Respuesta: El Megapost de los MUSICALES
(
Seven Brides for Seven Brothers, Stanley Donen, 1954)
Clásico por antonomasia del género musical donde Stanley Donen, basándose en la leyenda del
rapto de las sabinas, se saca de la chistera una historia sencilla pero eficaz. A día de hoy, es imposible no verla como machista, sexista, donde el síndrome de Estocolmo es patente y una alegoría al secuestro que da gusto, añadiéndole unos remilgos y un estilo encorsetado que apesta pero...
estamos ante un título que es imposible no empatizar con él. Una puesta en escena llamativa, con una partitura de Saul Chaplin y Gene de Paul y unas letras de Johnny Mercer que transmiten como pocas BSO y unas coreografías magníficias, llenas de vida y que enfatizan los sentimientos y emociones que da gusto. Los actores están en estado de gracia y si bien es cierto que sus actuaciones no son la panacea, desde luego la película no pudo tener un elenco mejor donde destacan Howard Keel, Jane Powell - imanes para el género - junto con secundarios como Russ Tamblyn, Tommy Rall o Julie Newmar, que como secundarios no tienen precio, junto con otros temas como "Sobbin women", "Barn dance" "Bless your beautiful hide" donde la música y la puesta en escena tienen un empaque perfecto.
Su mezcla de western con musical, la guerra de sexos aderezada con un humor divertido, un ritmo que no decae en ningún momento (junto con un metraje ajustado, poco más de hora y media) junto con escenas que valen todo su peso en oro: el baile en el pueblo (con una coreografía en 3 fases que es canela en rama donde el arte del movimiento físico y la puesta en escena está todo puesto al dedillo, sin salirse de madre y logrando una orquestación maravillosa), el montaje del granero ("¡Basta de peleas!"), el secuestro de las mozas, añadiéndole esas canciones convertidas en clásicos inimitables por sí mismas, donde cada título es mejor que el anterior siendo "Lonesome polecat" o "When you're in love" los más destacados y los más llamativos por distintos motivos.
Con una fotografía llamativa, donde la paleta de colores es muy variada (aparte de la colección de camisas siendo un icono en sí misma), una dirección correcta, consiguiendo un título destacable, siendo un clásico más por lo que contiene que por lo que explica, añadiéndole un sinfín de anécdotas que la hacen más mágica si cabe (pájaros que se estampaban contra los decorados, cambio de actor en una de las escenas por cambio de trabajo y camuflándolo detrás de la escalera, decisión de uno de los actores de no bailar dado su nula dote para tal menester quedándose siempre rezagado o sentado...) consiguiendo uno de los clásicos por antonomasia en el género que ha logrado quedar en la memoria colectiva siendo uno de los musicales más adorables en sí mismo. Imperecedera.