Aqui se están linkando tweets que le echan la culpa del coronavirus y los mil y pico muertos a las manifestantes del 8M.
Para ver si esto es cierto o no, nada mejor que revisar el hilo para ver qué tipo de tweets críticos contra el 8M se han linkado. No voy a ponerlos todos porque, obviamente, después de todo el tiempo y esfuerzo que me ha costado ponerme al día con este hilo no voy a ponerme a releer los últimos 5.000 mensajes, pero me he puesto a leer las críticas que se hicieron durante los primeros 5 días posteriores al 8M y las principales diatribas contra la manifestación fueron las siguientes.
Colau suspende la maratón de Barcelona pero mantiene la convocatoria del 8M.
No le pidáis que os lo explique.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M sino a Ada Colau, máxima responsable de que se celebren eventos multitudinarios en la ciudad de Barcelona.
Sobre la manifestación del 8M, mañana, en pleno brote del Coronavirus en España, Simón contesta: "Yo no le recomiendo a nadie nada… cada uno tiene que expresar sus ideas como considere"
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M sino a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y portavoz del Ministerio de Sanidad contra la pandemia afirmando que cada persona puede hacer lo que quiera y que él no es nadie para recomendar a la gente a qué tipo de eventos puede asistir.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M sino a unos representantes políticos que querían celebrar el 8M a toda costa para poder hacerse la foto y poder presumir de lo feministas que son.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M sino la hipocresía de un Gobierno que, después de haberse pasado días instando a la población a que acudiera masivamente al 8M empezase a alertar del peligro sanitario que suponían las congregaciones multitudinarias.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M, sino que se plantea la duda (fundada o no es otra cosa) de si Isabel Celaá, Ministra de Educación, llevaba guantes a la manifestación porque era consciente de que acudir a la misma era más arriesgado que lo que el Gobierno se atrevía a admitir.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M, simplemente en el extranjero estaban alucinando que en medio de una crisis sanitaria mundial en un país como España se permitiesen congregaciones de esta magnitud.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M, se está poniendo a parir a Pedro Sánchez, presidente del gobierno, por eludir sus responsabilidades por haber alentado y promovido la asistencia a tal evento.
Aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M, sino al Ministerio de Sanidad por reivindicar el 8M solo un día antes de declarar la emergencia sanitaria (aunque siendo justos, no se fomenta la asistencia a las manifestaciones de forma explícita).
Una vez más, aquí no se está culpando a las manifestantes del 8M, sino a aquellos agentes sociales (gobernantes, políticos, medios de comunicación y opinólogos) que animaron a la gente a salir a la calle ese fin de semana quitándole hierro a la pandemia.
Qué puto desastre todo. El gobierno del PSOE no lo puede estar haciendo peor, la manifestación de ayer tendría que haberse cancelado, no se están tomando medidas que tendrían que haberse tomado hace tiempo...
Otra persona más poniendo a caldo el hecho de que se celebrase la manifestación, y no creo que el compañero
@wfogg sea sospechoso de ser antifeminista ni de pertenecer al Team Facha.
Lo voy a dejar aquí porque creo que el concepto clave ya ha quedado lo suficientemente claro. Esto es solo una pequeña muestra, se han publicado muchas críticas más, pero cuya finalidad siempre ha ido dirigida a señalar la irresponsabilidad de entidades e individuos concretos (Irene Montero, Carmen Calvo, Pablo Echenique y un largo etc.) y nunca a criminalizar ni al movimiento feminista ni a los civiles que asistieron Si de veras es cierto que se han publicado tantos mensajes echándole la culpa a las manifestantes supongo que no te costará reunir la mitad de ejemplos que he puesto yo y rescatarlos para demostrar la solidez de tu discurso.