En esto coincido con los twits de Pereirano. Que los aplausos al personal sanitario no nos hagan olvidar la realidad.
Tarde o temprano, se acabará la pandemia, se acabarán los aplausos, y todos nos felicitaremos de lo resistentes y obedientes que hemos sido. Volverá el fútbol, los toros, las peleas de taberna entre el gobierno y la oposición, y las tapitas en el bar. Y paralelamente, nos olvidaremos de los sueldos de mierda del personal sanitario, de la escasez de recursos, de la nula planificación, de los 25.000 muertos -o los que sean- y de la nefasta gestión de esta epidemia.
Tendríamos que ser mucho más exigentes con nuestros gobernantes, a quienes pagamos un buen sueldo para que gestionen el país.
Por ejemplo, para qué cojones han servido los 15.000 millones en juguetitos para el ejército (aviones, tanques y fragatas), quién se enriqueció con esos contratos y por qué se recortaron tantos recursos en sanidad.