En la práctica, la UE aplicará la siguiente fórmula para calcular el objetivo que deberá haber cumplido cada fabricante:
Objetivo (en g/km de CO₂) = 95 + 0,0333x(M-M₀)
En esta fórmula, M es la masa del vehículo en kg y M₀ el peso medio de los coches vendidos en 2017 (1.379,88 kg). El valor M₀ se revisará cada tres años. El nuevo valor se conocerá en 2021.
Así, con esta fórmula el peso de los coches termina teniendo un papel determinante en el cálculo final de la media de emisiones. Pero no en el sentido que todos imaginábamos (cuánto más ligero, menos consumirá y por ende reducirá las emisiones). No, al contrario.
Resulta que para poder cumplir con los objetivos, a los fabricantes les interesan coches pesados. Es algo especialmente ventajoso para las marcas premium, pero para quienes han apostado por coches ligeros o tienen coches pequeños en sus gamas, es contraproducente.