Esto es una verdad como una catedral.Es lo de siempre. Algunos ven el cambio como un montón problemas. Otros, como una oportunidad.
El mundo es de los que miran al futuro con determinación, no de los cagaos que se aferran al pasado "porque siempre nos ha funcionado".
Europa siempre va por detrás de todos.
Lo difícil actualmente es poner orden en el despropósito de cataratas de ideas desparramadas que se ha convertido la vida de ahora. Es muy complicado detectar las contradicciones y tener claras las prioridades de tus principios.
Queremos menos horas de trabajo y más salario, queremos más energía y menor coste energético, queremos más derechos y libertades pero nos imponemos más ataduras y bozales, queremos menos armamento pero cada vez tenemos más cerca el enemigo, tenemos más información que nunca pero cada vez más analfabetos, en vez de querer ser todos más ricos hacemos lo posible por ser todos más pobres, en vez de ser más valientes, Europa se está llenando de cobardes.
La juventud quiere hacer startups, ser youtuber, tiktoker, twicher, tuitero, tener un onlyfans, salir en supervivientes, acostarse con un futbolista y ser forero en nosolohd. Currar, ninguno. El sueño es dar un pelotazo. Sacar unas gafas, una camiseta, una bambas, una hamburguesa, algo que lo pete y lo pueda vender unos meses después para vender del cuento años más tarde.
Mientras, esperando que el gobierno les de algo. Empresas igual. No invierto si no me subvencionan antes. Me quedo quieto hasta que alguien con más hambre me adelanta. Y luego me quejo de que no han hecho nada para no dejarle. Por eso Europa está muerta. Como mil imperios antes que ella. Se acomodaron en su indolencia. Comieron uvas estirados. Funciona el sistema mientras te levantas tú a por la uvas. A la que te la traen los esclavos y no te mueves, ya te mueres. Un día tienes tantos para hacerte tanto que los esclavos se dan cuenta de que no necesitan amo. Eso le ha pasado a Occidente. Tumbado y gordo, su suficiencia, su inacción, su egoísmo y su apatía, lo han apuñalado en el estómago y se desangra.
Sólo queda ver el derrumbe de todo, como la carne se convierte en polvo, lo que valió una vez la pena en olvido y sentarse en el porche mirando el horizonte esperando a que la muerte venga a hacerse con los tuyos y contigo.
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