"La niebla" es mi tercer Carpenter favorito, detrás de "Halloween" y "La cosa".
Cargársela porque el guión tiene incongruencias y clichés es cargarse toda la filmografía de Carpenter.
La hoy intocable "La cosa" presenta a Kurt Russell cargándose un ordenador porque ha perdido una partida de ajedrez contra él
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Este mensaje iba detrás de uno mío, pero tengo que suponer que conmigo no hablabas...
Falté ayer al plan de comentario por día, pero es verano.
- Escape from New York (1997: Rescate en Nueva York, 1981)
Un héroe de guerra tuerto debe rescatar de la isla-prisión de Manhattan a un Presidente bajito y rechoncho.
Según lo que había oído era la imperdonable falta que tenía con la filmografía de Carpenter, y parece ser cierto. Una historia que arranca enganchando y construyendo bastante a cada paso, desde la puesta en situación inicial hasta el despegue del Gullfire. La atmósfera, la estética, las formas de actuar, el pasado que solo se entrevé en esa conversación entre Hauk y Snake… todo está al servicio de una precisa narración en marcha.
Hay ideas muy buenas que juegan con el espectador, tanto para armar la historia (el presidente prescindible, la maniobra de las arterias y la realidad o no de la urgencia) como para avanzar por ella y por la desolada ciudad (el hecho de que Snake pase aparentemente desapercibido hasta que dispara). Las cosas que entran y salen de escena tienen orden y concierto en el guión (salvo igual el personaje de la chica del restaurante que no vuelve a aparecer. O precisamente por eso es un acierto…). El problema, como es costumbre con Carpenter, es que no va más allá: los personajes tienen la entidad suficiente pero no hay unas relaciones que con el vaivén de los acontecimientos impliquen emocionalmente al espectador. Carpenter sabe sacar algo de esto por otro lado, por los buenos actores y por la buena mano con escenas chulescas, divertidas o tristes (aunque la muerte de Cabbie con discreto apunte musical no sabe a nada), pero en general a partir de la pelea en el ring el guión sufre de algo de inercia, con una acción que funciona pero tampoco me mata. El cachondo final sí está de nuevo a la altura.
Detrás de la cámara ya ha comentado Max unas páginas atrás cómo el acertado ojo del director para el panorámico se refuerza aquí aprovechando los escenarios de perdición, con gusto por el casi difunto plano general de cierto protagonismo y el juego con la profundidad de campo en este, si bien no con brillantez pasmosa, sí con mucha maña que se agradece. En el debe, algún susto de gato patético.
Por último me queda mencionar el trabajo de los correctos efectos y foto y especialmente decorados, maquillaje y vestuario que parecen, si no lo son, influencia directa para muchos títulos posteriores. Inolvidable la aparición del lugarteniente (!) de Duke al principio.