[...]En resumen, en parte por limitaciones técnicas, y en parte por ineptitud en la gestión de la crisis por parte de los responsables gubernamentales, no estaremos tan preparados para el desconfinamiento como nos gustaría hasta dentro de dos meses, como mínimo (y viendo cómo se retrasan en todo, desde las comparecencias en televisión a la publicación de RD, pasando por la realización del estudio de prevalencia, probablemente aún más tiempo). Sin embargo, continuar en la situación actual más allá del 11 de mayo, con los hospitales seguramente bastante más vacíos de lo habitual en esa fecha, producirá probablemente daños superiores, económica y sanitariamente, a los que evitará en forma de nuevos contagios.
Eso sí, en ningún caso hay que esperar a que los hospitales estén virtualmente vacíos de pacientes de COVID, o a que no se produzcan apenas muertes por la enfermedad. Este Estado de Alarma se ha transformado en un sempiterno Estado de Miedo, en el que los ciudadanos somos rehenes del horror que hemos vivido, y en el que el Gobierno nos trata como a niños, hurtándonos mucha información necesaria, y sin transmitirnos la cruda realidad: que este virus está aquí para quedarse mucho tiempo entre nosotros.[...]