entre todos los lugares del mundo? Pues a Estados Unidos, hombre, que para algo la película transucrre allí. Si se hubiera venido a España, no hay película.

La llegada de Patch a nuestro mundo y su toma de contacto con personas ajetreadas y hurañas va a coincidir con el desastre empresarial de B.Z. (John Lithgow) un despiadado capitalista sin alma, que posee una empresa de juguetes, los cuales estallan, queman o envenenan a los niños, dado los chapuceros materiales y los inexistentes controles de calidad. B.Z. está enfrentándose a una comisión de investigación. Patch verá sus comerciales por televisión y, creyendo que se halla ante un hombre honrado, se ofrecerá a ayudarle, importando en sus fábricas sus mágicos trucos e ideas, las cuales no habían sido aceptadas en el taller de Santa Claus. Evidentemente, ni los métodos ni las intenciones del despiadado hombre de negocios van a ser los que el ingenuo Patch cree... la tragedia está servida.

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Tras una explotación comercial exitosa, pero que dejó agotada a la franquicia (después de Superman 3 vendría Supergirl, y si creíamos en 1985, que habíamos visto lo peor, aún quedaba Superman 4 a la vuelta de la esquina) los Salkind se volcaron en este proyecto como el próximo pelotazo de su fulgurante carrera comercial. Para ello se valieron del guión de David y Leslie Newman (vinculados a la saga de Superman, aunque tienen su haber los guiones de Bonnie y Clyde o ¿Que me pasa, doctor?). Las relaciones de la franquicia del hombre de acero y Santa Claus no acaban ahí: para dirigir esta película contaron con Jeannot Szwarc, director de Supergirl (y a quien también recuerdo como director de la solvente Tiburón 2, y de una de mis películas favoritas, En algún lugar del tiempo). Fue elegido, aunque no el único candidato, gente como Guy Hamilton o Robert Wise estuvieron "nominados" a dirigirla.

La banda sonora viene servida por el maravilloso Henry Mancini, y la fotografía es de Arthur Ibbetson. La película es un festival de luz, color, y efectos especiales. El mensaje de la película no deja de ser positivo y buenrrollista (la navidad no es cosa de "producción" y pretender convertirla en un negocio mata la magia). ¿Qué demonios falló? Los estudios de TriStar Pictures pusieron el chorro de millones convencidos de que aquello sería el pelotazo de 1985. Pero de un presupuesto de 50 millones, Santa Claus: La película, solo llegaría a recaudar 23 millones... ¡menos de la mitad de lo que se había invertido!

Uno debe confesar que Dudley Moore no es santo de su devoción. Si Eddie Murphy o Bill murray, por nombrar a dos, son cómicos ochenteros que amo, Moore nunca me ha entrado. Le vi por primera vez en un film de Blake Edwards que iba recomendadísimo "10, La mujer perfecta" que me pareció muy floja. No dejaba de ser la misma historia que años después se remozaría en "La mujer de rojo" con Gene Wilder y Kelly LeBrock. Y el propio Edwards tiene otra película mucho mejor sobre la misma historia (un tipo que vive su crisis de los 40) como es Una cana al aire, con John Ritter. Hay quien ve en "10" una película mítica. No es mi caso.

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Lo mismo va para uno de los grandes éxitos de la carrera de Moore, "Arthur, el soltero de oro". Allí interpretaba a un consentido millonario inmaduro que se pasaba la vida entre jacuzzis, putas de lujo y juguetes, atendido por su criado y viviendo una improbable historia de amor con una cleptómana (interpretada por Liza Minelli). La película me es simpática en cuanto a cómo retrata esa sociedad decadente y loca de los 80 más salvajes, pero más allá de eso no me dice nada. He visto dos o tres más de Moore (aquella que era la versión original de "Al diablo con el diablo", De tal palo, tal astilla, donde compartía crédito con Kirk Cameron...). Jamás he conseguido comprender el mito de su figura y su éxito. Quizá sea cosa mía.

También me ha resultado que los dos niños de la película sean dos absolutos desconocidos, claro que siendo Santa Claus un gran fiasco no es raro que no lanzase al estrellato a actores poco conocidos: Joe es el actor Christian Fitzpatrick, quien aparte de Santa Claus solo actuaría en una película, Viceversa (aquella con Fred Savage cambiando cuerpo con su padre). Cornelia está interpretada por Carrie Helm, quien tampoco parece haber hecho gran cosa, salvo salir en "Tú a Boston y yo a California 2".

Santa Claus se rodó en los estudios Pinewood de Inglaterra, y su hostiazo económico fue más o menos parejo al crítico. Marvel publicó una adaptación al cómic (que de hecho, se editó en España) e imagino que se intentaría colar pronto en la televisión y en vídeo para enjuagar pérdidas...

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Pero lo cierto es que, como decía al principio de mi texto, yo jamás había oído hablar de esta peli hasta que la leí en un libro. Irónicamente alguien la comentó por el foro esta semana. No solo eso: @Lennoniano mi hermano, puso, a raíz del texto de la semana pasada, esta imagen promocional de vídeos americanos donde podéis ver... ¡Santa Claus, The Movie! En chiquitito y la última de la lista, pero está :P Casualidades de la vida.


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En fin. La semana que viene cerraré con un tercer texto navideño. Hasta entonces, un abrazo y buen comienzo del año para todos :hola

Una de mis primas tuvo el tebeo,pero no vimos la película. ¡Qué cosa más rara! Pasaron muchos años hasta que la vi y supe el porqué me sonaba.
 
Pues, soy más de ¡Vaya Santa Claus!, Vuelve a casa para Navidad... si puedes o Todo lo que quiero para Navidad, la que has nombrado ni la conocía. De todas maneras, se agradece este artículo ;)

Todo lo que quiero para navidad... creí que era él único que la recordaba! La tengo en VHS; pero no suelo mencionarla por no caber en el ochenterismo. Es entrañable. Recuerdo que en su día la vi mil veces con mi hermano pequeño. Salía Leslie Nielsen disfrazado de Santa Claus en un cameo, si no me acuerdo mal.

Gracias por otro maravilloso posteo :palmas

El placer es mío, y lo sabes :babas ;)


Sí, Nielsen de cameo al final, en efecto. Y con un buen reparto, al menos por tener a Lauren Bacall como la abuela de los protas. Yo la tengo también en VHS, pero grabada del plus por aquella época. Hace tiempo, la busqué en dvd en nuestro país, pero nada.
 
No hubo megapost este sábado. Me hallaba liado y tenía cosas no ochenteras por ver en la lista, y me costaba encontrar algún título adecuado... y porque negarlo por más tiempo, porque me hallaba buscando material para otro proyecto megapostil. Este que hoy viene.

Todos conocéis mi insana y patológica obsesión por los videoclubs, fruto de mi frustración por no haber podido cumplir mi sueño de regentar uno de tales tugurios en mi vida. Cosas que pasan. En cualquier caso, los videoclubs y su desaparición, me llevaron a una reflexión mayor sobre los cambios que se producen en las ciudades y la corta memoria de la gente: ¿cuantos videoclubs ha habido en mi ciudad? Yo conocí muchos, pero seguro que hubo más. ¿Donde estaban ubicados? ¿Que hay ahora allí? ¿Cuanto duraron abiertos? ¿Quienes los regentaban? ¿Existen fotos de esos videoclubs en alguna parte? ¿Que se hizo de las cintas de vídeo que un día alquilaban? Y quizá la pregunta más importante de todas: ¿alguien más se pregunta todas estas cosas, o solo yo?

Resulta curioso que en menos de 30 años, echar un vistazo a tu ciudad sea como echarlo a otro planeta: todo ha cambiado y nadie parece interesado en rememorar, custodiar, conservar o restaurar el pasado. El progreso es imbatible, el dios Cronos personificado, renovando escaparates sin ninguna piedad, década a década. El mañana es hoy, y no importa lo que vendas: los resultados son los resultados. Si vendes te quedas. Si no, a la calle. Y no ya el VHS, obsoleto desde finales de los 90, sino que el formato físico directamente, anda de capa caída. No hay sitio para sentimentalismos ni nostalgia: solo resultados. Business. Nadie sabe hoy que la lavandería autoservicio con rótulo de color rosa fue un día el Videoclub Murillo, de donde un servidor compró Cazafantasmas en VHS y alquiló muchas, muchas otras. Por poner un ejemplo.

Esas obsesiones (el videoclub, el VHS, el intento de atisbar y conservar la imagen pasada de las calles que me vieron nacer) han cristalizado en un proyecto y ahora, en un post. Acudiendo a la Hemeroteca del diario local, e ido confeccionando un pequeño anuario de anuncios sobre videoclubs y el auge del VHS en mi ciudad. No es mucho, esperaba mucho más de lo que he recolectado. Desde luego, una búsqueda de palabras clave en los PDF de la hemeroteca digital siempre es insuficiente: si el anuncio es vistoso y la palabra forma parte de un dibujo, el buscador no la detecta. Aún así, estoy satisfecho: tengo algo más de lo que tenía, sé algo más de lo que sabía.

Este es pues, un megapost de rescate: Rescate en el tiempo de algo que cada vez menos personas recordarán. Es ley de vida. Ooooooooootro post sobre videoclubs. Pero uno, quiero creer... diferente.

1980

Decidí comenzar mi búsqueda de la palabra "video" en diarios locales de 1978. Ni en 1978, ni en 1979 encontré nada. El vídeo en mi ciudad empezó, como por ensalmo, en ese año maravilloso, el mismo año en que yo "empecé", nací: en 1980.

Poca cosa, solo unos pocos anuncios que indicaban, eso sí, que el vídeo ya estaba aquí. Parecía que hubiera llegado para quedarse, pero...

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Este anuncio es interesante, porque hace referencia al formato "Beta". Muy pocos anuncios hacen referencia a dicho formato. La mayoría hablan de "vídeo" o "VHS".

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Establecimientos Domenech lo dice claro: el "video cassette" era el electrodoméstico casero por excelencia junto con la tele en color, la nevera y la lavadora. ¡El electrodoméstico de los 80!

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1981

1981 tiene ya un par de innovaciones destacables. Pero poco a poco.

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"Videoclub Queremón..." ¿Primer videoclub de la ciudad? Quien lo sabe. En cualquier caso tenemos también una pequeña lista de marcas de vídeos.

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Hoy en día, Phonia 2 sigue existiendo, dedicada al mundo del sonido (yo compro ahí las agujas para el tocadiscos) pero por supuesto, nada que ver con ese anuncio, esos "video cassettes" no están ya por ninguna parte...

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Aquí llega Rafa... al contrario que otros "actores" de estos anuncios, a Rafa lo conozco personalmente. Fue un emprendedor de la hostia, tuvo varios negocios (se jubiló hace pocos años) y tuvo el primer videoclub gigante de la localidad, entre otras innovaciones. Rafa se dejó una pasta en promocionar el videoclub a principios de los 80, como vamos a ver, aunque para él era solo un negocio, su pasión era la fotografía.

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El "Video-Cine-Club familiar" de Rafa... joder. Para llorar. El anuncio ni siquiera es de VHS, sino Súper 8, pero un adelantado a su tiempo, este señor fue.

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Videoson se anunció "a precios de Andorra" durante buena parte de los 80. Nunca los conocí.

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Basilio sigue abierto, fue la tienda fotográfica más importante de la localidad. Precios demasiado caros para mi gusto, lo frecuenté poco tiempo. Hoy se dedican a vender pijaditas, marcos digitales y esas cosas. Quien te ha visto y quie te ve.

1982

1982 fue un año clave para el vídeo en la ciudad, como pronto veremos... especialmente de la mano de Rafa.

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El "Videoclub Queremón" sigue vivo. No era, al parecer, un fenómeno inusual que las tiendas de electrodomésticos, que vendían aparatos de vídeo, se "convirtieran" también en videoclubs, u ofrecieran el servicio de alquiler de películas. El anuncio ofrece ver las "1.300 video películas existentes en España", ¿significa eso que por aquellas fechas era ese el nº de cintas editadas? Interesante en cualquier caso.

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El "Video Club Ucel" al que hace referencia, tengo varias cintas compradas con su etiqueta. Desgraciadamente nunca llegué a verlo o saber donde estaba.

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Aquí llega la "Ferretería Progreso", una ferretería que con el tiempo sería también... ¡¡¡videoclub!!! :D

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El videoclub Sirvent fue muy conocido en la ciudad durante los años 80. Desgraciadamente, otro que no visité.

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"Pasar a vídeo", ese concepto... fijaos que aquí hacen referencia a los 3 sistemas de vídeo: Beta, 2000 y VHS. Será casi la única referencia a otros formatos diferentes del VHS que vais a ver en toda la década en estos anuncios.

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Aquí llega, aquí resuena, ¡EL VIDEOCLUB RAFA! Con foto del Video Club incluida, que me hace muchísima ilusión haber encontrado. Fijaos que oferta películas de vídeo por 8.000 pelas: el sistema de alquiler era muy diferente a lo que conocimos ya más entrados en los 80: por lo que entiendo, pillabas la película y te la quedabas en tu casa, ¡durante un año! Y pagabas una pasta por ello.

He conseguido la foto del videoclub ampliada. Desgraciadamente la calidad no es mucha, y el que esté en blanco y negro dificulta (por no decir que imposibilita) identificar los títulos expuestos.

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¡Pura maravilla! :inaudito:inaudito:inaudito ¿Quien pudiera hoy darse un garbeo por esas estanterías a placer?

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Aquí Rafa empezó a incluir listas de nuevos títulos disponibles, práctica que realizó durante buena parte del año, solo dios sabe cuanto se gastaría en publicidad...

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Este es el primer vídeo que se sortea en el diario local. Con el tiempo habrá muchos, muchos videos que entren en sorteos... por ahora todavía era algo muy valioso y poco presente en dichos sorteos.

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Estuve en Casa Basilio hace unos días... ¡no hay ni rastro de esas películas de vídeo que aquí anuncian! Solo marquitos de colores y cositas muy rollo siglo XXI.

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Enternecedor anuncio del formato Vídeo 2000... creo que este fue el primer y último anuncio dedicado a dicho formato en exclusiva, al menos en este diario.
¿Levantina radio, videoclub? Primera vez que lo oigo. Nunca lo conocí.


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El "Gigante" como se le llamaba coloquialmente, era uno de esos videoclubs de los que oía hablar de niño a mis padres, tíos... pero que nunca visité. Es enternecedor ver el anuncio del nacimiento de un nuevo videoclub, en cualquier caso. Anuncia 1.500 títulos de VHS y Beta.

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Y nace oooootro videoclub... "Videoclub Gimanca". Totalmente desconocido a mis oídos. A juzgar por su denominación "especialistas en sonido y vídeo" sería otra tienda de electrodomésticos convertida en videoclub? Atención a los precios, bastante baratos para ser 1982.

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Queremón Videoclub sigue vivo. Anuncia que existen "2.000 video películas" en el mercado, y y venden ya cintas vírgenes para grabaciones propias. Que maravilla...

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Una generosa oferta del amigo Rafa: comprabas una peli por casi 9.000 pelas y podías "cambiarla durante un año". Cosas del pasado...

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¡Otra foto del videoclub de Rafa, desde otro ángulo! Lástima que sigue siendo blanco y negro y que es imposible aumentar de tamaño la foto sin despreciar los detalles. De lo contrario, me deleitaría revisando y descubriendo los títulos de esas carátulas.

Me maravillé con la posibilidad de que hubiera futuras fotos en color, pero por ahora, nada.

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"Cambiar su película de vídeo...". Un concepto de alquiler que hoy no entendemos. Yo eso, ya no lo viví.

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Videoclub Sirvent, sigue vivo. Ahora vendían las películas a 8.000 pesetas y las alquilaban a 250. No entiendo esos precios... ¿alguien los entiende?


1983

Yo pensaba que, siendo 1982 un año tan intenso en cuanto a actividad videoclubística, tan maravilloso y tan pleno, 1983 sería igual o mejor. ¡Que decepción! Eso sí, decepción... con sorpresa.

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Este escueto anuncio se repetirá, sin absolutamente ninguna alteración, en los diarios locales durante buena parte de los años 80. ¿Que era Valor TV? ¿Donde estaba? Seguramente ya nunca lo sabremos...

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Porque incluso los Manolos tienen derecho a hacer negocio... Electrodomésticos Manolo vendía vídeos, porqué no incluirlo.

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Primer anuncio de venta de aparato de vídeo por particulares, y no por establecimiento. El anuncio es digno de Iker Jimenez: ¿es la misma persona que vende el vídeo, la que vende el campo? Todo parece indicar que sí porque hay un único número de teléfono. ¿El precio interesante, es solo por el campo, o también por el vídeo? ¡Quiero de saber!

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Continúan las aventuras de la Ferretería-Videoclub Progreso, que anuncia ampliación de la sección videoclub. Que gozada...

Para gozada, el nacimiento del videoclub Urigar!!!!!

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El videoclub Urigar es, junto con el Amigos, el más importante de mi vida. Aún sigue abierto, pero ya no voy: lo conocí en su esplendor, y me niego a visitarlo en sus años de decadencia. Por supuesto, desde principios de siglo que ya no tiene VHS en sus estanterías... las comparaciones son odiosas. No podéis imaginar, eso sí, la ilusión que me ha hecho poder ver y atesorar el anuncio de su nacimiento, en el año 1983. Y que dure. Por cierto, que ha cambiado de ubicación, de hecho en la dirección del anuncio, yo nunca lo conocí.

1984

1983 ha sido muy decepcionante (salvo la sorpresa del nacimiento del Urigar). 1984 será casi igual de parco, pero eso sí, también con un par de anuncios grandiosos que quedan en mi disco duro para la posteridad, y ahora aquí, también, en el foro.

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NPI... pero vendían vídeos y el anuncio del MOMA / Ahora en su casa me ha encantado, así que para la saca.

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Servicio de venta, reparación, importación, y videoclub. ¿Porque no? En 1984 era posible hallar todas esas mismas maravillas conglomeradas en un solo negocio, ¡en tu barrio mismo! ¡Sin moverte de casa!

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Nace el videoclub Lidia.... "el más grande de la provincia" se anunciaba en los 90. Una nave gigantesca (ocupaba toda una manzana) llena de películas. Eso sí, en otra dirección, diferente a la que sale en los anuncios, y con el nombre ligeramente diferente como veremos.
¡Cuantas horas de mi vida allí pasé! Actualmente hay grandes carteles de "Se vende" (el local) en sus escaparates, pero sigue abierto y van liquidando sus DVD. VHS no les quedan desde hace 2 o 3 años. Los vendían a 2 euros. Aproximadamente, el 80% de mi colección de VHS procede de este videoclub.

A mitad de año, apàreció otro anuncio, ligeramente diferente:

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Una de mis grandes frustraciones: el videoclub Colón. Legendario. Mi tía solía alquilar ahí películas para verlas conmigo los viernes por la tarde en su casa. ¿Porque frustración? Porque yo nunca lo pisé. Cerró cuando yo era niño todavía, y nunca lo llegué ni a ver. Pero fue de los más conocidos de la zona. El cuñado del dueño es amigo mío y a veces me cuenta anecdotillas...

1985

Llegamos al equinoccio de la más fantástica década del siglo XX... ¡en cuestión de videoclubs, por lo menos! :mparto Tampoco hay muchos anuncios en número, pero me ha permitido descubrir varias cosas interesantes.

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Esta es una tira de "Providella" tienda de tecnología y videoclub. No preguntéis, nunca estuve... ojalá... el caso es que el tal Providella compró bastante espacio en el diario local, y aparecieron estas tiras durante varios meses.

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De nuevo, electrodomésticos y videoclubs se abrazan. Laser Video, nunca jamás lo había oído. Habrá más anuncios de este curioso videoclub...

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Nace el vídeo club "Lydia-2" tal y como yo siempre lo conocí. Se trasladan a la calle donde han estado desde entonces, conservan el nombre... una delicia que este pequeño recorte haya sobrevivido para llegar a mis manos.

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Nunca conocí el "Video Trebol" pero, ¡vaya selección de películas! ¿Quien no iría a semejante lugar?

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Comienza lo que yo llamo "la fiebre del oro". Los videoclubs eran negocio, pero, con el tiempo, más pronto de lo que yo quisiera creer, dejaron de dar dinero. Piratería, tele por cable, lo que queráis. El caso es que, los que sí hacían eran los que "vendían las palas y el equipo" como ocurrió durante la fiebre del oro: los que reparaban, los que vendían repuestos... se forraron y probabablemente, más y mejor que los propios videoclubs.

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100.000 calas por un vídeo que se presume de segunda mano... casi nada.

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Esto me encanta y he recogido más ejemplos al respecto. ¿Si quieres indicar una dirección, que haces? Dices "está cerca del videoclub tal"! ¡¡¡Que mundo tan maravilloso aquel, que se podía indicar una dirección utilizando como referencia un videoclub!!! Un puto videoclub. Gloria bendita. Esto es otro tiempo, otro mundo...

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Cerramos el año con un glorioso artículo del diario local, profetizando el apocalipsis del cine por culpa del vídeo y los videoclubs. No señor, espérese unos años, conozca Internet, el streaming... y vamos hablando. No nos quedaba nada por ver. Madre mía. Lágrimas en los ojos...
 
1986

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Se inicia en la sección de sucesos anuncios de robos que incluyen vídeos, o cintas de vídeo... yo solo he escogido dos como ejemplo, pero hay cientos. ¡Esto ya ha prescrito, señoría!

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El cine va a morir... ¿la culpa? Del vídeo y del videoclub. Un nostálgico firma una crónica en el diario local que, por piruetas del destino, se parece mucho a eso que estoy escribiendo yo. No nos quedaba por ver ni nada...

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Phonia sigue dedicándose al vídeo... "nuevas tecnologías" en 1986, el teletexto, la hora programada del vídeo y el decodificador.

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Ferretería progreso sigue viva también... en chiquitito, abajo, a la derecha, sigue siendo videoclub, pero parece que no es su principal actividad ya. Lejos quedan los anuncios a toda página del videoclub Progreso VHS...

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La "fiebre del oro": los reparadores, técnicos y vendedores de vídeos y películas acabaron haciendo más dinero que los propios videoclubs.

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Hoy le habrían sacado los hígados a alguien por este anuncio claramente discriminatorio... ¿dimitió alguien en 1987? Lo dudo.

1987

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Sigue abierto. Pasé hace un año, mi combo se había roto y necesitaba un vídeo nuevo. Me dijeron, textualmente, "no señor, aquí solo vendemos cosas nuevas". Pero en 1987 vendían vídeos. La ley de la vida, de nuevo.

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Cintas vírgenes. Los precios no están mal.


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Hace un par de años atrás se vendía un vídeo de segunda mano por 100.000... estos son nuevos, de tienda. Mitad de precio. ¿Habrían empezado ya a ratear con los costes materiales de los vídeos? Quiero creer que no. Es muy pronto, 1987 todavía.





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QUIERO

LLAMAR

AHORA

Cachondos... que si lo he pensado, dicen. No he pensado en toda cosa en toda mi puta vida. Esto que es, ¿recochineo ya?

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Providella sigue vivo y sigue siendo videoclub. Se trasladan.

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Siguen los traspasos o se busca el socio. Aquí hay un socio, pero, ¿donde está el videoclub?

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¿Empiezan los coleccionistas privados?

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De coña. Yo te nomino anuncio 1987. 3 millones de calas en VHS. A 3.000 por cinta, y seguramente usadas. Beta y VHS. Lejos quedan todavía los tiempos de venta directa, a 1995 pesetas por unidad.

1988

La recta final. Empezamos 1988 con un anuncio cachondísimo.

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Seré reincidente. Adoro esos anuncios que usan el videoclub como punto de referencia para ubicar algo. Cosas de otro mundo. Los jóvenes no podrían entenderlo.

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EXISTIÓ una asociación de videoclubs en mi ciudad... ojalá continuara existiendo. Valdría la pena mirar en algún registro municipal y saber quien era el presidente. Ya empezamos con el "exija originales". ¿La piratería ya haciendo cosquillas, en 1988? Puede.

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Buen anuncio de Laser Video... rollo sorteos.

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Delicioso artículo del diario local. ¿Que hace la gente los viernes por la tarde? ¿Cual es el plan? ¡Irse al videoclub! ¡Claro que sí, coño! ¿Cuantas veces lo haría yo? ir al videoclub a mirar pelis... como si nada. Como si aquel acto no tuviera importancia. Pero, ¿como iba yo a saber...?

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Otro número de teléfono que apunto. Por probar... ¿y si en alguno, la oferta sigue en pie?

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Novedades de Video Star. Canela fina.

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1989

Terminamos la década con bastante actividad...

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En algún momento de los 80, Rafa abandonó el videoclub, manteniendo otros negocios. Tengo que preguntarle si recuerda las fechas y añadir información. En cualquier caso, en 1989 el Videoclub Rafa ataca de nuevo. Me pregunto qué significa. Es decir, ¿existió algún tipo de repunte para el negocio videoclubs en 1989, o fue un hecho aislado?

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Videoclub Star a toda página... anuncian departamento de venta directa. Ya llegaban los buenos tiempos para los coleccionistas... y malos para los videoclubs. Poco a poco, paso a paso, año a año...

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Rafa inaugura videoclub.

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Más "fiebre del oro"...

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Alquiler de cámaras... fiebre del oro total. Dentro de nada aparecerán los anuncios de "boda, bautizo, comunión".


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Feria tecnológica con sección de vídeo, "Electro-inform".

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Video Star abre una segunda sucursal. No fue el único que lo hizo. ¿Se les quedó pequeño el local o simplemente, todavía había mercado para mantener dos videoclubs? No lo sabremos nunca.

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Mi recorte favorito para el 1989... como podéis ver hay una "Liga Video Club Urigar". Yo lo ignoraba. ¡El videoclub urigar en la Liga!

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Yo no fui, señoría, esa bolsa me la encontré entre mis cosas, y claro... :cuniao

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Otro anuncio discriminatorio... a la inversa que el anterior, eso sí.

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La fiebre del oro, imparable...

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Que educados... ¡y sobre todo, vaya títulos!

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Una referencia al videoclub Imason... ¡AL FIN! Tengo una carátula que lleva grabado su símbolo, nombre y dirección. Aparte de eso, no conocía nada ni a nadie que confirmase que había existido un videoclub Imason. Hasta ahora.


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Cerramos 1989... ¡y faltan videoclubs! No creáis que están todos, ni de coña. No han aparecido en el diario videoclubs que yo sí conocí: ni el Amigos, ni el Murillo, ni el Cinema, ni el Valle, ni el Chimeneas, ni el Torres, ni el Súper Videoclub... el Murillo abrió, creo, en 1989 así que quizás en los diarios de los años 90 haya alguna referencia. Los demás abrieron en los 80 y algunos (Amigos, Torres) cerraron a finales de los 80 así que, si no han aparecido ya... temo que no lo harán. Tendré que seguir confiando en mi memoria para saber que existen.

En un par de semanas repetiré la jugada con los años 90, a ver que sigue...
 
Última edición:
Actualizo brevemente: buscando en google por palabras clave, a veces afina, y me lleva directamente a un anuncio videoclubero sin necesidad de buscar "video" y "vídeo" número a número.

A veces, sin embargo, los resultados son desconcertantes... en el mejor de los casos.

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¡Ya sé porque no hay videoclubs! Ni piratería, ni DVD, ni streaming ni leches... ¡están todos follando! :queteden
 
Brutal artículo. A sus pies ;)

Recuerdo que en mi pueblo había cuatro vídeoclubs, del VHS pasaron con el DVD y de ahí al cierre. Ahora ya desaparecidos, ni uno queda.
 
Y en uno de los vídeoclubs que frecuentaba vendían, a veces, pelis de segunda mano a 1000 pelas. Algunas cayeron con sus carátulas de alquiler. Dios, cuántos recuerdos.
 
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