Respuesta: El post del ¡QUE TE JODAN, 3D!
Leeros las opinones de Chaplin sobre el sonoro, sus problemas de sincronización y poco futuro por lo desmesurado (para la época) despliegue necesario en rodajes, postpro, y proyección.
Y en cierto modo, los detractores del sonoro tenían razón. Y ya no sólo por el retroceso que en su día supuso para muchos artistas (pasar de un cine formalmente libre y expresivo a un estático cine teatral): compara la riqueza visual que tenía el cine de los años 20... y compárala con la del cine de hoy en día. La verdad, no da la sensación de que haya pasado casi un siglo: en muchos aspectos, más que de avance, ha servido de retroceso. Ojo, que no rechazo el sonoro en sí, es evidente que el sonido amplió los horizontes del cine y que por una parte permitió enriquecerlo, pero también es cierto que la facilidad que ofrecen los diálogos para contarlo todo también ha conducido, en líneas generales, a una mayor vagancia a la hora de plasmar las historias en imágenes.
Supongo que es muy fácil señalar lo poco visionarios que fueron gente como Chaplin o Keaton, cuando la realidad de su época era que las primeras técnicas del sonoro aún dejaban mucho que desear y que en muchos aspectos implicaba una involución artística. Sí, claro, con el tiempo la técnica evolucionó y desaparecieron los impedimentos que inicialmente provocaba; si la gente hubiera abandonado la investigación al primer contratiempo nunca habríamos llegado a los estándares de hoy en día, pero eso no quita que el sonoro de los primeros años era una chufa y era lógico que mucha gente despotricara lo mismo de él.
Lo mismo que hago yo hoy en día. No descarto que haya un futuro próximo en el que el 3D en las películas (y en la tele) sea tan indispensable como el sonido envolvente. Yo lo que digo es que el 3D que nos están vendiendo hoy en día, en la mayoría de las ocasiones, es una basura, que en vez de intensificar el goce de una película lo perturban. Y mientras siga siendo así, y te cobren media entrada de más por esta mierda de suplemento, en plena época de recesión económica y en la que la oferta de ocio es más amplia y rica que nunca, yo a la actual moda del 3D le auguro poco futuro.
Por supuesto, no descarto que dentro de diez años, si todas las salas están preparadas para proyectar 3D en condiciones y la economía mundial vuelve a estar boyante, el 3D se quede definitivamente para siempre. Pero yo, como no soy adivino, solo opino de lo que veo en el presente. Y lo que digo es que el 3D que me ofrecen hoy en día, no me aporta nada, y que solo lo veo como un inútil intento de atraer a las masas al cine, lo mismo que hicieron en los años 50. Y cada vez veo a más gente a mi alrededor que, tras la furia inicial por el formato que siguió a
Avatar, ahora mucha gente ni se plantea la opción tridimensional a la hora de comprar su entrada.