No me extraña que te guste tanto, es que es precioso y además un gran coche.
Sobre el parabrisas atérmico... encontré este artículo que tal vez explique por qué no lo lleva.
¿Qué es un parabrisas atérmico?
Muchos son los que utilizan parasoles, sobre todo en verano, para evitar que los rayos del Sol penetren en el coche de forma directa y calienten así el interior del vehículo. Pero, ¿qué hay de las lunas atérmicas? ¿Cuál es su función? ¿Son capaces de reducir el consumo?
Si hiciéramos una encuesta sobre los elementos que monta nuestro vehículo, seguramente el parabrisas atérmico no entraría dentro del conocimiento general. ¿Ayudaría saber que este tipo de cristal reduce el consumo de combustible y mantiene el habitáculo a una temperatura adecuada?
Nuestro vehículo
consigue mantener una temperatura estable en el interior gracias a, precisamente, estos cristales atérmicos. Aunque no todos montan de serie este tipo de cristal, cada vez más fabricantes los incorporan de serie. Pero, ¿en qué consiste?
El cristal atérmico es un
cristal capaz de absorber parcialmente los rayos solares, disminuyendo así el calor transmitido a través de la superficie expuesta a la radiación. Además, al reducir la radiación que entra en el habitáculo, reduce el envejecimiento de partes plásticas como la zona superior del salpicadero.
¿Es algo nuevo?
Al contrario de lo que muchos usuarios piensan, este tipo de cristal no es una novedad de última hora. Si eres de los pocos afortunados en tener bajo su posesión un clásico de lujo y
su año de fabricación data de los años 20 hacia esta parte, puede que monte este tipo de parabrisas. Si bien no fue hasta los años cincuenta cuando en Estados Unidos se empezó a incorporar de serie los cristales atérmicos.
¿Cómo funciona el parabrisas atérmico?
Los cristales atérmicos disminuyen el deslumbramiento debido a superficies reflectantes o a la gran luminosidad del cielo durante ciertas épocas del año. Estas características se obtienen coloreando el cristal por medio de óxidos metálicos que se disuelven en la masa del mismo antes de pasar a la fabricación por colada y al laminado de las placas. La incorporación de este tipo de material,
casi no modifica la transparencia y los colores del cristal común.
La reducción de la radiación solar varía según la coloración adoptada.
Los cristales atérmicos absorben una cantidad considerable de rayos ultravioletas, visibles e infrarrojos emitidos por el Sol. La reducción de la radiación solar varía según la coloración adoptada (en promedio es de un treinta a un treinta y cinco por ciento frente al quince por ciento del cristal normal) y aumenta al aumentar el espesor en mayor grado de cuanto ocurre con los cristales transparentes normales.
Para conseguir este efecto, el material empleado son los óxidos metálicos de hierro y cromo para coloraciones verdes, cobalto para las azules, y níquel para las de bronce.
Reducción de un 1% de las emisiones de CO2
La comparación con el parasol es un mero camino para aproximar al lector a la función de la luna atérmica. Pues comparar ambos sería como comparar el ligero sonido de un motor gasolina con uno diésel. Los dos hacen que nuestro coche se ponga en marcha pero su sutilidad y rendimiento difieren. Esto mismo pasa con los cristales atérmicos, son como parasoles pero discretos y con funciones más desarrolladas.
Estos cristales llevan incrustaciones de partículas de plata que, o bien reflejan la energía solar hacia el exterior, o bien la redirigen hacia los bordes. Se consigue con esta técnica reflejar el calor hasta un cincuenta por ciento.
Como decíamos sus funciones van más allá de evitar que los rayos ultravioleta incidan directamente en el interior de nuestro vehículo, y es que, además de reflejar el Sol, al evitar que el coche se caliente las lunas atérmicas reducen en un tercio el tiempo necesario para alcanzar una temperatura que resulte confortable tras haber dejado el coche un tiempo al sol. Reduciendo el tiempo del climatizador se reduce también el consumo y si reducimos el consumo se reducen las emisiones de CO2, en este caso, alrededor de un uno por ciento.
No es lo mismo el parabrisas atérmico que el tintado
Es importante no confundir este cristal con las lunas tintadas u oscurecidas, porque estas además de dotar al coche de una estética más elegante, únicamente reduce el paso de la radiación visible pero no la más dañina, los infrarrojos, que son los principales responsables del transporte de calor.
Logos de los diferentes tipos de cristales.
Si tuviéramos que asociar sus características a un tipo de cristal, el laminado sería el más cercano. Al igual que la luna atérmica, el laminado incorpora una lámina entre los dos cristales que hace que si el cristal se rompe no se desprendan trocitos de cristal suelto, y el cristal se queda de una sola pieza en caso de impacto, para proteger a los pasajeros y no causarles daños físicos.
Cómo y por qué se rompe más nuestro parabrisas
Por lo tanto, que nuestro coche porte este tipo de tecnología, además de ser más seguro para los pasajeros,
limitará el sobrecalentamiento del habitáculo por la acción solar y reducirá el tiempo de funcionamiento del climatizador.
¿Son las lunas atérmicas un problema para mi detector de radares o el telepeaje?
¿Todo es bueno? Pocas cosas son perfectas y el parabrisas atérmico no iba a ser la excepción que confirmara la regla. El gran inconveniente que presenta este tipo de material son las
interferencias que causa en la señal del GPS y de dispositivos de telepeaje. Debido a la presencia de plata en el material, las lunas atérmicas reducen la capacidad de recepción de la antena de GPS. Para evitar esta interrupción el conductor deberá situar la antena sobre la banda tintada en lo alto del parabrisas o alrededor del retrovisor.
La lámina metálica que utiliza este tipo de cristal es la que hace que las ondas de los radares sean filtradas y no puedan penetrar dentro del coche, por lo que no llegan al detector de radar portátil y no se pueden ser detectadas por el mismo. En caso de tener este tipo de parabrisas, el único detector de radar que se puede usar debe ser fijo.
Para paliar este ‘fallo’ los fabricantes dejan un espacio libre encima del espejo retrovisor (fácilmente visible, son los puntos negros y rugosos que se encuentran alrededor del espejo retrovisor). Este espacio está pensado para poner los sensores del peaje de autopista, el detector portátil y otros sensores que son también sensibles a la protección atérmica. Para el GPS se complica. La mayoría llevan un chip de alta sensibilidad y además las ondas pueden entrar por el resto de cristales del coche, que no son atérmicos.
Fuente: AUTOCASIÓN.
Un saludo.