Al final se trata de lo rápido que quieres llegar a tu meta y lo que estás dispuesto a aceptar para hacerlo. De tu arrepentimiento por lo que has hecho cuando tu pretensión se frustra. Las denuncias vienen siempre de gente que se ha quedado en el camino. Las estrellas callan, no se vaya a pensar que he llegado a donde he llegado por aceptar venderme. Tontear, flirtear, coquetear, galantear, insinuar o robar besos forma parte del juego amoroso. Si haciendo todo eso molestas, se corta y punto. Si llegas a la cama y follas lo anterior no ha molestado. Durante el acto, lo que molesta se dice y se acaba. Sólo si no se para, después de pedirlo puedes meterte en problemas. Pero que te pellizquen, te escupan, de mal gusto, o te den una bofetada o un cachete, entra en el juego amoroso. Si te molesta lo paras o das por acabada la relación pero no da, ni de lejos, para denunciar por eso 15 años después. Obvio que depende del nivel de agresión pero si es solo lo anterior puede entenderse dentro de la horquilla de cosas que se pueden hacer en una cama.
Es complejo hasta cierto punto. Insinuar darte trabajo por acostarte no es delito. Amenazar con despedirte si no te acuestas, si. Es acoso. En el primer caso simplemente con no aceptar ya está. Pero aquí se habla de querer rendir cuentas años después por haber tenido carreras frustradas. La o el que se acuesta por avanzar en el sector y triunfa da por bueno el sacrificio. Esos no denuncian