El post del maestro John Carpenter

In the Mouth muy arriba también, joder.

La vieja subida en la bicicleta de los niños de It, aprende a homenajear bien, Stranger shits.
 
Yo ya lo dije, tiene 9 que son maravillosas. Acabo de ver Asalto y es portentosa, como teje la historia, la tensión, otra vez los descansos, las relaciones entre los personajes, los golpes de efecto, el scopazo, la música ... Masterpiece
 
Esta cuenta de Letterboxd recopila muchas reseñas cortas de Dave Kehr, uno de los mejores críticos americanos. Me parecen fantásticas las declaraciones de John Carpenter en este artículo sobre Ghosts of Mars.

"''Ghosts of Mars,'' which opens across the country today (review, Page 10), is John Carpenter's 19th feature film in 28 years. Like the movies that made him famous -- ''Halloween'' (1978), ''Escape From New York'' (1981), ''They Live'' (1988) -- it belongs to the genre that Mr. Carpenter affectionately describes as the science-fiction horror-thriller.

But there's something strikingly different about this one. The futurist tale of a military unit assigned to protect our Martian colonies from an invading army of angry phantoms, the film is told in interlocking flashbacks -- a radical departure from the usual, straight-ahead storytelling in horror movies.

''It's really deconstructed, in a sense,'' said Mr. Carpenter, sitting cross-legged on a hotel-room couch during a recent visit to New York. ''My co-writer, Larry Sulkis, and I wrote the first draft in a linear fashion, from the very first scene to the very last, in an absolutely pure, straightforward way. And it was like touring one's own living room; it was extremely familiar. I could anticipate every beat that was coming along. So we unstructured it and put the movie in a flashback.''

''This way you can disrupt time,'' Mr. Carpenter explained. ''You don't have to keep the clock ticking. Sometimes in a thriller you want the audience to sense that time is running out for the characters. In this case, we did away with it, so you're really not sure how long they've been there, how long it's been since a particular thing happened. It's a slightly disorienting situation, but because the story is a basic genre film -- I mean that in the best way -- I thought we could get away with it.''

Mr. Carpenter continues to make his films in a classical, seamless style, an anomaly at a time when horror movies like ''Scream'' and ''Final Destination'' make fun of themselves.

''An interesting thing happened back in the 80's when they were making the 'Friday the 13th' films,'' Mr. Carpenter said. ''They made a conscious creative decision not to differentiate between the characters. They wanted the audience to see each of the characters in the movie as a generic victim. That way they could be ahead of them, and talk back to the screen -- 'Don't go in that door, you dummy!' and so on. They already realized that the thing to do was to get people vocal, almost an interactive type thing, so that the audience feels superior to the film.

''So now, that's a whole lot of what you're seeing -- making the audience feel superior to the movie, and look down on it. I wouldn't be able to do it myself, at least not intentionally.''

Drawing on a cigarette, Mr. Carpenter spoke with a touch of sadness: ''The audience often mistakes sincerity for weakness. They think that if you're sincere, it's corny. Strange, isn't it? But I don't think we should bemoan the modern situation too much, because there are a lot of interesting things going on. The genre will survive. Horror never does go away. It's always there.''"

A review of Ghosts of Mars (2001)
 
Fantasmas de Marte es uno de los mejores trabajos de Carpenter; su última gran película.

Siempre me ha recordado (más que a Hawks) a esa inalcanzable obra maestra de Ford que es El sargento negro.
 
Fantasmas la vi en Sitges y no me gustó. Para mí su última gran peli es Vampiros.
 
No vayais a joder el post de tito Carpenter.

Fantasmas... mola mucho, aunque Vampiros es muy superior para mi, su última gran obra maestra. Pero no critico Fantasmas... me gustó en su día.

El personaje de Ice Cube en Fantasmas explica que es inocente de los crímenes que se le imputan pero que eso no le importa a nadie, es ya culpable antes del juicio y nadie le va a dar un juicio justo. En mi opinión, esto entronca con otros personajes carpenterianos, sobre todo Napoleón Wilson, de quien se nos decía que era poco menos un asesino de masas y un psicópata, pero su comportamiento y carácter no se corresponden para nada con eso: tiene un código de honor, y antepone las vidas de terceros a la suya propia (cuando puede escapar, no lo hace). Siempre he pensado que su historia sería algo parecido a la de Cube en Fantasmas...
 
El personaje de Ice Cube en Fantasmas explica que es inocente de los crímenes que se le imputan pero que eso no le importa a nadie, es ya culpable antes del juicio y nadie le va a dar un juicio justo. En mi opinión, esto entronca con otros personajes carpenterianos, sobre todo Napoleón Wilson, de quien se nos decía que era poco menos un asesino de masas y un psicópata, pero su comportamiento y carácter no se corresponden para nada con eso: tiene un código de honor, y antepone las vidas de terceros a la suya propia (cuando puede escapar, no lo hace). Siempre he pensado que su historia sería algo parecido a la de Cube en Fantasmas...

Efectivamente es un rol que se repite en sus pelis, el tipo duro que no pueden integrar en una sociedad moderna, pero que acaba metido hasta el cuello en una situación de supervivencia en la que es quien tiene más recursos. Napoleón Wilson efectivamente es el prototipo, es fácil señalarlo como precedente de Plissken (que en Carpenter es la máxima), también Ice Cube, el wrestler de ESTAN VIVOS, el James Woods cazavampiros... incluso Jack Burton como alguien que CREE ser eso. Y siempre en lucha no tanto contra esa situación, sino contra un gobierno, contra una autoridad colectiva (¡Macready!)... con la fama que tiene Carpenter de izquierdista, probablemente sea más un individualista absoluto.
 
Hoy es un día perfecto para retomar Ghosts of Mars. Al fin y al cabo no deja de hablar (entre otras cosas) de lo peligroso que resulta desenterrar los fantasmas del pasado (una mera imagen subjetiva de nuestros propios fantasmas personales; de nuestros deseos inconscientes; de nosotros mismos...) porque acaban poseyéndonos.

El personaje de Ice Cube en Fantasmas explica que es inocente de los crímenes que se le imputan pero que eso no le importa a nadie, es ya culpable antes del juicio y nadie le va a dar un juicio justo. En mi opinión, esto entronca con otros personajes carpenterianos, sobre todo Napoleón Wilson, de quien se nos decía que era poco menos un asesino de masas y un psicópata, pero su comportamiento y carácter no se corresponden para nada con eso: tiene un código de honor, y antepone las vidas de terceros a la suya propia (cuando puede escapar, no lo hace). Siempre he pensado que su historia sería algo parecido a la de Cube en Fantasmas...

Yo creo que Wilson nunca es retratado como un psicópata. El propio oficial de policía que se ocupa de su traslado (y que siente curiosidad por él) llega a decirlo explícitamente (algo así como "No eres un psicópata... ¿Por qué mataste a esas personas?"). Es evidente que hay toda una historia detrás... y una justificación que tanto él (en una actitud de rebeldía e incluso de castigo autoinfligido) como el propio Carpenter (por razones obvias) se niegan a desvelar. En cualquier caso comparto plenamente tu reflexión acerca de ese tema... tan propio del western pero de una vigencia absoluta (de hecho, Tarantino lo abordó recientemente en The Hateful Eight), acostumbrados como estamos a ese rollo hodierno de juzgar (y condenar) frívolamente a a los demás a golpe de click. Es curioso cómo el ser humano no deja de dar círculos y círculos y más círculos... mientras está plenamente convencido de avanzar en línea recta.

Lo de El sargento negro es más una sensación que siempre he tenido que una teoría elaborada; nunca he pensado demasiado a fondo en ello. Más allá del tema que planteas (importantísimo) hay multitud de elementos que no dejan de recordarme a ella: ese portento de narración a base de flashbacks que van desgranando el asunto (vista judicial mediante); la forma de explotar la capacidad expresiva de paisajes y decorados (como conjurando misterios insondables, tanto internos como externos a nosotros mismos): el tren, la noche, la tierra mancillada de tonos rojizos; la elocuencia de la puesta en escena y de los recursos audiovisuales puestos al servicio de la narración (composiciones, sonidos, movimientos de cámara, luces y sombras... incluso zooms)... Es una verdadera delicia; un empacho de cine en toda regla.

Sin duda, Asalto es el referente más claro de Fantasmas dentro de su filmografía (hay incluso detallitos nimios que las emparentan, como el personaje de Descanso, un área de California que se menta varias veces en la setentada). Pero Carpenter regresa a esos (sus) inicios con la mentalidad de un infante, huyendo conscientemente de la gravedad de la primera (sólo se la saltaba con lo de las patatas). Sincerándose: algo así como "Éste soy yo ahora; esto es lo que me interesa y así es como quiero contarlo". Sirva de ejemplo el profundo contraste entre el hieratismo y la escalofriante frialdad de los pandilleros angelinos (prácticamente mudos), frente a la festiva y exagerada locura de unos marcianos que no paran de berrear y desgañitarse a pleno pulmón durante todo el metraje (el rollo slapstick del jefazo gritón, apareciendo chamuscado y soltando humo... e incluso explotando literalmente al final con el vagón del tren). O esa bellísima e idealizada (no) historia de amor entre Wilson y la oficinista de asalto, de una dignidad conmovedora (a base de miradas resignadas ante un destino ineluctable, iluminadas de forma expresiva entre tinieblas) que aquí se transforma en un frívolo y cachondo coqueteo sexual (hoy dirían acoso... o algo peor) entre colegas de curro.

En eso también me recuerda mucho a El sargento negro y a Ford. Esa pureza y naturalidad pasmosas a la hora de pasar de un tema de cierta gravedad (la DIGNIDAD, en mayúsculas) a un gag cómico absolutamente delicioso (el juez y la bebida), conformando un todo perfectamente coherente (con la inocencia pero también la lucidez de un niño que sabe -siente- perfectamente cuándo las cosas no encajan en el mundo; sin los "infantilismos" ni la pretenciosidad de los adultos inmaduros). Asimismo, en Fantasmas, pese al tono festivo y de cachondeo generalizado, puede aparecer de repente Williams y helarnos la sangre (dejarnos desolados) cuando con total naturalidad suelta eso de (más o menos) "hace ya mucho tiempo que dejé de preocuparme por NADA". El peso de toda una vida de jodienda y adversidades resumida en un frase declamada con sobrecogedora indiferencia... Con un sutilísimo plano/contraplano y muy pocos elementos, Carpenter abre de repente una sima de profundidad abisal ante nosotros y nos fuerza a sentir el vértigo que produce observarla desde arriba; eso está al alcance de muy pocos cineastas.

Por cierto, a Fantasmas de Marte también le tengo un cariño especial por ser la última película que vi en un cine de verdad (prácticamente ya sólo había multisalas en esa época, pero ahí todavía resistían como jabatos... cerraron poco después). Me recordaba al de Demons; estaba hecho una verdadera mierda, con las tablas del suelo quejándose a cada paso y los lavabos llenos de telarañas, pero la proyección fue buena (aunque doblada). Sesión nocturna con el chiringo a punto de cerrar, ese ambiente decadente y cuatro gatos en el pase; una velada estupenda para despedir al maestro (The Ward ya me la tragué directamente en bd).

Efectivamente es un rol que se repite en sus pelis, el tipo duro que no pueden integrar en una sociedad moderna, pero que acaba metido hasta el cuello en una situación de supervivencia en la que es quien tiene más recursos. Napoleón Wilson efectivamente es el prototipo, es fácil señalarlo como precedente de Plissken (que en Carpenter es la máxima), también Ice Cube, el wrestler de ESTAN VIVOS, el James Woods cazavampiros... incluso Jack Burton como alguien que CREE ser eso. Y siempre en lucha no tanto contra esa situación, sino contra un gobierno, contra una autoridad colectiva (¡Macready!)... con la fama que tiene Carpenter de izquierdista, probablemente sea más un individualista absoluto.

Comparto también plenamente tu reflexión; es un individualista escéptico. Siguiendo con Fantasmas, más que esa menstruación valentiana (que posteaban Zito y Ropit) a Marte se lo (la) follan. La coña es que el dios de la guerra es aquí, en realidad, una mujer... ¿virgen? Los humanos, cavando túneles "como Charles Bronson en The Great Escape", llegan hasta el "himen", lo rompen y desencadenan la lluvia de sangre, la violencia, la lucha por la dominación... Y es que en ese matriarcado futurista las cosas siguen exactamente igual que siempre; las mujeres de coturno que ostentan cierto poder son igual de gilipollas, engreídas, prejuiciosas, trepas, condescendientes, acosadoras y discriminadoras que sus equivalentes masculinos ("cuanto más cambian las cosas..." que diría Snake).

Yo hasta al refrito aquél con la Heard le encontré cosas rescatables.

Es cierto.

The Ward no es, ni mucho menos, una pérdida de tiempo; la impronta visual de Carpenter está ahí... pero no creo que sea suficiente (aunque he de confesar que no la veo desde que salió en bd; revisionaré).

Fantasmas es magnífica, cierto que Vampiros es una cumbre

Vampiros es otra barbaridad de película. Según el día puedo preferir una u otra. Esa etapa (la de 2013, Vampiros y Fantasmas) tan libre, tan autoreferencial y reflexiva, tan sincera (o corny, que dirían algunos, como recuerda Carpenter en esas declaraciones) me parece deliciosa; un verdadero regalo.

¡Qué pena que este hombre no siga dirigiendo!
 
Última edición:
Carpenter es de izquierdas. Pura izquierda. Lo dice él. Hace relativamente poco hasta vi una entrevista no muy antigua y bastante cachonda en la que le preguntaban sobre su amistad con Kurt Russel y confesaba que el motivo por el que seguían siendo amigos era que evitaban hablar de política. Según Carpenter, Russel es muy de derechas, y él, muy de izquierdas. Además, Russel es muy creyente, y te suelta un rollo imparable como le des pie así que la única manear de no haber llegado ambos a las manos es que cuando Kurt saca el tema Carpenter regatea con cualquier otro.

Ser individualista no es lo mismo que ser libertario. Ser individualista es algo a lo que debe aspirar todo individuo, sea de izquierdas o de derechas. Igual que ser rebelde. Lo más sano y lo más lógico es desconfiar tanto de la gran corporación como el gran político. Tampoco hay mucha política intrínseca en detestar la autoridad. Se puede detestar la autoridad y desconfiar del gobierno todo lo que se pueda sin que esto influía en si crees que, dado a escoger, prefieres un mercado más libre o la intervención gubernamental en el mercado.

Carpenter se declara de izquierdas y no veo motivo para no creerle. De hecho, hay cosas que encajan con partes de esa ideología. Hablais del gran individualista, pero en la mayoría de las películas al final la razón por la que la gente salva el culo es porque se une. Siempre hay un lobo solitario muy molón, pero al final triunfa el grupo y la colaboración. Incluso Plisken se pasa las dos películas jugando a ser el gran héroe que no necesita a nadie y solo sale vivo porque hay gente por el camino dispuesta a ayudarle. Napoleón es muy atractivo como personaje, pero tan héroe o más es el poli negro y la peli acaba con los dos en plan Casablanca. Frente al individualismo desatado, siempre triunfa la colectividad, el movimiento.

Claro que todo esto es muy arriesgado; nunca es sano tratar de deducir la ideología personal de un ser humano a través de su obra artística. Estas no son blogs ni manifiestos por principio, y todo acaba siendo un ejercicio fútil en busca de la satisfacción de creernos que hemos sido muy listos a la hora de saber leer un texto correctamente que, posiblemente, nunca trató de tener nada que decir correctamente desde el principio. Siempre se puede argüir lo contrario en casi toda obra. Siempre acabaremos con lado interpretando que Coriolano es un manifiesto comunista y a la vez el otro pensando que es un manifiesto contra el comunismo, como si a Shakespeare le importarán los rojos para bien o para mal o tuviese nociones que acercaran a la política moderna entre verso y verso. O te puedes encontrar con un Joss Whedon afirmando que creó a un héroe libertario en Firefly porque eso está en las antípodas de sus propias creencias y ese desafió le parecía de lo más interesante.

Así que si, They Live puede encajarse probablemente hasta cierto punto a la izquierda, a la derecha, arriba y abajo, y en todo lo que uno en el fondo tenga suficiente voluntad y práctica como para encajarlo, pero lo único que tengo claro es que Carpenter se declara de izquierdas, que a mi no me importa, y que con su obra que cada uno haga lo que quiera, lo que pueda y lo que le dé la gana.

PD: En todo caso, si existe una ideología con respecto a su obra cinematográfica, es esta, y solo esta: El WESTERN.
 
Ser individualista no es lo mismo que ser libertario. Ser individualista es algo a lo que debe aspirar todo individuo, sea de izquierdas o de derechas. Igual que ser rebelde. Lo más sano y lo más lógico es desconfiar tanto de la gran corporación como el gran político. Tampoco hay mucha política intrínseca en detestar la autoridad. Se puede detestar la autoridad y desconfiar del gobierno todo lo que se pueda sin que esto influía en si crees que, dado a escoger, prefieres un mercado más libre o la intervención gubernamental en el mercado.

El individualismo se define por oposición al colectivismo... y la izquierda siempre es colectivista (incluso la anarquista).

Tú hablas más bien de tener sentido crítico y eso, efectivamente, no es patrimonio de nadie... pero tampoco te convierte en lo que no eres.

La crítica que un colectivista pueda ejercer contra la autoridad no lo convierte en un individualista; simplemente está defendiendo su propia visión del colectivismo.

Carpenter se declara de izquierdas y no veo motivo para no creerle.

Yo no he dicho que no le crea... Lo de Carpenter es obvio (lo hablamos hace años en este mismo hilo: creo que fue él quien acuñó eso de "Left Wing Horror") pero a mí no deja de recordarme a aquel personaje andaluz de 800 balas que aseguraba ser de Bilbao...

Hablais del gran individualista, pero en la mayoría de las películas al final la razón por la que la gente salva el culo es porque se une. Siempre hay un lobo solitario muy molón, pero al final triunfa el grupo y la colaboración.

Yo no creo que en la mayoría de sus películas la gente se salve... ni mucho menos que triunfe la comunidad. Más bien todo lo contrario... Si sobre algo tratan sus películas es sobre el peligro de la masa y lo colectivo (porque aplastan al individuo).

Incluso Plisken se pasa las dos películas jugando a ser el gran héroe que no necesita a nadie y solo sale vivo porque hay gente por el camino dispuesta a ayudarle. Napoleón es muy atractivo como personaje, pero tan héroe o más es el poli negro y la peli acaba con los dos en plan Casablanca. Frente al individualismo desatado, siempre triunfa la colectividad, el movimiento.

A regañadientes, por interés propio o bajo amenazas. Nunca conforman un verdadero colectivo.

En 1997: Cerebro, Maggie, el taxista, etc... y mueren todos.

En 2013: Robacoches y su banda, Eddie, etc... Sólo se me ocurre como excepción el surfista... pero es que es igual de individualista que el propio Snake (yo, mi playa, mis olas, mis obsesiones... mientras el mundo se va a la mierda); nunca conforman un colectivo... Simplemente son dos individuos que se reconocen como tales y se respetan. Pueden ayudarse puntualmente pero después cada uno a lo suyo... Ni uno pide ayuda ni el otro da más que lo que considera estrictamente necesario y... ¡a surfear!

En Assault pasa lo mismo. Son dos individuos que luchan contra el vicio de la masa y lo colectivo, se reconocen en ello, se respetan, colaboran puntualmente cuando no queda otra (se resisten hasta el último momento, no piden ayuda... sino que la colaboración surge de manera natural como un medio puntual, nunca un fin) pero después cada uno a lo suyo. La colectividad es la de los asaltantes, retratada (como la de los policías sin cara del principio y los mal encarados burócratas que están cerrando el chiringo) como algo deshumanizador y detestable.

The Thing sería el paradigma de ello... pero es que incluso cuando el héroe se une (a regañadientes) a una colectividad real (They Live, Golpe...) lo hace siempre marcando distancias, sin pedir ayuda, con reservas (ojo que estoy aquí echando una mano, pero yo soy yo ¿eh? y cuando la cosa acabe seguiré mi propio camino) y de manera muy puntual (como un medio excepcional ante una circunstancia también excepcional; nunca como un fin).

Eso de no pedir ayuda es fundamental porque entronca directamente con los westerns de Hawks, donde siempre es importante que el fulano, por muy acabado que esté, conserve su dignidad y se levante por sí mismo.

Claro que todo esto es muy arriesgado; nunca es sano tratar de deducir la ideología personal de un ser humano a través de su obra artística.

Es arriesgado... pero yo creo que sí es sano, necesario y genera debates interesantes y enriquecedores.

En cualquier caso el propio Carpenter ha dicho más de una vez que el que quiera saber cuál es su visión del mundo que vea sus películas.

Estas no son blogs ni manifiestos por principio, y todo acaba siendo un ejercicio fútil en busca de la satisfacción de creernos que hemos sido muy listos a la hora de saber leer un texto correctamente que, posiblemente, nunca trató de tener nada que decir correctamente desde el principio.

No son manifiestos pero detrás de toda obra artística hay una visión del mundo y del ser humano que es, en realidad, mucho más reveladora y sincera (aunque el propio autor no lo pretenda) que si lo fueran. ¿Hay que ser cuidadosos? Claro. Pero las obras suelen ser siempre muy elocuentes. Es injusto definirlo con sólo una palabra, pero el individualismo recurrente en las cintas de Carpenter es obvio y revelador. Todos nos percatamos de ello y de la importancia que se le da.

O te puedes encontrar con un Joss Whedon afirmando que creó a un héroe libertario en Firefly porque eso está en las antípodas de sus propias creencias y ese desafió le parecía de lo más interesante.

No he visto Firefly y no puedo opinar, pero cuando alguien hace algo así siempre se acaba notanto. Muchos directores tratan de ser neutrales a la hora de abordar ciertos temas pero su verdad acaba siempre por aflorar en algún sitio (es más, cuanto más tratan de ser neutrales o de ponerse en la piel de otros, más se les nota).

Así que si, They Live puede encajarse probablemente hasta cierto punto a la izquierda, a la derecha, arriba y abajo, y en todo lo que uno en el fondo tenga suficiente voluntad y práctica como para encajarlo, pero lo único que tengo claro es que Carpenter se declara de izquierdas, que a mi no me importa, y que con su obra que cada uno haga lo que quiera, lo que pueda y lo que le dé la gana.

Yo no trato de encajar las películas que me gustan en mi ideología. No estoy tratando de autoconvencerme de que Carpenter es de derechas para que me guste su cine. Sólo lo examino (mejor o peor; más acertada o más equivocadamente) porque me parece un ejercicio estimulante y enriquecedor; como también lo es leer opiniones diferentes e incluso contrarias a las mías (por eso estoy en este foro y no en otros...).

Estoy en las antípodas ideológicas de un montón de directores que me encantan y cuyas ideas están claramente marcadas a fuego en sus obras. A veces comparto algo (Pasolini), a veces nada o casi nada (Francesco Rosi)... pero aun así me encantan. La propia The Hateful Eight, que mencionaba antes, es un buen ejemplo de ello.
 
Ser individualista no es lo mismo que ser libertario. Ser individualista es algo a lo que debe aspirar todo individuo, sea de izquierdas o de derechas. Igual que ser rebelde. Lo más sano y lo más lógico es desconfiar tanto de la gran corporación como el gran político. Tampoco hay mucha política intrínseca en detestar la autoridad. Se puede detestar la autoridad y desconfiar del gobierno todo lo que se pueda sin que esto influía en si crees que, dado a escoger, prefieres un mercado más libre o la intervención gubernamental en el mercado.

El individualismo se define por oposición al colectivismo... y la izquierda siempre es colectivista (incluso la anarquista).

No. Eso es una visión muy rancia y simplista de los conceptos de individualismo y colectivismo.

Lo demás ya está contestado... para el que sepa leer.
 
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