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Se podría abrir un hilo sobre los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y todo lo que acarreó. Estos aniversarios son algo a los que no suelo dar importancia, o me producen una sensación de incomodidad y rechazo. No soy muy empático, o más bien no se me dan bien las cosas basadas en un profundo dolor. Además, no hablo de víctimas, pero en toda la parafernalia de actos y de recuerdos, detecto mucha hipocresía y esa no va conmigo. Quizás porque no hay mayor hipócrita que yo. O quizás porque intento consolarme también diciendo que es un día como otro cualquiera... Que hoy sea once de marzo, que se cumplan diez años de aquel suceso no es más que una anécdota, una coincidencia del sistema de medición del tiempo que tenemos. Pero es un día igual que ayer e igual que mañana. Por las mañanas sigue saliendo el sol y a las siete y media anochece. Lo demás, es una carga pesada que se lleva dentro.
No obstante, los españoles tenemos unas tragaderas muy grandes si se me permite decir. Estos días a lo mejor pueden servir para el recuerdo y para volver a traer el dolor a flor de piel a las víctimas. Por ello, no es un buen día. Otros días, llevarán su vida como puedan. Pero hoy esa pesada carga vuelve a doblarles la espalda. Así que si es un día que solo sirve para que millares de personas vuelvan a recordar, es un día de mierda. Pero como digo, los españoles tenemos unas tragaderas muy grandes, pues también nos sirve para rememorar y certificar, que quizás aquel día los terroristas ganaron.
Ese día se abrió una brecha, Una brecha que a día de hoy sigue sangrando, y que se han ocupado por mantener abierta algunas personas de una catadura moral inexistente. En estas fechas se producen declaraciones, matizaciones o confesiones. Y estas últimas deben quedar grabadas a fuego en nuestros corazones para provocar un cambio, para repudiar a todos aquellos que de alguna forma han intentado ganar dinero y ensuciar el alma de otros en base a algo que no quisieron aceptar. Hay gente que debería esconderse más que Tejero de la vida pública, repudiarse a sí misma hasta el día en que felizmente mueran. Y la gente de "valores" que en teoría son sus clientes fieles, clamar al cielo por la condena ética y moral de estos tipos y de la profesión que dicen tener.
Y es que siguen ahí, con programas en la radio o de tertulianos. Para ellos y para aquellos a los que defienden. Y lo penoso es que no hemos cambiado nada, hoy he escuchado confesiones relativas a la teoría de la conspiración que me han dejado helado. Son hechos que investigados han de ser históricos, para aprender que nos dieron en lo más hondo y respondimos haciendo lo que mejor se nos da, echarnos mierdas los uno a los otros. Federico Quevedo pidió anoche disculpas por haber participado en la manipulación y la instrumentalización de las víctimas para defender una mentira que le venía bien a un antiguo político de primera línea. Muchos de esos periodistas hoy han huido de lo que hicieron en su día, pero los importantes ahí siguen, en primera línea insultando y mintiendo desde la mañana temprano. El hecho de que un grupo de empresas de información hayan informado mierda como respuesta a un atentado del que deberíamos haber aprendido algo (no del antentado, sino de responder ante el mismo con una imagen ejemplar), me parece un caso gravísimo. Gravísimo.
Sobre las víctimas, pues siento mucho su perdida. Tengo una compañera de trabajo que perdió a un hijo ahí. Y tiene que ser muy jodido. Ahora bien, poco bien me haría mirar estos sucesos desde los ojos de las víctimas, porque afortunadamente yo no tuve ninguna perdida aquel día y no me puedo imaginar el dolor que podría haber provocado que yo en ese momento a lo mejor hiciera lo que tenía que hacer en vez de tirar la vida por el retrete, y como un estudiante o un trabajador hubiera usado esa línea de Cercanías que bueno, por donde vivo, es una buena opción en la que hacer trasbordo y moverte por Madrid. O que le hubiera pasado a un hermano, a un amigo... Conozco gente que le ha pasado, a mí no me pasó y ya que tengo la oportunidad y la fortuna de poder analizar esto con cierta distancia, intentemos ser objetivos y denunciar toda la mierda que hubo esos días y desde entonces, hasta ahora.