Algunas cosas que comentáis caen de cajón. Si en un coche híbrido vas solo con gasolina... consume como uno de gasolina. Toma, claro.
Pero no hay un blanco o negro como a algunos os gustaría. Son muchos matices los que decantan la balanza a favor o en contra de cada una de las tecnologías.
Lo que puedo decir con más de 30.000 kilómetros hechos y 50 kilómetros de autopista y unos 25 de ciudad de lunes a viernes, es que el consumo es muchísimo menor que un diésel. Mucho no, muchísimo. Ahora, es mi caso, claro. Por una parte, los 50 kilómetros de autopista, al menos en Galicia, nunca son llanos. En cuesta arriba o en llano el motor de gasolina es el que trabaja si vas a velocidad constante. Si necesitas una mínima aceleración, el eléctrico es el que hace el empuje. Ahí ya nos estamos ahorrando algo. Es el momento de mayor consumo del motor de combustición y no lo está haciendo. En cuesta abajo, el motor de gasolina o no consume casi nada, como es lógico, o directamente se apaga. Por supuesto vas recargando batería. Más ahorro. Al llegar a tramos urbanos e interurbanos ya ni hablamos de gasolina ni diésel. Si el coche lo tienes en modo automático, a la mínima ya se apaga el motor de combustión y se acabó el consumo. Eléctrico puro.
¿Puede un SUV como ese Toyota del artículo consumir menos que un diésel? Vamos, pues por supuesto que sí. Y también puede que hayas tirado el dinero. Todo depende de los trayectos que vayas a hacer. Un SUV con una batería de 10-15kWh, teniendo en cuenta que la media de kilómetros de cada coche en España están en 12-14.000 anuales, puede que para mucha gente signifique no encender el motor de combustión en días.
Lo he dicho muchas veces. Jamás habría pensado comprar un coche híbrido enchufable y ahora no se me ocurriría comprar algo que como mínimo no fuese esto. Pero todo es evaluar las necesidades de cada uno. Ahí ya entra lo que veas por internet y la persona que te atienda en el concesionario.