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Bueno... Solo tienen flechas...

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Recuperar el cuerpo, si lo hay, y con todo el respeto a la víctima (bueno, en realidad ninguno), sería de gilipollas. Lo siento, pero ese pozo está vedado.

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Esta noticia me ha echo recordar esto...

Hay un símbolo reciente de todo eso. Pensaba en ello hace un momento, cuando empecé a teclear estas líneas: Pippa Bacca, la artista italiana de treinta y tres años que hace dos meses decidió viajar, vestida de novia y haciendo autostop, por algunos de los lugares más peligrosos del planeta, en nombre de la paz, para demostrar, decía, que «cuando uno confía en los demás recibe sólo cosas buenas». Lo del traje nupcial, ojo al dato, era «metáfora de un matrimonio con la tierra y con la paz, del blanco y del femenino»; y lo del autostop, «ponerse en manos de otros viajeros y fiarse de la gente». Con tales antecedentes, a lo mejor a alguien le sorprende que, a poco de empezar el viaje, Pippa Bacca fuese violada y estrangulada en la frontera entre Turquía y Siria por un fulano con antecedentes penales. A otros, que somos unos cabrones suspicaces y mal pensados, no nos sorprende en absoluto. A los sitios peligrosos se los llama así precisamente porque hay peligro. Y el principal peligro se llama ser humano, sobre todo cuando nos empeñamos en creer que los valores que predicamos en nuestras confortables salitas de estar, discursos políticos y tertulias de la radio y la tele, son los mismos que manejan un talibán cabreado con un Kalashnikov, un africano hambriento con un machete, o cualquier hijo de puta con pocos escrúpulos y ganas de picarle el billete a una señora. Por ejemplo.

Dice el recorte de prensa que tengo sobre la mesa que a esa pobre chica la mató un turco desaprensivo. Pero, en mi opinión, el recorte se columpia. La mató la estupidez. La suya y la de la sociedad occidental, cada vez más idiota y suicida, que la convenció de que el mundo, en el fondo, es un lugar simpático que sólo necesita un traje de novia para convertirse en el bosquecito de Bambi.

Vístete de novia, y no corras | Web oficial de Arturo Pérez-Reverte
 
Esta noticia me ha echo recordar esto...

Hay un símbolo reciente de todo eso. Pensaba en ello hace un momento, cuando empecé a teclear estas líneas: Pippa Bacca, la artista italiana de treinta y tres años que hace dos meses decidió viajar, vestida de novia y haciendo autostop, por algunos de los lugares más peligrosos del planeta, en nombre de la paz, para demostrar, decía, que «cuando uno confía en los demás recibe sólo cosas buenas». Lo del traje nupcial, ojo al dato, era «metáfora de un matrimonio con la tierra y con la paz, del blanco y del femenino»; y lo del autostop, «ponerse en manos de otros viajeros y fiarse de la gente». Con tales antecedentes, a lo mejor a alguien le sorprende que, a poco de empezar el viaje, Pippa Bacca fuese violada y estrangulada en la frontera entre Turquía y Siria por un fulano con antecedentes penales. A otros, que somos unos cabrones suspicaces y mal pensados, no nos sorprende en absoluto. A los sitios peligrosos se los llama así precisamente porque hay peligro. Y el principal peligro se llama ser humano, sobre todo cuando nos empeñamos en creer que los valores que predicamos en nuestras confortables salitas de estar, discursos políticos y tertulias de la radio y la tele, son los mismos que manejan un talibán cabreado con un Kalashnikov, un africano hambriento con un machete, o cualquier hijo de puta con pocos escrúpulos y ganas de picarle el billete a una señora. Por ejemplo.

Dice el recorte de prensa que tengo sobre la mesa que a esa pobre chica la mató un turco desaprensivo. Pero, en mi opinión, el recorte se columpia. La mató la estupidez. La suya y la de la sociedad occidental, cada vez más idiota y suicida, que la convenció de que el mundo, en el fondo, es un lugar simpático que sólo necesita un traje de novia para convertirse en el bosquecito de Bambi.

Vístete de novia, y no corras | Web oficial de Arturo Pérez-Reverte


Hay más tontas de este tipo que han salido con las tripas fueras. Esta fue famosa, pero vamos que todos los días hay casos de Darwin así.
 
Parece que no son canivales, pero da igual. Lo que hacen es collares con los dientes.

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A ver si el problema va a estar en el finado, y sea su cadaver la posible amenaza "biológica" para los aborígenes....(esto desde mi mas absoluto desconocimiento).



Un abrazo!
 
El residuo biológico ya está, y si fuera el caso, pues lo es desde el primer momento. Ahora sería tarde. Además se han cepillado cada gilipollas que si siguen vivos será porque son resistentes a los idiotas. Es absurdo rescatar el cuerpo porque no vas a conseguir nada bueno. Dejalés en paz y ya está.

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Y digo yo ¿Si el tonto este estaba tan informado como para ser capaz de llegar hasta la isla con intención de evagenlizarla, no iba a saber acaso que podía matarlos a todos portando algún bicho?¿No lo convierte esto en un hijo de puta?

Saludos
 
Última edición:
"Mi nombre es John. ¡Los quiero y Jesús los ama (...) Aquí tienen un poco de pescado!"

Joder, es que no me extraña que se lo cargasen. Llega un tipo desde el mundo exterior diciendo chorradas y a llevarles pescado, cuando llevan miles de años comiendo el puto pescado.
Llévales una hamburguesa con mostaza, tontaina!
 
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Y digo yo ¿Si el tonto este estaba tan informado como para ser capaz de llegar hasta la isla con intención de evagenlizarla, no iba a saber acaso que podía matarlos a todos portando algún bicho?¿No lo convierte esto en un hijo de puta?

Saludos

Bueno, aquí se aplicaría el principio de Hanlon, que dice: «Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez».
 
El nivel de estupidez del agujereado va mas allá. Por lo visto el día antes intento llegar a la isla en una embarcación que le suministraron desde el barco que llegó pues los tripulantes se negaban a acompañarle, y los aborígenes se echaron al agua y le hundieron la embarcación (antes le habían lanzado un par de flechas de aviso) lo que le obligó a volver a nado al barco que le trajo con un claro mensaje de aviso "No vuelvas".

Pues al día siguiente este tolai volvió retando toda cota de idiotez hasta ahora desconocida. Y esta vez llovieron flechas .....

Un abrazo!
 
con qué ligereza atribuímos a la estupidez cosas que no comprendemos, este tipo tendría plena conciencia del peligro y aún así, lo ha asumido por los motivos que sean.

seguramente habría reflexionado muchas veces si merecía la pena.
 
Bueno, es que Dios, en su inmensa Sabiduría, nos ha otorgado el poder de tomar nuestras propias decisiones -también llamado "el libre albedrío"- lo cual permite a nuestra especie evolucionar. En realidad, es lo que ha pasado.
 
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